Alfredo Cajal Gavín, un aragonés recio y bueno, se lleva al cielo la voz de la tierra

Este sábado se ofician las honras fúnebres de un hombre cuya trayectoria como profesional veterinario se complementa con una hoja de servicios admirable

16 de Febrero de 2024
Alfredo Cajal, en las Cortes de Aragón

Un gran servidor público, un amigo de la ganadería y la agricultura, un veterinario ejemplar y abnegado, un político de los pies a la cabeza ha visto su última luz y su admirable vehemencia acompañada de discreción elegante se han quedado como recuerdos para quienes admiramos a este alcoberrano que fue alumbrado el 26 de abril de 1947.

Alfredo Cajal, licenciado en Veterinaria, asumió su oficio con entusiasmo buscando la máxima profundidad en los conocimientos y aplicaciones de la reproducción animal. Técnico superior de Administración Sanitaria Veterinaria del Gobierno de Aragón, dotó de su profesionalidad a la Oficina Comarcal Agroambiental de Sariñena de la que fue coordinador.

Ejerció la dirección técnica y la presidencia del Comité Organizador de la Feria de los Monegros (Femoga) durante nada menos que diez años.

Aragonesista pasional, era militante del Partido Aragonés desde 1989, siglas con las que fue concejal del Ayuntamiento de Sariñena de unos cabezas de lista míticos como Antonio Torres, Jesús Mirallas, José Antonio Martínez Val y Salvador Ariste. De 1991 a 1999 fue diputado provincial por el PAR, portavoz en el segundo mandato, y lideró el área de Desarrollo y Medio Ambiente desde la que, entre otros logros, creó los Premios Félix de Azara. También fue consejero de Publicaciones y Ediciones del Alto Aragón, puesto en el que mostró una gran cercanía con toda la organización que dejó huella en dirección y profesionales.

Su capacidad para aglutinar voluntades le reportó la Presidencia intercomarcal del PAR en Huesca entre 2004 y 2007, y también integró la Comisión Ejecutiva del Partido Aragonés.

Como director del Instituto Aragonés del Agua en diciembre de 2002, cargo que desempeñó hasta 2007, contribuyó grandes acuerdos de la Comisión del Agua de Aragón, con la actualización y solución de conflictos en torno a grandes piezas del Pacto del Agua, una labor en la que su conocimiento del medio resultó tan crucial como su defensa de los intereses de Aragón.

Entre 2007 y 2011 fue director general de Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón. Diez años después de pisar el organismo por vez primera, nuevamente fue designado director del Instituto del Agua, en cuya responsabilidad cesó en 2015 para disfrutar el júbilo merecidamente ganado.

Desde el Partido Aragonés, "se destaca la enorme pasión por Aragón y por los Monegros de Alfredo Cajal, que canalizó a través de una firme vocación de servicio público, tanto en su profesión de veterinario, como en su desempeño político en el PAR y en las instituciones aragonesas. Ese mismo sentimiento aragonés, sus raíces y su trabajo le llevaron a poner el agua y las personas en el centro de su tarea, en todo momento con claridad de ideas y capacidad, como recuerdan todos los que compartieron esa labo"r.

Una persona que ha entendido que el camino del acuerdo y del diálogo son la fórmula para el entendimiento nos ha dejado con 76 años, huérfanos de su bonhomía su esposa, Carmen Tolón Fandos, sus hijos Alfredo y Débora y su nieto Mateo. Las honras fúnebres tendrán lugar este sábado, 17 de febrero, en la Iglesia Parroquial de Santa Ana. Descanse en paz un aragonés de convicciones hondas y afabilidad contrastada.

 

Alfredo Cajal es ya eterna memoria escrita en la tierra de Monegros y el agua de Aragón.

Etiquetas: