Cuando Ana Soria, decana del Colegio de Abogados de Huesca, comenzó en el año 1989 a trabajar como abogada, solamente había había en la capital altoaragonesa dos juzgados de primera instancia e instrucción, además de la Audiencia Provincial.
Todas estas instancias se encontraban ubicadas en la calle Moya, en el edificio histórico de la Audiencia Provincial. En ese mismo lugar se acomodaba el Colegio de Abogados, que disponía de un pequeño recinto donde también se llevaban a cabo sus actividades propias.
Diseminados en otras zonas de la ciudad se encontraban el juzgado de menores, el de lo social y el contencioso-administrativo.
La situación cambió significativamente con la llegada del Palacio de Justicia, que Ana Soria describe como "una maravilla". Este nuevo edificio permitió tener más recursos y todas las instancias judiciales agrupadas en un solo lugar, lo que facilitó el ejercicio profesional y el desempeño de la justicia.
"El Palacio de Justicia lo fundamental que tiene es que está ahí agrupados todos los juzgados, con lo cual tú tienes una mañana de actividad laboral y no tienes que dispersarte a lo largo de la ciudad, como antes, y eso te facilita muchísimo el trabajo, agiliza el tiempo, dinamiza la actividad y es muchísimo mejor", explica la decana de los abogados.
No obstante, plantea "un único pero", y es su ubicación. "Estaba un poquito lejos, pero bueno, ya nos hemos acostumbrado todos y tampoco es tan costoso ir al Palacio de Justicia. Eso sí, en Huesca el problema que tienes, a veces, son los 'capazos' que te pillas a lo largo del camino, que a veces te dilata la actividad. Son gajes del oficio, de vivir en una ciudad pequeña".
Soria explica cómo se encuentran distribuidos los servicios. En la planta baja se encuentran todas las salas de vistas, agrupadas en un solo nivel. También en esta planta se encuentran la Forensía, los psicólogos, una sede del Colegio de Abogados y el Colegio de Procuradores. En la siguiente, el Juzgado Decano y la administración. Si seguimos subiendo, aparecen los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción y más arriba, los especiales, que incluyen el Juzgado de lo Social, dos Juzgados de lo Penal y el de lo contencioso-administrativo. Finalmente, en la última se hallan ubicadas las dependencias de la Audiencia Provincial, la Fiscalía y el Juzgado de Menores.
Ana Soria observa que "el trabajo de un abogado siempre es el mismo en cualquier sitio donde te encuentres", lo que varían son las facilidades y los medios disponibles para ejercer la profesión. En Huesca capital, considera que el Palacio de Justicia ofrece muchas ventajas, aunque reconoce que "tendría que haber más medios", hay muy poca inversión en justicia".
"Se nos podrían facilitar mucho más las cosas, pero bueno, no nos podemos quejar", añade.
En los partidos judiciales, las dependencias judiciales suelen estar ubicadas en un solo edificio, aunque no son Palacios de Justicia, porque solo hay juzgados de primera instancia e instrucción, de lo social, de lo contencioso y de menores. Los de lo penal se hallan exclusivamente en la capital. Por ello, los abogados que trabajan en esas delimitaciones deben desplazarse para gestionar asuntos especiales.
Aunque Huesca es una ciudad pequeña y ciertos procedimientos se ven con menor frecuencia que en ciudades grandes, Soria recalca que los abogados de esta provincia están igualmente preparados para manejar la misma variedad de casos.
Los procedimientos más comunes en el ámbito civil, según Soria, suelen ser "alcoholemias, los pleitos de las cláusulas suelo, divorcios y derecho de familia".
Ana Soria señala que, en el ámbito contencioso, hay una gran cantidad de reclamaciones patrimoniales y contra las administraciones locales.
En el de lo social, por su parte, se observan muchas demandas por despidos, principalmente, y reclamaciones de trabajadores a empresas por accidentes laborales o impagos de nóminas.
Por otro lado, las principales inquietudes que manifiestan los abogados que trabajan en la provincia de Huesca se relacionan con el turno de oficio. A veces hay quejas sobre los retrasos en la tramitación de los asuntos. Se critica que "se tarda mucho en tramitar los asuntos y en proveerlos".
Soria explica que estos problemas no son culpa exclusiva de los juzgados ni de los funcionarios, sino que se deben a la falta de medios económicos para mejorar el funcionamiento.
Según ella, "si se invirtiese más en justicia, seguramente todo funcionaría muchísimo mejor. Habría más funcionarios, más tramitadores y más jueces, y los asuntos se verían con más celeridad y se resolverían antes".
Añade que, a diferencia de Hacienda o la Seguridad Social, que generan ingresos para el Estado, la justicia no produce dinero, por lo que "somos un poco como la Cenicienta".
No obstante, a pesar de las dificultades con el esfuerzo y el interés de todos, "se va sacando adelante lo que se plantea".