A las 19:41 horas, Renfe ha informado de que "debido a una incidencia técnica en los equipos de a bordo, tu tren Alta Velocidad 2861 se encuentra detenido en Guadalajara. Estamos trabajando para solventar la incidencia con la mayor brevedad posible". El Madrid Atocha-Huesca ya llevaba parado veinte minutos. Cien -100- minutos después, les comunica que va a venir otra unidad desde Madrid pero, como mínimo, van a ser dos horas hasta que los recojan. Eso sí, les invitan a una consumición. Pero esta historia no ha terminado. Retorno a Madrid y a las 22:15 parte hacia Huesca. A toda pastilla, "sólo han sido tres horas de retraso". Eso sí, el tramo Zaragoza-Huesca, en Regional.
Una odisea, un despropósito más del viejo AVE que acumula 32 años y decenas de averías en los últimos años sin que a Renfe y a su ministro correspondiente, Óscar Puente, se le haya ocurrido que la fatiga de los materiales está clamando a gritos por una sustitución. Los muchos usuarios de una comunicación otrora vanguardista escuchan con hastío las pocas explicaciones que reciben. Mientras, cae un aguacero imponente en el exterior.
Cuando escuchan la última comunicación, en la que de manera enigmática dicen que el tren ha finiquitado su existencia y no volverá a circular, debieran estar pasados Zaragoza. Con las dos horas hasta que llegue el tren de Madrid, la previsión es que ronde la demora cuatro horas. Y que en vez de Broncano o de Pablo Motos, van a tener que ver mientras cenan a hora de recena alguno de los programas de apuestas que abundan en la franja horaria en la que, rendidos, estarán en su casa. Al menos, les invitan a un tentempié, "a una consumición". Como en las discotecas de antaño con la entrada. Pero espere, querido lector, hay más...
Las averías de Renfe son como una competición deportiva, que en minutos cambia la situación. A las 21:25, cuando ya debieran estar en Huesca, otra comunicación. Van a volver a Madrid para coger otro tren. Hora de ir frenando hacia la Estación Intermodal de Huesca. El enfado es mayúsculo entre el pasaje, y Murphy ataca de nuevo. Se ha acabado la comida en la cafetería. Y el agua.
A las 22:15 horas, una parte del pasaje está ya en Madrid para volver a empezar, como la película de Garci. Otros han sido instalados en un tren que ha aparecido por arte de birlibirloque en Guadalajara. Todo muy surrealista. Y esperen, que aún arreglarán el tren más viejo de la flota... Al tiempo.