El Ayuntamiento de Huesca ha informado de que fue una carcasa que se mantuvo humeando y en algún momento se inflamó fue la que provocó el pequeño susto tras la pirotecnica el 15 de agosto en el Casino oscense, y que en ningún momento corrió peligro el edificio. Apunta que un dispositivo de seguridad vela para que estos espectáculos desde este edificio se desarrollen sin incidentes y que el lugar es "optimo" para realizar el lanzamiento.
Las fiestas de San Lorenzo se cerraron como viene siendo habitual a lo largo de los años, con un espectáculo pirotécnico, que se inicia con una colección de fuegos artificiales desde la cubierta del edificio del Casino y posteriormente un fuego terrestre en la plaza Navarra. "Ambos se desarrollaron sin ningún tipo de incidente no previsible, siendo que todo espectáculo pirotécnico conlleva un riesgo para el cual se toman todas las medidas de seguridad que indica la normativa", señala el Consistorio.
Para garantizar la seguridad del evento, se valora previamente la zona de lanzamiento. Es de vital importancia el estudio del emplazamiento y proximidades a fin de evitar anomalías en el desarrollo, así como evitar el empeoramiento de las mismas en el caso de que se produjesen.
La cubierta del edificio del Casino es un lugar óptimo para realizar el lanzamiento, al haber una superficie amplia y plana, libre de obstáculos, difícilmente combustible y con una toma de agua directa. Para asegurar el desarrollo del evento se vigila de manera continua los posibles elementos susceptibles de sufrir incendios y se despliega un dispositivo de seguridad para minimizar los posibles daños.
Entre los accidentes que se pueden derivar del espectáculo pirotécnico se encuentran los incendios, explosiones o deflagraciones. En ningún caso se produjo una situación así el pasado día 15, cuando una vez terminado el espectáculo y comprobado que no existía ninguna anomalía, se dejaron las carcasas, manteniendo el espacio ordenado y limpio, libre de restos de sustancias, para su total enfriamiento tras haber sido humedecidas con agua.
Una de las carcasas aún mantuvo la temperatura y siguió humeando y en algún momento inflamándose provocando la consiguiente alarma social. Sin embargo, desde el servicio de bomberos, se apunta a que en ningún momento corrió peligro el edificio, ya que de no haber actuado los bomberos remojando de nuevo la carcasa, la misma hubiese terminado autoconsumiéndose.