La devoción a la Virgen del Pilar y la admiración a la Guardia Civil son un camino de único sentido entre las gentes de bien, y han confluido ambas en la Catedral de Barbastro este mediodía con abundancia de feligreses que han querido rezar a la patrona de la Hispanidad, de Zaragoza y de la Benemérita.
El sacerdote Jaime Cruz ha conseguido poner palabras a los sentimientos. A la veneración a la Virgen del Pilar, que es fe y que es un símbolo, que es inspiración y que es motor de nuestra voluntad. A la Guardia Civil, que bajo su lema de "El honor es mi divisa" sirve a la sociedad en general y a cada ser humano en particular para garantizarle seguridad, tranquilidad, convivencia, aun a riesgoi de exponer la vida de sus integrantes.
Este año 2024 se cumplen 160 años desde que el cuerpo de Guardias Civiles Jóvenes decidió rendir veneración a la Virgen del Pilar, 111 desde que Alfonso XIII lo extendiera a toda la Benemérita.
La Catedral de Santa María de la Asunción de Barbastro ha relucido con los uniformes de gala de más de una veintena de abnegados agentes, guardias civiles hombres y mujeres que están al lado de los barbastrenses y los somontaneses a todas las horas del día 365 jornadas al año.
Con ellos, el consistorio presidido por Fernando Torres, y acompañándoles las Damas Mayores e Infantiles que constituyen una representación de la juventud acrisolada por la tradición. Naturalmente, el componente de la jota hecha oración y convertida en tributo a quienes tanto dan sin pedir apenas nada. La fotografía final tras la Eucaristía ha simbolizado la unión, el respeto y la justicia hacia la Guardia Civil, la institución que anhelan los pueblos en los que falta, la que cuidan los afortunados por lo que representa.