Bolea ha encendido la tradicional hoguera en honor a San Sebastián y la luz ha iluminado también los méritos reconocidos a la familia Casbas, una verdadera institución empresarial que durante muchas décadas ha vestido con el diseño de la capital de la Sotonera a miles y miles de personas.
La villa decidió hace un tiempo hacer coincidir este encuentro con el fuego con distinciones que recaen en personas, entidades o asociaciones que se han significado por su trabajo por Bolea o por llevar su nombre a distintos ámbitos de la sociedad, José Mari y Fernando, de Creaciones Casbas, explotan un taller de confección habiendo generado cientos de puestos de trabajo en la villa y alrededores.
Por su fábrica de confección han pasado multitud de vecinas, que contribuyeron al crecimiento y a convertir a Casbas, durante años, en una de las más importantes en lo que se refiere a confección en la provincia de Huesca. Superaron la crisis textil y Casbas se reconvirtió en almacén y tienda de ropa de montaña con sus pantalones trekking como prenda estrella.
Actualmente, sus hijos siguen comercializando sus prendas y luchando en un escenario complejo con competencia no sólo física sino también tecnológica, pero con el firme objetivo de mantener lo que está familia comenzó nada menos que hace seis generaciones ya, hace 150 años. Tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, padres e hijos todos ellos con un nexo de unión, la aguja, el hilo, las telas y el espíritu de Bolea en su corazón como orgullosos vecinos.
Tras el encendido se han repartido a todos los asistentes seiscientos bocadillos de chorizo y salchichón (más de treinta para celíacos) acompañados del vino correspondiente, preparados por voluntarios que cada año se prestan para su elaboración.