El presidente de la Diputación de Huesca, Isaac Claver, ha apostado por la sustitución del término "España vaciada por el de la España de las nuevas oportunidades", en el transcurso de la Comisión de Desarrollo Rural y Despoblación de la Federación Española de Municipios y Provincias celebrada en Madarcos, el municipio más pequeño de la Comunidad de Madrid.
Se ha expuesto en el debate "el hecho de que los municipios rurales y de menor población a menudo se asocian con términos negativos como “despoblación”, “abandono” o “decadencia”, lo que refuerza una visión estigmatizante de estos territorios".
Esta terminología ofrecea la impresión de que el entorno rural está en constante declive, lo que no solo afecta la autoestima de quienes habitan en estas áreas, sino que también desanima a potenciales nuevos residentes, emprendedores y jóvenes que podrían invertir en el desarrollo rural.
Estas connotaciones negativas se acentúan en el lenguaje cotidiano y en la percepción mediática, donde los pueblos pequeños suelen ser vistos como lugares atrasados o carentes de futuro. El uso de expresiones como “la España vaciada” o “el éxodo rural” refuerzan la idea de un lugar inhóspito y carente de oportunidades, lo que contribuye a mantener un círculo vicioso de despoblación y falta de inversión.
El presidente de esta Comisión, Isaac Claver, alcalde de Monzón y presidente de la Diputación Provincial de Huesca, estima que “es crucial positivizar el discurso sobre el mundo rural, subrayando las oportunidades y potencialidades que ofrecen estos territorios. Los municipios rurales pueden ser vistos no solo como espacios de tranquilidad y calidad de vida, sino como centros de innovación y sostenibilidad. En el contexto actual, donde el teletrabajo y la economía digital están en auge, el campo ofrece una alternativa viable a la vida urbana. Además, la creciente demanda por un estilo de vida más equilibrado y en contacto con la naturaleza abre puertas para promover el entorno rural como un espacio de nuevas oportunidades económicas”.
La Comisión abordó además otros asuntos de interés como el estado de los servicios públicos básicos en las poblaciones rurales o la creación de un banco de buenas prácticas locales en el ámbito rural que permita visibilizar el buen hacer de aquellos en este marco.
La Comisión analizaba las dificultades a las que se enfrentan estos Ayuntamientos y los responsables al frente de los mismos caracterizada por sufrir “una paradoja de competencias”: se les exige solucionar problemas y gestionar servicios que no son de su competencia directa, pero carecen de los recursos humanos, financieros y técnicos para hacerlo. Y este desequilibrio afecta gravemente al funcionamiento cotidiano de los municipios.
Los Ayuntamientos rurales no pueden actuar como los urbanos, ya que carecen de los recursos humanos y materiales para gestionar los problemas crecientes de sus habitantes.