Han comenzado las obras para la modernización de 6.800 hectáreas de regadío en los sectores X y XI del Canal del Flumen con una inversión total de 55 millones de euros, una actuación que es considerada "una gran oportunidad para el sector primario" por parte de estas comunidades, mientras que ha movilizado a vecinos y regantes de las localidades de Salillas y Huerto afectados por este proyecto.
La obra cuenta con el apoyo del Gobierno de España y de Aragón y están financiadas con Fondos Europeos Next Generation, a través del convenio suscrito entre el Ministerio de Agricultura y la empresa pública Seiasa y se prolongará hasta el verano de 2026. Se plantea para "mejorar la eficiencia, la competitividad y la rentabilidad de la agricultura de Los Monegros eliminando los costes energéticos del regadío y reduciendo toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera cumpliendo con los objetivos de la UE", como indican desde las comunidades de regantes donde se desarrolla el proyecto.
“Pero en este punto tenemos que añadir que los hechos contradicen las innumerables falsedades que se han dicho y publicado sobre este proyecto”, indica César Trillo, presidente de la Comunidad de Regantes del Sector XI del Flumen. “Desde el Ayuntamiento de Salillas se ha afirmado en medios de comunicación que había medidas cautelares de la Audiencia Nacional que paralizaban las obras: no hay ninguna notificación después de la demanda que interpuso la Junta de Gobierno de la Comunidad de Regantes A-19/20 el pasado mes de junio contra este proyecto”, recuerda Trillo.
A este respecto, las Comunidades de Regantes de los Sectores X y XI del Canal del Flumen se han personado también ante la Audiencia Nacional como damnificados por posibles afecciones en la ejecución de unas obras que deben estar finalizadas el 31 de agosto de 2026 para no perder los fondos comunitarios.
“A nosotros toda esta situación nos duele. A nadie le gusta que le hagan obras en su campo para pasar una tubería y la intención es seguir dialogando con nuestros vecinos de Huerto y Salillas”, afirma Javier Larrosa, presidente de la Comunidad de Regantes del Sector X del Flumen.
“Ellos son regantes como nosotros -añade- y conocen las necesidades que conlleva trasladar el agua hasta estos pueblos del sur de la provincia. Lo que planteamos es una modernización sostenible en lo económico y en lo ambiental imprescindible para seguir viviendo en pequeños pueblos como San Lorenzo del Flumen, Capdesaso o Albalatillo. Gracias a la agricultura, podemos mantener los colegios y los servicios básicos abiertos. Pensamos que este proyecto es una gran oportunidad para el sector primario”, subraya.
Las obras contemplan la construcción de dos balsas que almacenarán aguas del Canal del Cinca por debajo de la cota del casco urbano de Salillas: “En sucesivas declaraciones hemos llegado a leer que con la construcción de estas dos balsas habría riesgo de inundación al sur de Sariñena, que se encuentra a 30 kilómetros de distancia. Es difícil poder desmentir uno a uno todos los bulos que se han ido publicando, pero lo tendremos que hacer para que la población se mantenga informada”, indica César Trillo.
En las últimas semanas también se llegó a publicar que la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón paralizaba las obras por encontrar restos arqueológicos. “Donde están proyectadas las balsas no ha aparecido ningún resto arqueológico en las catas realizadas, por lo tanto, en esa zona no hay ninguna limitación para trabajar”, asegura Trillo. El proyecto sí que contempla la construcción de una doble tubería por un terreno sobre el que hay que seguir prospectando para que no haya ningún tipo de afección.
“En estos momentos, los propietarios de 14 hectáreas de terreno -justo la mitad de la superficie que ocuparán las balsas- ya han firmado de mutuo acuerdo la expropiación por un precio de 63.000 euros por hectárea”. Con el resto de propietarios no se ha llegado a ningún acuerdo, pero ya se ha ejecutado la expropiación al precio marcado por la administración pública por lo que no hay “ningún impedimento legal para continuar con el proyecto”, afirma César Trillo.
“Son unas obras declaradas de interés general que nos van a permitir producir alimentos rebajando la huella de carbono”, indica Javier Larrosa. “Es una inversión muy importante para toda esta zona y es una buena noticia que hayan comenzado las obras. En otros lugares de la provincia se ha encontrado esta solución que fundamentalmente pasa por aprovechar la mayor altitud de otras comunidades de regantes para poder regar con presión natural y no por inundación o motores diésel como estamos haciendo ahora”, destaca.