El Colegio Oficial de Médicos de Aragón ha denunciado públicamente que la reciente apertura de exposición pública del proyecto de Decreto de modificación del Reglamento de Funcionamiento de los Equipos de Atención Primaria en la Comunidad Autónoma de Aragón, aprobado por Decreto 59/1997, de 29 de abril, del Gobierno regional ha suscitado una profunda polémica entre el Servicio Aragonés de Salud (Salud) y una parte muy importante de los profesionales que desarrollan su labor asistencial en el ámbito de la Atención Primaria.
Este núcleo de profesionales, según explican en un comunicado, "con un papel determinante en el funcionamiento de dicho ámbito asistencial (ámbito crítico para el funcionamiento del sistema sanitario, por otra parte)", ha presentado una reacción de rechazo inmediata a la publicación de la referida información por parte del Departamento de Sanidad.
Como Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Aragón, considera que entre las medidas inaplazables que precisa su sistema sanitario "para poder dotarlo de operatividad, y contribuir a su viabilidad", se encuentra la necesaria reorganización del funcionamiento de la Atención Primaria, y de forma particular, la demanda asistencial urgente que compete a este esencial ámbito asistencial.
El Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Aragón considera que, en la actualidad, existe una categoría laboral diseñada para la atención de urgencias fuera del horario laboral ordinario, la de los Médicos de Atención Continuada (MAC). Sin embargo, esta categoría ha generado tal desafección y rechazo entre los profesionales médicos, que ha llevado a la conclusión de que dicho modelo puede considerarse un fracaso. La integración de estos profesionales en los equipos de los centros de salud podría ser una oportunidad valiosa para mejorar la capacidad asistencial de dichos centros.
Este desafío, según el Consejo, requiere una restructuración profunda de los centros de salud y una reorganización de su funcionamiento actual. La planificación debe promover medidas que permitan implementar el modelo estratégico propuesto por la administración sanitaria para mejorar la capacidad asistencial de la Atención Primaria. Además, estas medidas deben estar perfectamente definidas en todos sus aspectos, y su desarrollo debe involucrar a todas las partes implicadas: administración, pacientes, asociaciones, y especialmente, los propios médicos. El consenso con los profesionales de la medicina es imprescindible para asegurar la viabilidad de cualquier medida.
La representación de la profesión médica, en términos de negociación laboral, recae sin duda en los sindicatos. Los sindicatos médicos deben ser interlocutores fundamentales en el desarrollo de cualquier reforma o modelo que la administración proponga, y sería deseable que estuvieran involucrados desde el inicio del proceso. Además, los sindicatos deben liderar esta dinámica, dado que representan al eje central del sistema sanitario: los médicos.
Por su parte, los colegios de médicos asumen también la representación de la profesión. Defienden la esencia del ejercicio profesional y que este se realice con la consideración y dignidad necesarias, para que tanto médicos como pacientes puedan experimentar un acto médico adecuado y satisfactorio. Los colegios, aunque no son negociadores, se consideran interlocutores consultivos, con la obligación de participar en el desarrollo de medidas que afecten a la profesión.
En relación con la reforma de la Atención Primaria, el Consejo valora como necesario el planteamiento de una reestructuración de la atención urgente y la reconversión de los MAC. Sin embargo, considera que el enfoque adoptado es inadecuado, ya que no ha contado con los representantes de los médicos desde el principio y ha generado confusión debido a su falta de concreción. Además, la urgencia con la que se ha planteado la reforma ha dificultado las posibilidades de un desarrollo colaborativo y consensuado.
El Consejo también señala que el actual planteamiento no es la solución a todos los problemas del sistema sanitario. Es un paso necesario para abordar uno de los problemas clave, pero no resuelve las debilidades generales del sistema. El diálogo, la colaboración y el consenso entre todas las partes, especialmente los médicos y sus representantes, serán fundamentales para cualquier desarrollo constructivo futuro del sistema sanitario.