El descenso de temperaturas, tras unos días de calor sofocante, ha traído al Pirineo oscense las primeras nevadas, como se apreciaba este lunes en las cimas más altas del Valle de Benasque, después de las precipitaciones del pasado fin de semana.
No es extraño que las cumbres pirenaicas se vistan ligeramente de blanco en el mes de agosto, aunque son tormentas con poca fuerza que no se consolidan y la nieve desaparece en cuanto vuelve a subir el mercurio.
El domingo, la cota de nieve se situó en unos 2500 metros y se registraron precipitaciones de 75 l/m2 en La Renclusa, 53 l/m2 en Astún, 46 l/m2 en Bachimaña, 37 l/m2 en Canfranc, 33 l/m2 en Estós, 31 l/m2 en Panticosa-Casa de Piedra, 30 l/m2 en Lizara, 29 l/m2 en Góriz, 27 l/m2 en Astún-La Raca, y cantidades inferiores en otros puntos de la red.
La cota de nieve ha subido este lunes a unos 2.500 metros, con las máximas en ligero ascenso y débiles heladas en los picos.