La Policía Nacional ha detenido a un menor de 17 años por los daños ocasionados al disparar con una escopeta de perdigones desde su domicilio, tras la denuncia del dueño de un establecimiento que recibió el impacto de un perdigón cuando reposaba de su actividad en el exterior del local a mediados de junio. La Brigada de Información comenzó las pesquisas y averiguó que otro usuario de la plaza donde ocurrieron estos hechos también había recibido un perdigonazo en la pierna. Una vecina de dicha plaza, además, se llevó un sobresalto al constatar mientras estaba en su terraza que otro proyectil golpeó en su ventana. Y, paracolmo, un familia que jugaba en la zona infantil presenció cómo varios disparos afectaban a una farola de la vía, por lo que abandonaron el lugar.
La Brigada Provincial de Policía Científica se desplazó al lugar de los hechos, estudió las trayectorias de los impactos y recopiló los perdigones para el análisis de los mismos. Los perdigones intervenidos resultaron tener un refuerzo de acero y ser de un calibre 5,5, con mayor potencial lesivo que la mayoría de las escopetas de aire comprimido. Sus conclusiones, unidas a las gestiones realizadas por los agentes de la Brigada de Información, determinaron la vivienda desde la que se habían realizado los disparos, y permitieron concluir además que en la misma residía un menor de edad al que le habían regalado la semana anterior una escopeta de gas comprimido.
Los padres del menor colaboraron en todo momento con los agentes policiales, haciendo entrega de la escopeta referida, así como de la munición, y se pudo comprobar que se trataba de la misma que había sido recogida en los lugares donde se habían realizado impactos. El menor fue detenido por los daños ocasionados, reconoció ser el autor de los disparos, y el atestado fue remitido a Fiscalía de Menores de Huesca.