Alrededor de 200 personas se han manifestado este sábado por el centro de la ciudad de Huesca para exigir al Estado español que reconozca al palestino, que exija ante todas las instancias internacionales el alto el fuego de las fuerzas militares israelíes en Gaza y Cisjordania y ni este país ni la UE sean cómplices "de un genocidio planificado".
Además, reclaman sanciones económicas y diplomáticas a Israel, el cese del comercio de armas, el restablecimiento urgente de los servicios básicos en territorio palestino, el acceso inmediato de la ayuda humanitaria necesaria en el territorio atacado, el restablecimiento del territorio palestino ocupado ilegalmente por Israel y que Benjamín Netanyahu y los principales responsables militares de Israel sean llevados ante la Corte Penal Internacional por los crímenes de guerra cometidos contra el pueblo palestino.
Los manifestantes, convocados por la plataforma Huesca con Palestina, que integra a 18 colectivos, se han reunido en la plaza Santo Domingo a las 12:00 para iniciar el recorrido por el Coso Bajo, detrás de dos pancartas en las que podía leerse: "Huesca con Palestina" y "Piensa lo que compras. Carrefour apoya el genocidio del pueblo palestino. Pasemos a la acción".
La comitiva ha llegado a la Cuatro Esquinas y ha recorrido el Coso Alto hasta la plaza Inmaculada, la calle Valentín Carderera, la calle del Parque y ha regresado a la plaza de Navarra, donde se ha leído un manifiesto. Durante el itinerario, se han coreado distintos lemas como "Cada niño muerto es un niño nuestro", "Boicot a Israel", "Las tierras robadas serán recuperadas", "Vosotros sionistas, sois los terroristas", "No es un conflicto, es colonialismo" y otras.
Este es el manifiesto que se ha leído:
"En Palestina estos días no ha habido ni dulce Navidad, ni noche de paz. La estrella fugaz se ha sustituido por las estelas dejadas por miles de toneladas de misiles israelís. No hay villancicos sino ruidos de explosiones y balas. En la ciudad de Belén, localizada en la Palestina ocupada, se ha instalado la recreación de un pesebre bajo las bombas y entre escombros. Las figuras aparecen pintadas de negro. En Gaza, numerosos platos de comida no llenarán mesas decoradas por Nochevieja: la ONU alerta sobre el riesgo de hambruna, y para muchas familias, la amenaza de morir de hambre ya es real. Las velas no son objetos decorativos sino artículos de lujo ante la falta de electricidad y combustible.
Después de más de 80 días, más de 2 millones de seres humanos siguen hoy en día padeciendo en Gaza la cara más dura de la ocupación israelí. Los ataques indiscriminados e ilegales del ejército sionista, por tierra, mar y aire, están dejando unas cifras estremecedoras: más de 21.000 muertos (entre los cuales 8.800 son niños y niñas, 105 periodistas y 311 miembros del personal médico), más de 7.000 desaparecidos, más de 55.000 heridos, 1,8 millones de personas desplazadas, y 355.000 casos documentados de desplazados que han contraído enfermedades infecciosas. Todas ellas personas con nombres y apellidos, seres queridos, sueños y aspiraciones.
Además, solo el 1% del total de heridos es trasladado a través del cruce de Rafah y la ayuda humanitaria que entra a Gaza a través de Egipto solo cubre el 2% de las enormes necesidades. Los hospitales, las mezquitas y las escuelas, donde se refugian miles de civiles, se han convertido en objetivos militares del Estado genocida de Israel. Atacar un hospital y a los civiles que en él se refugian y trabajan para salvar la vida de personas heridas, enfermas o necesitadas, es una absoluta atrocidad y un crimen de guerra, según la convención de Ginebra. El sistema sanitario en Gaza se encuentra colapsado. Las ambulancias son atacadas, el personal médico es detenido, las instalaciones están rodeadas de tanques y francotiradores que disparan a todo el que intenta entrar o salir. En los hospitales ya no hay agua, luz y apenas queda material médico y combustible para generadores. Nos encontramos ante una dura catástrofe humanitaria.
La barbarie sionista también se extiende a los territorios ocupados de Cisjordania. El hostigamiento es continuo también allí, unido a las detenciones arbitrarias, los asaltos nocturnos, el destrozo de carreteras y vías de comunicación, y la demolición de viviendas palestinas.
Un Estado de Israel que lleva años maltratando la población palestina no se puede escudar en el falso “derecho a defenderse” o en una supuesta lucha antiterrorista. Porque la catástrofe no empezó el 7 de octubre: antes ya había más de 10.000 presos palestinos en cárceles israelíes (muchos de ellos en detención administrativa permanente e incluso siendo menores), asesinatos diarios, usurpaciones de viviendas, quema y tala de olivos, taponamiento de pozos de agua con hormigón, expansión de asentamientos ilegales… Los últimos acontecimientos aceleran la consumación de un genocidio que lleva décadas gestándose.
Volviendo la mirada ante esta barbarie está la Unión Europea, cómplice del genocidio en Gaza. Está el gobierno de España, que mientras hace un llamamiento a que se acabe la masacre, en paralelo, en los mismos días, financia con nuestros impuestos el genocidio comprando armamento a Israel por 4,5 millones de euros, un armamento que viene con el sello de 'comprobado en combate'. Están empresas como Carrefour, que entrega miles de lotes de comida gratuita al ejército criminal sionista, o como CAF, que tiene activo un proyecto de tren rápido para unir Jerusalén con colonias ilegales en territorio palestino ocupado.
Por todo ello, desde este altavoz llamamos al boicot de empresas como Carrefour que colaboran con el Estado terrorista de Israel. Instamos al gobierno de España a emprender inmediatamente acciones coordinadas para exigir la rendición de cuentas de quienes cometen estos crímenes. Instamos a Pedro Sánchez, así como a su Ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a que actúen empleando todos los medios legales a su alcance (a lo que nos obliga la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio) para presionar a Israel con el fin de que cesen los bombardeos y el aislamiento en Gaza y Cisjordania, así como su política expansionista de asentamientos ilegales y de apartheid.
Solicitamos que, a través de las autoridades correspondientes, el Estado español reconozca al Estado palestino, y exija ante todas las instancias internacionales competentes lo siguiente:
La promoción, desde España y la UE, de sanciones económicas y diplomáticas a Israel, así como el cese del comercio de armas.
- El alto al fuego inmediato por parte de las fuerzas militares israelíes en Gaza y Cisjordania.
- El restablecimiento urgente de los servicios básicos en territorio palestino.
- El acceso inmediato de la ayuda humanitaria necesaria en el territorio atacado.
- El restablecimiento del territorio palestino ocupado ilegalmente por Israel.
- Que Benjamín Netanyahu y los principales responsables militares de Israel sean llevados ante la Corte Penal Internacional por los crímenes de guerra cometidos contra el pueblo palestino.
En definitiva, demandamos que el Estado español y la Unión Europea no sean cómplices de un genocidio planificado contra la población palestina. ¡Viva Palestina Libre! ¡Palestina vencerá! "