Las fiestas de Ejep eran sagradas para Antonio Angulo, tanto que recordaba permanentemente que sólo se las perdió en una ocasión, coincidiendo precisamente con mi boda en 1987, que para él fue causa mayor. Era el momento del reencuentro con un vecindario al que admiraba, "la mayor concentración de licenciados y graduados por habitante" -presumía-, y de abrir las puertas de su casa que siempre fue la de todos.
Este sábado, Ejep ha reconocido la figura de su "querido vecino y amigo Antonio". El alcalde, Agustín Nogueras, ha pronunciado un discurso emotivo que ha empezado con una justificación de motivos: "Por su generosidad, ayuda desinteresada y dedicación a este querido pueblo, Ixep, del que fue siempre fiel embajador y que no dudaba en proclamar sus bondades y además se sentía orgulloso de haber nacido en esta tierra".
El edil, con los organizadores del homenaje, ha asentado la identidad de Antonio. "Amistad, gratitud, simbología, principios, valores humanos y éticos, madurez, escasa palabra y mucha acción, palabras con las que le hemos identificado y que él ha proclamado en alguna ocasión. También compatir plenamente esas cuatro virtudes angulares, que un gran amigo suyo relató de manera tan perfecta el pasado 15 de febrero. Justicia, prudencia, fortaleza y templanza". Y otros cuatro vocablos escritos hace siglos que le gustaba pronunciar, "muy buen reflejo de su forma de hacer: la verdad os hará libres".
Agustín Nogueras quiso agradecerle todas las bonitas palabras transmitidas por todos los medios "hacia este pequeño rincón del mundo, dignas de un gran comunicador, buen amigo y buena persona. Deseaos hoy aquí este pequeño y humilde recuerdo, que representará para ésta y futuras generaciones el aprecio y afecto mutuo a nuestro siempre querido y amigo Antonio".
El pueblo de Ixep ha descubierto una placa en el local social: "En memoria de Antonio Angulo, con orgullo y agradecimiento por su compromiso desinteresado con su pueblo de Ejep y sus gentes. Con cariño, tus vecinos".
Presentes Pilar, su mujer de toda una vida, y sus hijos Juan y Luis, éstos han tomado la palabra para recordar que su padre marcaba esta fecha de las fiestas porque le encantaba la convivencia con los vecinos y su forma tan sencilla de disfrutar el día. Fue un gran embajador del pueblo que hoy ejerce por otros predios.