El Barrio del Casco Viejo ha celebrado este sábado el acto de presentación de las mairalesas 2024 en una emotiva gala en el claustro de San Pedro, en la que también se ha rendido homenaje a Mari Carmen Lanuza y José María Banzo y se ha reconocido la labor de rehabilitación de la casa de Enrique Luis Alós y al comercio del barrio, 2 en Goya, de Mercedes Gabarre y Beatriz López.
La velada ha contado con el párroco José Alegre como mantenedor, quien ha apostado por, entre todos, seguir devolviendo vida al barrio, para que continúe siendo “acogedor e integrador”. La brillante actuación de Aire Giménez y Teto Giménez ha cerrado este acto principal de las fiestas del barrio, en el que han participado numerosos vecinos, la vicepresidenta de la Diputación Provincial de Huesca, Celsa Rufas, los concejales del equipo de gobierno Susana Oliván, Marta Escarín y José Veintemilla, así como los ediles socialistas Fernando Sarasa, Ana Loriente y Concha Bailac.
Conducida por Julio Romero, la celebración ha comenzado con la presentación de la mairalesa mayor, Lucía Romero Oliván, y la menor, Cristina Loriente, a quienes han impuesto las bandas las salientes, Laura López Vallejo y Julia Valle Rufas, respectivamente.
El premio a la casa rehabilitada ha recaído en Enrique Luis Alós por su vivienda en el número 65 de la calle Pedro IV, “muy cerca de nuestra querida iglesia de la Malena, por la que tanto se ha luchado para que no cayera en el olvido y poder dignificar su entorno”, ha recordado Julio Romero.
También ha destacado los logros de esta vía “tan especial. Sus vecinos han logrado que llegue a ser una calle rehabilitada casi al 90 %, como debería ocurrir en tantas otras calles del casco antiguo”, ha añadido.
En este caso de Enrique y su esposa Ana han rehabilitado la vivienda que los padres de él, Jesús y Gene, adquirieron en 1973. Tras vivir sus abuelos maternos y, después, Enrique con sus padres y hermanos, estuvo durante años cerrada. “Ahora, con mucha ilusión, la han rehabilitado y habitan en ella muy a gusto, y están muy agradecidos por la acogida de todos sus vecinos”, ha contado el presentador de la gala.
La familia Luis Monesma ha recibido en reconocimiento a esta labor una placa de manos de la presidenta de la Asociación de Vecinos del Casco Viejo, Violeta Gracia.
En el premio Imagen Comercio 2024, Julio Romero ha tenido un especial recuerdo para Muebles Gabarre, que este año ha cerrado sus puertas y “ha dejado la calle Goya huérfana de un comercio de muchísimos años”. Ha trasladado el agradecimiento a la familia Gabarre por “tantos años de trabajo, constancia y buen hacer”.
Este recuerdo ha tenido que ver con que el comercio premiado es “2 en Goya”, que ha puesto en marcha una de las hermanas Gabarre, Mercedes, junto con Beatriz López, que también proviene del comercio a través de Baños López. Ambas “saben lo que es pelear por mantener el negocio”, ha señalado Romero.
Ha valorado que este establecimiento es “un espacio donde acercan al paseante el arte de la fotografía y la pintura con una exposición permanente. Llevan el arte a la calle y, de esta manera, motivan y acostumbran a otra mirada. Hacen que el arte forme parte de la vida en la ciudad y más en concreto en el casco”, ha apuntado.
La placa ha sido entregada a Mercedes Gabarre, ya que Beatriz López no ha podido llegar por motivos de trabajo, por la miembro de la asociación de vecinos Elena Santolaria.
HOMENAJE A MARI CARMEN Y JOSÉ MARÍA
La celebración ha continuado “con el orgullo de todo el barrio” por homenajear a Mari Carmen Lanuza González y José María Banzo Fañanás, un momento especialmente emotivo para Julio Romero por el cariño que se profesan como vecinos y amigos.
Ha recordado que José Maria nació en la calle Lanuza, estudió en Santa Rosa y San Viator, y Magisterio en La Normal. Se desplazó a Barcelona para dar clases en una academia, que casualmente era del hermano del propietario de Calzados Franco, ubicada en el Coso. Dejó este trabajo para poder acudir a un viaje a Japón con la Sección Femenina, donde había aprendido jota. Tras el servicio militar, dio clases de Educación Física en el Instituto Ramón y Cajal mientras preparaba unas oposiciones que le llevaron al Banco de España en Lérida, donde estuvo cinco años hasta que logró el traslado a Huesca y comenzó a vivir en el Casco Viejo.
Mari Carmen nació en la Plaza Lizana, estudió en la Academia de doña Aurelia y luego en Santa Ana. Al acabar el bachillerato, preparó oposiciones en la Academia Gari y realizó el servicio social, donde se dedicó a hacer canastillas para bebés y a ayudar a un médico en el Instituto de Higiene. Aprobó la oposición y entró en la oficina de la Sección Femenina, donde aprovechó para aprender a bailar la jota. Tras estar empleada tres años en Lérida, regresó a Huesca en 1976, donde trabajó en la Jefatura provincial, el Gobierno Civil y el Ministerio de Vivienda.
Las vidas de ambos se juntaron bailando jota en la Sección Femenina. En uno de los viajes empezaron a salir y, como ha apuntado Romero, “comenzaron a pasear su amor Coso arriba, Coso abajo, se bajaban hasta el banco del paseo de la Estación y no faltaban a la discoteca La Plancha”..
Mientras estuvieron trabajando en Lérida, se casaron en la Iglesia de Santo Domingo el 1 de enero de 1973, y cuando volvieron a Huesca se compraron un piso en la calle San Salvador, donde sigue residiendo. A pesar de estar viviendo en la capital leridana cuando tuvieron a sus hijos, Alberto y Guillermo, “no son catalanes, están paridos en Huesca”, como le gusta recordar a Mari Carmen. Y tienen tres nietos Mario, Siro y Alex.
“Quiero agradeceros toda la labor que hacéis por el barrio, toda la ayuda que nos prestáis”, ha dicho Romero, quien se ha emocionado al trasladar también el agradecimiento “por querer tanto -ha dicho- a mi familia. Ha sido un placer encontraros en esta vida. Sois personas muy amables, sencillas, cariñosas...”, les ha trasladado.
CONSTRUIR UN BARRIO PARA HABITAR
El acto ha sido cerrado por mantenedor, el párroco de San Pedro, José Alegre, “una persona muy comprometida con el patrimonio oscense, gran trabajador, gran persona y muy querido por todos”, ha puesto de manifiesto Julio Romero.
José Alegre ha comparado el claustro de San Pedro y el trabajo por seguir restaurándolo, que no se deteriore y preservarlo para el futuro con el barrio del Casco Viejo. “Debemos evitar que el tiempo pase y deteriore nuestra convivencia, nuestros rasgos identificativos, nuestras señas de identidad. Restauremos para mejorar con criterios de este momento, quizás no sean los mejores, pero son los que tenemos y los que pueden hacer que la esencia de nuestro barrio y el fundamento de la integración y la convivencia puedan perdurar en el tiempo y no se convierta en un lugar de una soledad poblada de aullidos”, ha expresado.
“Los lugares que no se transitan ni se utilizan, no se dignifican ni se cuidan y crece en ellos la maleza. Ayudemos a rehabilitar, a revivir nuestro barrio -ha pedido Alegre-. Pongamos cada uno de nuestra parte para que sea ese lugar de convivencia transitable. Sigamos devolviendo vida a este barrio para que siga siendo un lugar donde estemos a gusto y podamos seguir conviviendo”.
“Tengamos siempre presente -ha continuado Alegre- que esto depende de nosotros, no son los otros los que tienen que hacer, no serán los otros los que vengan a hacer. Seremos nosotros los que, con nuestro grano de arena, nuestra pequeña piedra, junto con otras, como la preciosidad de este claustro, podremos seguir construyendo un barrio que juntos podamos habitar”.
Como ha demandado para finalizar, “sigamos proponiendo ideas e iniciativas que provoquen que este barrio siga siendo vivo, acogedor e integrador como lo es este claustro de San Pedro”.
La gala se ha completado con el cante Aire Giménez, acompañada a la guitarra por su padre, Teto Giménez, en un concierto que ha puesto un gran cierre al acto de apertura de los festejos, que han continuado con el concierto de Los Peludos y Dj Claudio en la plaza López Allué y que cuentan con un amplio programa de actividades para las próximas jornadas.