El empresario Eduardo Lacasta hizo en Zaragoza un encargo especial: pintar la entrada de la iglesia de San Miguel de Latre, el pueblo del municipio de Caldearenas del que procede, y que entre los motivos de la nueva ornamentación figurara él mismo en el papel de San Matías.
Esta decisión la realizó sin consultar con el Ayuntamiento, el Obispado o contar con asesoramiento de Patrimonio del Gobierno de Aragón y el resultado no resultó del agrado de la mayoría de los vecinos de la zona. Pero cuando se ha conocido que el mecenas aparece en la pintura de la lonja, el enojo se ha tornado en indignación y llueven las críticas por este egocentrismo del empresario.
Primitivo Grasa, alcalde de Caldearenas y presidente de la Comarca del Alto Gállego, afirma que la opinión mayoritaria es que la iglesia debe volver a su estado original. Según explica, se ha puesto en contacto con el Obispado de Jaca, que tiene previsto analizar este asunto en una próxima reunión, y también está pendiente de plantear la situación al Gobierno de Aragón “para ver qué opinan”.
Por el momento, lo que corre como la pólvora es el enfado al darse a conocer esta noticia. Eduardo Lacasta procede de Latre, donde cuenta con su casa natal rehabilitada, a la que acude prácticamente todos los fines de semana desde Zaragoza, donde tiene su residencia.
Propietario del Hotel Mur de Jaca, en 2019 fue condenado por su implicación en el caso Fincas Atlanta, un fraude inmobiliario millonario, y a través de un pacto con la Fiscalía redujo sus penas de prisión.
La iglesia de San Miguel de Latre es románica, de principios del siglo XII. Consta de una nave y preserva el ábside original. La torre es un añadido de épocas posteriores. Incluye tres altares barrocos y en el mayor se muestra al arcángel San Miguel matando al dragón.