El Ayuntamiento de Huesca va definir la futura movilidad urbana teniendo como base el estudio realizado por la empresa Doymo, cuyas conclusiones y soluciones se han dado a conocer este viernes y van a comenzar a ser debatidas en la Ponencia de Movilidad.
Una de las conclusiones es que la actuación ya desarrollada hasta ahora es homologable con las zonas de bajas emisiones (ZBE) y no hace necesario el control con etiquetas, lo que evitará más restricciones en la circulación de vehículos. El estudio de movilidad urbana sostenible en Huesca propone completar esas zonas peatonales, llegando en un horizonte lejano a ampliar la superficie de prioridad peatonal un 68 %. El estudio se centra también en los entornos escolares, con diversas actuaciones para que sean espacios seguros.
Además, plantea otras medidas complementarias como ajustar las conexiones de los carriles bici y actualizarlos en los puntos conflictivos, actuar sobre los puntos negros en la ciudad para mejorar la seguridad vial y reestructurar el transporte público. Se propone asimismo crear un aparcamiento en General Alsina, e implantar zonas para estacionar exclusivas para vecinos.
El estudio pone de manifiesto, asimismo, la necesidad de una ordenanza, en la que ya trabaja el Ayuntamiento, para la regulación de bicicletas y patinetes, sobre todo en la zona peatonal, por el conflicto que ahora genera entre peatones y usuarios de estos vehículos de movilidad personal. Y apuesta por Huesca Ciudad 30, una reducción de velocidad que es efectiva para aminorar el ruido y para reducir la gravedad de las consecuencias de un siniestro vial. Otra medida sería la limitación de circulación de vehículos pesados por el interior del casco.
Las conclusiones del estudio de Movilidad en Huesca han sido presentadas a los medios de comunicación este jueves por el concejal de Urbanismo y Movilidad, Iván Rodríguez, y el director de proyectos de Doymo, Manuel Pineda, y van a comenzar a ser debatidas en la Ponencia de Movilidad. Rodríguez ha expuesto que este estudio es una propuesta provisional de máximos, que será la base del Plan de Movilidad Urbana de Huesca.
El concejal de Urbanismo ha destacado algunos datos que aporta, como el incremento en 10 años de la movilidad en la ciudad un 20 %, cuando la población ha crecido un 4 %, lo que indica que es una ciudad dinámica, y que tres cuartas partes de los desplazamientos son a pie, “por lo que el proyecto de peatonalización que se inició hace más de diez años ha tenido éxito”, ha apuntado.
“En esa línea de trabajo, vamos a ir terminando el proceso de peatonalización y mejorando la movilidad de la ciudad”, ha indicado el concejal. Tras las fiestas de San Lorenzo se completará en el Coso Alto y está previsto que continúe por las calles Alcoraz, Zaragoza, plaza de Navarra, calle Miguel Servet, Desengaño, calle Lanuza y, a futuro, otras vías como la calle del Parque.
Uno de los puntos clave es la zona de bajas emisiones, que por normativa se debe implantar, pero “tenemos la ventaja de que nuestra peatonalización es homologable con la ZBE y podemos hacerlo sin control de etiquetas -ha dicho Rodríguez-, lo que va a evitar poner más restricciones a la circulación. Se debe a que tenemos buena calidad del aire y amplias zonas con niveles de ruido bajos, como consecuencia del proceso que se inició hace años de peatonalización del que hoy recogemos los frutos”, ha destacado.
Antonio Pineda ha añadido, en este sentido, que la actualización prevista por la Comisión Europea con el horizonte de 2030 es mucho más exigente en los valores que propone, y Huesca ya los cumple en 2024. Por lo que respecta a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la mayoría de los parámetros también los cumple”.
En resumen, “tenemos una ciudad con una calidad medioambiental bastante alta y vamos a seguir con el modelo que tiene Huesca de zona peatonal y culminarlo”, ha apuntado. “No creemos que ayude el control con etiquetas, algo que permite el decreto de ZBE mientras que se cumplan los objetivos”, ha aclarado, pero sí consolidar la zona peatonal e implantar zonas de bajas emisiones en entornos educativos.
Dentro de las zonas de bajas emisiones, existen las estanciales -con muy pocos vehículos-, las calles peatonales restringidas con control de acceso, y las calles residenciales, que se refiere a vías con prioridad peatonal, pavimento único, velocidad limitada a 20 kilómetros hora y con la posibilidad de mantener el aparcamiento siempre que esté señalizado.
En la propuesta, la ampliación de la zona de prioridad peatonal se extiende tanto por el norte como el sur de la actual y supondría que creciera como máximo un 68 % (24 hectáreas). “No es una medida pequeña, pero de momento, siguiendo la experiencia de la anterior peatonalización, no se debe hacer inmediatamente, porque sin una planificación previa tampoco se favorece la movilidad peatonal. Planteamos un horizonte lejano y conforme se vaya urbanizando, y de acuerdo con los vecinos, se podrá integrar o no en esa zona peatonal. Sí se transformará en la denominada calle residencial", ha explicado Pineda.
CENTROS ESCOLARES
Otra tipología de zonas de bajas emisiones se adaptaría para los entornos de los centros escolares, donde se producen saturación en las calles debido a los coches que acceden a los colegios, con unas horas punta.
Así uno de los principales desafíos del plan es generar espacios seguros en el entorno de los colegios y la propuesta cuenta con varias medidas complementarias. Primero, peatonalizar o ampliar aceras en la entrada al centro, salvando esas zonas de vehículos por lo menos a las entradas y salidas. Entre medidas ya adoptadas por algunos centros está instalar un pilona que pueda levantarse cuando sea necesario convertir la vía en peatonal o lo que ya se realizó junto al colegio El Parque.
A ello se unirían zonas de parada corta para poder dejar a los estudiantes en el entorno de una forma segura, conocidos como ‘kiss and go”, y espacios para paradas de autobuses. Finalmente, la actuación se completaría con aparcamientos disuasorios más lejanos.
“Estamos trabajando en intentar dar soluciones específicas para cada uno de los colegios”, ha señalado Pineda.
Otra de las medidas es habilitar dos autobuses exclusivos para los colegios que realicen el recorrido a los centros y disminuir el uso del coche.
CARRIL BICI
El carril bici cuenta ahora en Huesca con 17 kilómetros y el objetivo es llegar a 22, un 24,48 % más, lo que llevaría a contar con una red completa, con actuaciones en las calles Alcañiz, Teruel y avenida de los Danzantes.
Al mismo tiempo, contempla mejorar algunos tramos tanto en anchura como eliminar el modelo de acera bici, ahora desaconsejado. En ese sentido se plantea ir trabajando para segregar el carril de la acera.
También se incluye en el estudio la necesidad de aumento de aparcabicicletas con 15 nuevos puntos y 60 plazas repartidas junto a centros deportivos y educativos en distintos barrios, para llegar a 537 plazas.
TRÁFICO
El estudio de movilidad plantea, por otra parte, la mejora de la seguridad vial en los tramos que son más conflictivos, con el objetivo de cero víctimas mortales. Las actuaciones se plantean en puntos negros de la ciudad, con concentración de siniestros, en concreto en las calles Lucas Mallada, Alcañiz, Martínez de Velasco, Juan XXIII, Ronda Industria, Ramón y Cajal, Fraga y avenida Monreal; estas tres últimas vías han registrado accidentes mortales.
Asimismo, propone que, en las calles residenciales con aparcamiento, que éste sea exclusivo para residentes. Como ha explicado Pineda, “actualmente hay zona peatonal con control de accesos, zona azul perimetral que racionaliza la utilización del aparcamiento, pero en medio han quedado plazas libres, sobre todo en el norte del casco histórico, muy transitados en busca de ese espacio para dejar el coche, y eso lo sufren los vecinos. Por eso, vemos positivo, en la medida de lo posible, reservar plazas para residentes".
Para una gestión más eficiente del tráfico, Iván Rodríguez ha apuntado la creación de un aparcamiento en General Alsina.
OTROS DATOS
Antonio Pineda ha apuntado varios datos, como que, comparando con otras ciudades entre 50.000 y 100.000 habitantes, “Huesca es la campeona en movilidad sostenible. Los desplazamientos a pie o en bicicleta suponen un 58 % de los totales y un 4 % en transporte público. Este porcentaje crece en los desplazamientos dentro de la ciudad. La política de peatonalización es correspondida por buena parte de la ciudad”, ha considerado.
Otro dato es que, de todas las ciudades que ha analizado el estudio, Huesca es donde más espacio se destina al peatón, con más de la mitad, mientras que la media de la Red de Ciudades que Caminan era un 32 %.
Respecto a la peatonalización, el estudio ha comprobado que las vías no urbanizadas del centro registran menos demanda peatonal, hasta un 40 % por debajo. “El Coso Alto tiene un 60 % del número de peatones que tiene el Coso Bajo”, ha apuntado. Además, las vías perimetrales a la zona peatonal tienen aceras estrechas y saturación de aparcamientos, como San Lorenzo, Padre Huesca o Desengaño, lo que incide en la idea de culminar la mejora iniciada.