Fallece Fernando Elboj, el alcalde de Huesca tenaz y el político que sembró sus convicciones día a día

El funeral por el eterno descanso del que fuera primer edil tendrá lugar a las 11 horas del día 1 de febrero en la Parroquia de Santiago Apóstol

30 de Enero de 2023
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Fernando Elboj, alcalde que fue de Huesca. Foto Víctor Ibáñez
Fernando Elboj, alcalde que fue de Huesca. Foto Víctor Ibáñez

Fernando Elboj Broto, alcalde que fue de Huesca entre 1999 y 2010, senador en dos etapas, director provincial de Educación, ha fallecido a los 76 años. Un socialista que ha marcado una época en la historia democrática por su tenacidad, por su versatilidad, por su habilidad oratoria, por su reflexión y por su firmeza, que fueron sus herramientas para una transformación de la ciudad en la que los aciertos superaron a los errores, aunque de todo hubo en la viña del Señor, como con todos los servidores públicos. Como aducía Santiago Carrillo, en la política el arrepentimiento no existe; uno se equivoca o acierta, pero no cabe el arrepentimiento.

Nacido en 1946, orientó sus estudios hacia una de sus grandes pasiones, la historia, que enseñó a sus alumnos en el Instituto Ramón y Cajal (y en Binéfar, y en Jaca...). De él esgrimían los estudiantes que tenía un método eficaz de enseñarla, incitando además tanto a racionalizarla como a la agrupación en actividades culturales como e.l teatro o la poesía. Era, en todos los sentidos, un agitador, y de hecho simpatizó con la izquierda radical. Como sostenía Cánovas del Castillo, la política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible.

En 1982, asumió su primer rol importante en el PSOE: senador en el primer parlamento dominado por la formación liderada por Felipe González en la democracia. Eran tiempos en los que al debate exterior se sumaba el interno. Era uno de los líderes del grupo Plataforma junto a Carlos García, Antonio Calvo y Ángela Abós, cuando la rica dialéctica en el partido se fundamentaba en las visiones análogas pero plurales de las cuatro patas de la mesa socialista: los oficialistas de Santiago Marraco-Víctor Morlán, los monegrinos de Juan José Rodríguez e Izquierda Socialista (la única corriente reconocida como tal a nivel federal) de José Luis Sánchez y la plana mayor ugetista. En el equilibrio entre los sectores, sus compañeros apreciaron en él la condición idónea para asumir un papel en una encrucijada fundamental: fue el responsable de relaciones con los medios de comunicación de la campaña a favor de la integración de España en la Alianza Atlántica frente a la oposición externa e intestina bajo el eslogan "OTAN, de entrada, no".

Celebró, de hecho, con moderación, su éxito cuando la noche del 12 de marzo de 1986 el escrutinio favoreció las tesis del Gobierno de Felipe González, que suspiró aliviado. Durante los meses precedentes, Elboj, que reconocía la querella íntima entre las convicciones añejas y la conveniencia sobrevenida, había desarrollado un trabajo hercúleo de reuniones con distintos sectores mediáticos, entre ellos con este cronista que admiró su habilidad argumental desde aquel mismo invierno tras aquel largo café en el Rugaca.

Elboj Broto era un gran fajador, hombre duro de roer. Su ascendente en el partido creció, así como su habilidad negociadora constatada en aquella asamblea de 14 de septiembre de 1986 en que Francisco Pina Cuenca, con el apoyo de Santiago Marraco, fue elegido secretario general de la provincia. Las fuerzas cambiantes provocaron que fuera apeado de la Cámara Alta en 1989, y un año después fue nombrado director provincial de Educación en la provincia, tiempos en que las competencias residían en la administración central. En 1994, fue cesado como consecuencia, precisamente, de la pérdida de confianza desde el sector oficialista del partido.

Fernando Elboj se retiró aparentemente durante una temporada a sus recoletos espacios en el Parque Miguel Servet, donde era frecuente verle sentado con un libro, ora de historia, ora de poesía. Y, sin embargo, su vena política se manifestó en la primera ocasión en la que se convocaron primarias en el PSOE. Ahí confluyó como contrincante del candidato oficialista... y ganó. Los titulares reconocían la pertinacia del entonces exsenador, que había vencido al aparato. Los meses siguientes fueron de una intensidad extraordinaria. A Elboj Broto se le veía allí donde había cualquier movimiento, fuera social, cultural o deportivo. En el mercadillo de los martes y sábados, en las actividades creativas (sin gran esfuerzo), incluso en partidos de fútbol o de baloncesto, él que no tenía un gran apego por las competiciones. En mayo de 1999, sucedió a José Luis Rubió (PP) como alcalde tras aprovechar la suma de asientos entre PSOE, Izquierda Unida y el PAR.

Dicen los anales que el primero de sus mandatos fue el más brillante, en el difícil equilibrio de la coalición. Allí se sucedieron algunos de sus principales logros urbanísticos. Era omnipresente. Daba igual que fuera una inauguración de una empresa que en la romería a la Ermita de Salas (sus rectores sostienen que fue un gran alcalde para el templo), se hizo asiduo en El Alcoraz y en el Palacio de los Deportes. Este cronista se reía, junto a Antonio Angulo, ante esta inusitada vocación deportiva del alcalde tranquilo. Eso sí, pronto dio paso a su gran proyecto: el Palacio de Congresos. Como aseguraba en una Diáspora Altoaragonesa, su gran sueño era ver a una gran compañía interpretando "El lago de los cisnes". Paralelamente, urbanizó el parque de la universidad e intentó una regeneración del Casco Antiguo, además de llenar de esculturas las rotondas (Forges calificó Huesca como "rotondas city") y otros espacios de la ciudad. También tuvo su zozobra con el problema del agua que gestionó con una solución posibilista, la llegada del agua del Cinca a través de Valdabra.

Simultaneó desde 2008 el Senado con la Alcaldía. Aducía que había que estar en los lugares donde se toman decisiones a gran escala. Dos años después, el 3 de julio, dejó paso a su mano derecha, Luis Felipe, que tomó la vara de alcalde hasta 2011.

Tras su segundo paso por la institución senatorial, se retiró definitivamente a sus cuarteles de invierno, al reencuentro con su austeridad irrenunciable. Pronto recrudeció en medio de la contradicción: él, inagotable lector, gimnasia mental de campeón, cayó en las garras del Alzhéimer, en el que le acompañó su inseparable e inteligentísima Carmen Larroche. Hasta este lunes en el que ha descansado un trabajador infatigable, hombre convencido de la necesidad de las misiones que afrontaba. Ya descansa en paz, quizás en algún rincón con un libro en la tierra que le sea leve.

CONDOLENCIAS

El Ayuntamiento de Huesca muestra su pesar por el fallecimiento, este lunes 30 de enero, de Fernando Elboj Broto, alcalde de Huesca desde 1999 hasta 2010. La corporación municipal traslada el pésame a familiares, allegados, compañeros y amigos. El alcalde de Huesca, Luis Felipe, ha incidido en que Fernando Elboj fue un alcalde “enamorado de Huesca, muy trabajador y que apostó siempre por la modernización y la transformación de la ciudad”.

Las personas siempre estuvieron en el centro de sus políticas. Trabajó por todos los oscenses, construyendo una ciudad acogedora y activa. Fue un alcalde carismático, cercano y muy involucrado en la vida social, cultural, deportiva, universitaria de la ciudad”, ha recordado el alcalde. Fernando Elboj, ha continuado Luis Felipe, “fue un referente no solo dentro de su partido, sino dentro de la política aragonesa. En Huesca trabajó pensando siempre en el futuro de la ciudad y creó nuevos espacios, viviendas, parques e infraestructuras como el Palacio de Congresos. Un Palacio sin el que Huesca no sería lo que es hoy en día”.

El funeral de Fernando Elboj tendrá lugar este miércoles, 1 de febrero, a las 11.00 horas en la iglesia de Santiago. La familia recibe este martes 31 de enero a partir de las 10.00 horas en el tanatorio de Huesca (C/Fraga, 11).

El reglamento de Protocolo municipal establece el procedimiento específico para el fallecimiento de un ex alcalde de la ciudad. Indica que el alcalde, Luis Felipe, colocará el bastón de mando de alcalde sobre el féretro y un representante de cada grupo político con representación en la corporación local participará en la imposición de una bandera de Huesca.

El Partido Socialista ha remitido a los medios un comunicado. “Hoy la ciudad, la provincia y el PSOE pierden a uno de sus grandes referentes”, ha señalado el Secretario General de la Agrupación Local del PSOE Huesca, Luis Felipe.

Durante los once años que Fernando Elboj estuvo al frente de la alcaldía de la capital altoaragonesa, “hizo de nuestro municipio una ciudad abierta, acogedora y activa, siempre con el objetivo de crecer en servicios y oportunidades para los oscenses”. En este sentido, Felipe ha recordado la construcción del Palacio de Congresos, inaugurado en 2008. “Huesca no sería lo que es si él no hubiera planteado este proyecto. Supo ver la importancia que tendría no solo para la ciudad sino para toda la provincia, contar con una infraestructura de estas características, foco de atracción de eventos pero también de turismo en torno a ellos”.

“En el recuerdo de todos”, ha continuado, “siempre estará la gestión que hizo de la grave sequía que asoló a la localidad en 2005. Fue el primer alcalde en tomar la decisión de restringir el uso de agua ante la  carencia que había”, y ha añadido que “su tenacidad permitió acelerar las obras para llevar agua a la capital desde el Cinca a través de Valdabra”.

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