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Felipe Zazurca: "El fiscal tiene una profesión apasionante y mucho más positiva y compleja de lo que a veces se percibe"

El fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Zaragoza considera que el Palacio de Justicia facilitó el acceso a la ciudadanía

15 de Septiembre de 2024
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Felipe Zazurca.
Felipe Zazurca.

Felipe Zazurca ejerció como fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Huesca, desde septiembre de 2001 hasta marzo de 2017, y ahora desempeña ese mismo cargo en Zaragoza. Vivió, por ello, la transformación que supuso la inauguración del nuevo Palacio de Justicia de Huesca, disfrutó las mejoras que aparejó y tuvo que afrontar también algunas reticencias iniciales que surgieron.

Zazurca rememora la "prehistoria" de este proyecto, especialmente desde la perspectiva de la Fiscalía, señalando que en su momento mantuvieron diversas reuniones en la ciudad del Ebro, con arquitectos y con el equipo de la Dirección General de Justicia del Gobierno de Aragón. Aquellas sesiones, en las que también participó el fiscal superior, se desarrollaron sin grandes conflictos.

Zazurca recuerda que las principales reticencias vinieron por parte de la magistratura, que consideraba que la distribución de los despachos y las instalaciones no se ajustaba adecuadamente a las necesidades tanto de los tribunales colegiados como de los juzgados unipersonales. 

El traslado al nuevo edificio también generó ciertas reservas debido a su ubicación, ya que suponía el desplazamiento desde el centro de la ciudad hacia una zona más periférica.  No obstante, considera que este tipo de procesos son muy similares en toda España, dado el auge de nuevos edificios judiciales en varias ciudades. En el caso de Huesca, recuerda que la ciudad ha crecido en parte hacia esa zona, lo que atenuó un poco las inquietudes iniciales.

Zazurca relata que, cuando llegó a Huesca, en 2001, las instalaciones en las que trabajó durante 13 años no reunían las condiciones necesarias para un Palacio de Justicia. El edificio principal de la calle Moya, donde se encontraba la Audiencia Provincial, albergaba diversos órganos judiciales en espacios que no eran del todo adecuados. "La Fiscalía, por ejemplo, estaba situada en la parte superior del edificio, en lo que anteriormente había sido el comedor del domicilio del presidente de la Audiencia y cuando estabas trabajando se escuchaba a las palomas pasear por encima del techo. Era un edificio ya amortizado".

Además, rememora que los juzgados estaban dispersos por la ciudad, con los de Instrucción y lo Penal en un edificio cercano a la Iglesia de San Vicente, y los juzgados de lo Social en la calle Santo Grial.

Zazurca concluye que la unificación de todas estas dependencias en un único edificio era necesaria, pues "facilita tanto el trabajo de los profesionales como el acceso a la ciudadanía", y apunta que tiene capacidad para crecer, lo que lo convierte en una solución eficiente para absorber el aumento en el número de órganos judiciales con el paso de los años.

EL PAPEL DEL FISCAL

Históricamente, el fiscal ha sido "el gran desconocido" dentro del sistema y cita el artículo 124 de la Constitución, que recoge que está encargado de promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, los derechos de los ciudadanos, el interés público y el adecuado funcionamiento de los tribunales. Esta definición, según Zazurca, es amplia y abarca diversas responsabilidades que se ejercen bajo los principios de legalidad, imparcialidad, unidad y dependencia jerárquica.

En la práctica, admite que muchas personas consideran que se trata de una figura estrictamente acusatoria, una visión, en su opinión, influenciada por el cine y la cultura estadounidense, donde el rol del fiscal en los juicios tiene diferencias significativas con el del sistema español. 

Con el paso del tiempo, el papel del fiscal ha cobrado mayor protagonismo, ya que las leyes han aumentado su intervención en más asuntos, algunos de los cuales antes no estaban claros. Zazurca explica que "el fiscal tiene una profesión que es apasionante y mucho más positiva y compleja de lo que a veces se percibe".

"Los fiscales no pueden quedarse como figuras pasivas que simplemente trabajan desde sus despachos"

También reconoce que muchas veces el propio colectivo de fiscales no ha hecho lo suficiente para que la sociedad comprenda mejor su labor. Señala la necesidad de que las fiscalías adopten "un proceso constante de actualización y modernización". Para Zazurca, "los fiscales no pueden quedarse como figuras pasivas que simplemente trabajan desde sus despachos". Subraya la importancia de la transparencia, la relación con la opinión pública y los medios de comunicación, y los acuerdos con otras instituciones como los letrados, todo dentro de un marco equilibrado.

El fiscal jefe recuerda que en 2005 se emitió una instrucción de la Secretaría General del Estado sobre la portavocía de las fiscalías y la relación con los medios, subrayando que esta interacción es crucial para una Fiscalía moderna.

Aunque el fiscal depende jerárquicamente de superiores, su actuación siempre debe ser "imparcial y guiada por la legalidad", sin influencias externas. Entre las funciones más conocidas del fiscal, menciona su intervención en los juicios penales, donde defiende no solo a la víctima, sino también los intereses de la sociedad, ya que "el delito se considera un perjuicio colectivo".

Además, el fiscal también desempeña funciones en el ámbito civil, especialmente en casos relacionados con el derecho de familia, defendiendo los intereses de los menores de edad y de personas con discapacidad. Otra de sus responsabilidades clave es la intervención en materia de menores, donde la Fiscalía asume la instrucción de los procedimientos que implican a menores de 18 años.

Sobre el rol del fiscal jefe, Zazurca lo describe como un "primus inter pares", es decir, un primero entre iguales, cuya función es organizar y dirigir la Fiscalía. El fiscal jefe tiene la responsabilidad de asegurar el cumplimiento de las normas orgánicas del Ministerio Fiscal, convocar juntas periódicas de fiscales, y mantener relaciones con los principales órganos de la Fiscalía General del Estado, como la Secretaría Técnica, la Inspección Fiscal y la Unidad de Apoyo.

Además, el fiscal jefe actúa como coordinador y director de la oficina fiscal, resolviendo cuestiones relacionadas con la distribución del trabajo y los desacuerdos que puedan surgir entre los fiscales. Su objetivo principal es garantizar el buen funcionamiento de la Fiscalía.

DE HUESCA A ZARAGOZA

Respecto a las diferencias entre su labor en Huesca y su actual puesto en Zaragoza, Zazurca manifiesta que la principal diferencia es cuantitativa. Mientras que en la provincia altoaragonesa el trabajo era más limitado y específico debido al menor volumen de casos, Zaragoza presenta un mayor nivel de conflictividad, con una carga de trabajo significativamente superior.

Por otro lado, cambios sociales recientes, como la pandemia y el confinamiento, han incrementado la conflictividad en áreas como el derecho matrimonial.

Además, señala que en Zaragoza existe una menor cercanía entre los profesionales del ámbito judicial, dado el número mucho mayor de fiscales, abogados y jueces. "En Huesca, donde trabajaban solo diez fiscales, todos nos conocíamos personalmente, mientras que en Zaragoza, con unos 40 fiscales", las dinámicas son diferentes. Esta distancia se ve reflejada también en el volumen de órganos judiciales, que es mucho mayor en Zaragoza.

Zazurca también reflexiona sobre su experiencia personal, recordando que llegó a Huesca con 42 años y ahora, a sus casi 66, percibe los cambios no solo en el entorno laboral, sino también en su propia perspectiva y carga de trabajo, lo que añade una dimensión subjetiva a su análisis.

En el ámbito penal, destaca que uno de los mayores cambios ha sido el incremento de la criminalidad informática. Delitos como estafas a través de dispositivos móviles e Internet, que van desde pequeñas cantidades hasta apropiaciones importantes, han crecido considerablemente. "Una de las mayores complicaciones es que los autores de estos delitos pueden estar ubicados en cualquier parte del mundo, lo que dificulta su control y persecución". Zazurca resalta que, aunque las fuerzas de seguridad, como la Guardia Civil y la Policía, trabajan bien en estos casos, la complejidad de estos delitos ha aumentado debido a su naturaleza transnacional y técnica.

Además, señala que el acceso de menores a redes sociales y plataformas en línea ha generado un aumento de los delitos contra la libertad sexual, como los cometidos por pederastas, lo que constituye una preocupación creciente en la era digital. 

Otro aspecto que ha permanecido relativamente estable en cuanto a cantidad es el tráfico de sustancias ilegales, aunque en Huesca y Zaragoza no se observan tantos delitos graves de este tipo en comparación con otras regiones como la costa mediterránea, donde es más significativo debido a su posición geográfica.

Zazurca también comenta que en Zaragoza se celebran más juicios con jurado en comparación con la capital oscense, lo que se debe a la mayor cantidad de población y, por lo tanto, de casos. "Por ejemplo, en Huesca podía haber solo uno o dos juicios con jurado al año, mientras que en Zaragoza pueden llegar a ser entre cuatro y cinco, dependiendo de los años. Este aumento no es cualitativo, sino una simple consecuencia del mayor volumen de casos en una ciudad más grande".

Zazurca recuerda casos como el crimen de Fago, el de Arén o el de una madre casada con un militar estadounidense

LOS CASOS ESTRELLA DE HUESCA

Zazurca afirma que el periodo estuvo trabajando en Huesca se le pasó "muy rápido" y recuerda como el caso con mayor trascendencia mediática y repercusión pública en su trayectoria el "Crimen de Fago", un asesinato ocurrido en enero de 2007 que atrajo una notable atención nacional. Aunque el juicio fue en noviembre de 2009, el caso sigue siendo relevante y aparece en libros y programas de televisión. 

Sin embargo, Zazurca también destaca otros casos que, aunque no alcanzaron la misma notoriedad en los medios, dejaron una huella en su carrera. Uno de ellos involucró a "una madre casada con un militar estadounidense que luchaba por la custodia de su hijo, con una resolución de un tribunal americano que reclamaba al niño para llevarlo a los Estados Unidos".  A pesar de la presión, el caso se resolvió a favor de la madre, lo que considera justo y adecuado. 

También rememora otros crímenes que tuvieron su complejidad, como un asesinato en Arén, en el que el acusado era francés y la víctima holandesa. El Tribunal Supremo anuló la primera sentencia y ordenó un nuevo juicio, donde el acusado resultó de nuevo condenado.

Felipe Zazurca asegura que no está interesado en intervenir en casos de alta relevancia política, para los que, en su opinión, se necesita una gran capacidad de aguante y fortaleza. A sus 66 años y a dos años y medio de terminar su mandato como fiscal jefe en Zaragoza, no tiene aspiraciones de mudarse a Madrid o a otro lugar; su intención es permanecer en Zaragoza hasta su jubilación.

Al preguntarle si existe una excesiva judicialización, expresa sus dudas pero sí observa que hay demasiada información sobre los casos desde el principio. Considera que no es positivo que los medios de comunicación tengan tanto acceso a los sumarios desde fases tempranas y que las declaraciones se publiquen en los medios.

Aunque reconoce la importancia del periodismo, cree que debería respetarse más el secreto de sumario, ya que la difusión prematura de detalles puede llevar a confusiones y malinterpretaciones por parte del público. 

RETOS Y REIVINDICACIONES

En cuanto a los retos y reivindicaciones del colectivo, Zazurca destaca que una de las principales peticiones es el incremento en el número de fiscales. Aunque se han creado nuevas plazas en los últimos años, particularmente en Huesca, señala que sigue siendo insuficiente para la carga de trabajo que asumen. Un estudio sobre la proporción de fiscales por habitante en distintas ciudades,  concluye que Zaragoza está en desventaja en comparación con otras urbes más pequeñas, que tienen más fiscales por número de habitantes.

En este sentido, expresa su deseo de que, a lo largo de los próximos años, se creen al menos tres nuevas plazas de fiscales en Zaragoza para mejorar la distribución del trabajo. Considera que, con más fiscales, se podrían atender con mayor profundidad áreas que no se cubren con la intensidad que requieren, como la vigilancia penitenciaria o la criminalidad informática. 

 

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