La Encarnación ha abierto este miércoles el debate sobre su futuro, dentro del ciclo de conferencias de urbanismo que se han celebrado en este barrio de Huesca y que anteriormente habían abordado el pasado y presente.
El local de la entidad vecinal se ha llenado para este punto del análisis que ha abierto múltiples debates y que se ha concretado en realizar propuestas a partir de un esquema aportado por la arquitecta Nora Arias Ruiz, encargada de guiar esta charla sobre la proyección del barrio a futuro. Las conferencias han sido organizadas por la Federación de Barrios Osca XXI, representada por su presidente, Javier Moreno, con la colaboración de la Asociación de Vecinos de La Encarnación.
El objetivo es marcar una hoja de ruta -no una lista de quejas, que son muchas- con una visión conjunta y estratégica que no solo sirva para definir lo que los vecinos quieren para la zona de la avenida Martínez de Velasco que el Ayuntamiento va a remodelar, sino que sea más global, para no poner parches cuando se actúe en este barrio.
Se van a recoger no solo las propuestas de los vecinos, también de los trabajadores del polígono y comerciantes, una unión con la que se espera tener más fuerza a la hora de hacer llegar sus planteamientos al Ayuntamiento.
Como ha dejado claro Nora Arias, los que viven el barrio son los que conocen realmente lo que hace falta. De ahí la importancia de la participación. “Esa información es necesaria y solo la tenéis vosotros -ha dicho a los vecinos-. Un perfil más técnico tiene que dar respuesta a partir de esos datos”.
Ha recalcado la importancia de la experiencia de lo cotidiano que tienen los habitantes del barrio a la hora de abordar proyectos urbanísticos, “porque afectan a nuestra vida”. En este sentido, se ha marcado que hay que poner el foco en los “espacios vividos, donde se desarrolla el día a día”, en este barrio que acoge al 7 % de los habitantes de Huesca, y que el 80 % se concentra en una zona muy concreta, mientras que el resto son equipamientos (hospital, campo fútbol, colegio, gasolineras…) e industria, en una convivencia con distintos horarios, usos, objetivos y necesidades.
Nora Arias también ha aportado datos interesantes para valorar a la hora de hacer propuestas. Ha expuesto las zonas con sombra que deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar un parque, por ejemplo. También del patrimonio del barrio: la necrópolis que alberga y el patrimonio hidrológico, por la circulación del agua de la cuenca del Isuela, con dos acequias y dos fuentes. En este último punto, Nora Arias ha planteado que se podría aprovechar para renaturalizar partes de La Encarnación, un aspecto que se valora para la financiación europea a proyectos urbanísticos.
APARCAMIENTO
Otros datos se refieren al aparcamiento. Según el estudio realizado por la asociación vecinal, el barrio cuenta con 1.376 viviendas, de las que 661, es decir el 48 %, no tienen garaje. A ello ha sumado que a 10 minutos caminando de los bloques sin parquin propio hay por lo menos 930 plazas de estacionamiento. “En principio, la situación no es mala, pero sí veo que hay un montón de focos que son sumideros de aparcamientos”, ha expresado. El hospital, el mercadillo, el campo de fútbol… atraen a muchas personas que van callejeando buscando sitio para aparcar, pero que no se van a quedar en el barrio.
En este sentido, se han puesto sobre la mesa para el debate propuestas como crear infraestructuras para dar cobertura a estos focos de atracción en momentos puntuales -incluso que naves industriales vacías se podrían destinar a parquin- y fomentar otro tipo de transporte, como el servicio público y en bicicleta, con aparcamientos para estos ciclos. En contra de construir un aparcamiento subterráneo está la alta capa freática en esta zona de la ciudad por ese paso del cauce del Isuela y también la necrópolis.
Además de las apuntadas, hay otras cuestiones sobre las que los vecinos y quienes trabajan en la zona deben reflexionar, expuestas por la arquitecta Arias. Entre ellas, dónde podría mejorarse la conectividad con otros barrios; qué espacios se deben proteger, como los caminos escolares; qué zonas producen miedo cuando se recorren; dónde falta accesibilidad; y si los niños y los mayores tiene lo que necesitan en su barrio, entre otras.
La tarea para definir el futuro del barrio es ardua, pero se quieren generar propuestas concretas para facilitar el camino, pensando en general y buscando calidad de vida.