La segunda jornada del XXX Curso Internacional de Defensa de Jaca ha analizado la energía como un factor de crisis o una oportunidad de cambio. En este análisis se ha abordado la geopolítica de los hidrocarburos, los desafíos a la seguridad de las nuevas fuentes de energía y el impacto en la seguridad internacional de las tierras raras y otros minerales críticos.
El director del programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano, Gonzalo Escribano, se ha centrado en explicar cómo funciona la geopolítica del gas y el petróleo, y cuáles han sido los argumentos de la crisis energética de orden político más relevantes como la invasión rusa de Ucrania, los desplazamientos en Oriente Medio y las tensiones entre China y Estados Unidos.
“Todo esto está afectando claramente al precio del petróleo. Ahora estamos viendo incrementos en los precios por cuestiones de mercado y tensiones geopolíticas que abocan a una gran volatilidad y a la posibilidad de que sigan subiendo en los próximos meses”, ha asegurado. En su intervención también ha analizado cómo está siendo la transición de los hidrocarburos a las energías renovables, “que tiene unas fuertes implicaciones geopolíticas”.
Entre sus conclusiones, el catedrático Gonzalo Escribano ha señalado que “todavía vamos a tener petróleo y gas para mucho tiempo, por lo que hay seguir manteniendo una atención a los problemas de seguridad energética relacionados con gas, petróleo y carbón”. “Pero al mismo tiempo -prosigue- hay que incorporar las complejidades de las nuevas energías y cómo se interrelacionan unas con otras”.
En este sentido, el ponente ha señalado que “estamos en una doble transición, energética y geopolítica. Entre ellas interactúan y como cada una tiene sus complejidades nos encontramos en un sistema muy interrelacionado en el que es difícil obtener conclusiones sencillas”.
A su juicio, para mejorar esa transición en términos de seguridad energética “tenemos que seguir preservando la seguridad de gas y petróleo y, al mismo tiempo, que esa transición no replique errores anteriores. Por ejemplo, en lugar del gas ruso, ahora no queremos depender del hidrógeno de Arabia Saudí”.
En la ponencia también ha destacado que “la invasión rusa de Ucrania supuso un choque energético de primera magnitud, no solo para Europa sino para todo el mundo, y seguimos padeciendo sus consecuencias”. “Hemos reducido de forma drástica nuestras importaciones de gas por tubería y de petróleo ruso, pero lo hemos hecho a un alto precio en términos económicos”, ha concluido.
En cualquier caso, respecto a la repercusión de esta situación en los precios, “por lo que se refiere al gas no se espera, ni muchos menos, llegar a los que tuvimos el año pasado, pero aún así seguimos estando en unos niveles bastante altos”.
Nuevas fuentes de energía
A continuación, el director de la Cátedra ISDEFE en Energía de la Universidad de Zaragoza, José María Yusta, ha hablado sobre ´Desafíos a la seguridad de las nuevas fuentes de energía`. A su juicio, “estamos asistiendo a un cambio de paradigma con la reducción de los costes de las tecnologías de producción de energía eléctrica renovable. Se está produciendo un cambio muy importante por la posibilidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sobre todo en los países que no disponen de estos recursos endógenos”.
Sin embargo, las energías renovables presentan muchos desafíos “como su intermitencia y la dependencia de materias primas críticas y otros retos que están pendientes de resolver. Entre otros, la descarbonización de sectores como, por ejemplo, el transporte”.
En este sentido, el ponente ha señalado que “el vehículo eléctrico es una buena alternativa, pero también hay que descarbonizar el transporte pesado de mercancías o los usos del gas en la industria de alta temperatura, que también son difíciles de electrificar”. Por lo tanto, ha proseguido, “las energías renovables nos van a permitir reducir poco a poco esta dependencia, pero tenemos un largo camino en el que van a tener que convivir con otras energías”.
Entre sus conclusiones, el profesor José María Yusta ha señalado que “las inversiones en energías renovables y eficiencia energética son claves para aumentar la seguridad energética y representan una oportunidad”. También ha incidido en que “la seguridad energética solo puede construirse globalmente pues se establece dependencia entre todos los países para el suministro de los materiales necesarios para esa transición”.
Además, ha explicado que “la transición del gas y el petróleo a las energías renovables debe hacerse con prudencia porque aún serán relevantes los combustibles fósiles en el medio plazo”. Finalmente, ha dicho que “el nuevo paradigma energético afecta a retos y vulnerabilidades como el cambio climático, la necesaria flexibilidad del sistema eléctrico y las materias primas críticas”.
Por último, la economía de las inversiones de los mercados energéticos también va a jugar un papel importante en esa transición.
Tierras raras y otros minerales críticos
Finalmente, la investigadora del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco Vitoria, María Dolores Algora, se ha referido a ´El impacto en la seguridad internacional de las tierras raras y otros minerales críticos` que son muy importantes en el proceso de transición energética.
En este sentido, ha dicho que “uno de los temas ligados a esta transición son los procesos de digitalización, que son imposibles de realizar si no es a través del uso de estos minerales críticos”.
En su intervención ha incidido en el papel de la Unión Europea, ya que “una de sus ambiciones es garantizar la sostenibilidad de las cadenas de suministro para evitar la dependencia de terceros, que es algo que no va a ser posible plenamente”. También ha resaltado la importancia de la riqueza minera de España y sus recursos singulares.
María Dolores Algora ha explicado finalmente que “estamos en una época de tránsito hacia una nueva forma de entender la economía y las sociedades en el mundo a través de la transición energética, y eso nos va a conducir a un nuevo paradigma en las relaciones internacionales que todavía no sabemos hacia dónde nos va a llevar”.