"La prioridad ha de estar en los ejércitos, en las Fuerzas Armadas, en mejorar sus capacidades. Y en la medida en la que no se pueda, de forma transitoria y excepcional, contratar servicios". El coronel Francisco Rubio Damián ha presentado su libro Guerra S.A. La privatización de los conflictos armados, con el comunicador Nacho Navarro en el Centro Fundación Ibercaja en Huesca. Precisamente, Navarro ha comenzado con una frase en la página 3 del libro: "Desgraciado país aquel que alquila los ejércitos en los días de peligros".
Rubio Damián, que ha prestado sus servicios en activo en destinos oscenses, ha sostenido que, en el caso de que hubiera una tecnología de una empresa privada que sea necesaria, "hay que contratarla, pero después hay que procurar que los ejércitos tengan esa capacidad. Y si de forma continuada en el tiempo hay una falta de efectivos, hay que buscar solución en las Fuerzas Armadas y no en las compañías privadas en las que el servicio los dan civiles".
El coronel, a preguntas del comunicador, no ha rehuido ninguna cuestión, como la advertencia de Von der Leyen o Macron de la posibilidad de una guerra en Europa ("ya la hay en Ucrania"), ante la que no cree que "va a ocurrir en el corto plazo ni creo que en el futuro. Pero es verdad que estos llamamientos son una especie de mensaje de lo que se quiere hacer, de una necesidad. Un mensaje a los ciudadanos europeos y a Rusia. Europa se ha dado cuenta de que tiene una defensa un poco limitada ante una amenaza de gran calibre. De que Estados Unidos no ha dejado de mirar al Atlántico, pero tiene un problema gordo que le hace mirar al Indopacífico y dividir sus esfuerzos. Eso significa que Europa tendrá que hacerse cargo de una proporción mayor de su propia seguridad y defensa. Y para eso hay que mejorar nuestras capacidades militares. Son parte de la disuasión".
"La mejor manera de evitar una guerra es una potente disuasión que evite que una potencial amenaza se materialice", ha agregado Rubio Damián. La disuasión tiene tres componentes: fe de capacidades con unas Fuerzas Armadas potentes que hagan que haya menos posibilidades de que alguien ataque; la segunda es el compromiso de uso de las capacidades, porque "puedo ser muy fuerte pero si no tengo voluntad política no puedo disuadir tanto de que me ataquen", y la tercera es que, si tengo capacidades y compromiso, si no lo comunico y la gente lo sabe, no puedo disuadir. "Mi potencial agresor tiene que saber que tengo la capacidad y voluntad política de emplearla". "Hay que tener bien engrasada la disuasión".
EL MERCADO Y LOS ROBOTS
El coronel Rubio ha significado el aspecto singular de que "la compra de armas está en el mercado internacional". Australia, por ejemplo, está modernizando sus cazas vendiéndolos, porque "el mercado de armas es abierto. Lo pueden comprar las empresas, también el armamento ligero. Wagner funcionaba como una pseudo empresa pública o agencia estatal a la que le proporciona el presupuesto el gobierno ruso. El armamento, el equipo y los uniformes se los proporciona Rusia". Los drones de Black Water en Afganistán eran ofrecidos por la CIA. China, curiosamente, lo que hace es copiar, una práctica habitual, directamente plagiando o hackeando tecnologías enteras.
Una cuestión inquietante es la de los robots de combate, "que matan y destruyen", que son manejados de forma autónoma por la inteligencia artificial. "Naciones Unidas se ha enfangado en un terreno del que no va a salir nunca" porque se ha empeñado en una utopía, que es prohibir el empleo de IA en armas autónomas. "Lo que hay que hacer es regularlo".
Ya los tienen Estados Unidos, Rusia, China y Reino Unido. "Todas las potencias militares y tecnológicas mundiales, unas más desarrolladas y unas más complejas. Lo que es peor, lo va a tener cualquiera. Es una tecnología civil y comercial, por tanto barata, y lo va a tener cualquiera. No los pueden prohibir".
Este armamento ya existe. Ha afirmado el coronel que ha visto un robot con forma de perrito con las patas al revés con un lanzallamas en el lomo y funciona de forma autónoma. "El robot es cada vez más barato, 9.000 euros. Este robot, con un lanzallamas, cuando hablábamos del anterior libro hace tres años, costaba 60.000 euros, hoy vale 9.000. Es un robot de combate, que mata, entra aquí y nos mata a todos con el lanzallamas. Si eso existe lo va a tener cualquiera, desde estados gamberros como Corea del Norte, el narcotráfico, la delincuencia organizada internacional... Si lo van a tener los malos, lo debemos tener los buenos. Y, si lo tienen las grandes potencias militares, más vale que nos vayamos poniendo las pilas el resto".
Tal es su importancia que una de las grandes prioridades estadounidenses es DARPA y sus desarrollos tecnológicos militares, y es que de este ámbito ha salido internet, el GPS y los robots inteligentes, "la Inteligencia Artificial aplicada a la guerra, con empresas y unos presupuestos impresionantes. Estados Unidos cree que la supremacía tecnológica le va a permitir seguir dominando el mundo".
PRIVATIZACIÓN
Ha explicitado, sobre el libro, que la privatización en Estados Unidos forma parte de su cultura. Un informe anual habla de sus amenazas y riesgos. y la última página señala que las empresas militares privadas son "una parte más de los conflictos armados".
Uno de los motivos para contratar estos servicios es la carencia de efectivos. Europa ha pasado de 3,5 millones de soldados al finalizar la Guerra Fría hasta los 2 millones. "En España, tenemos un ejército muy profesional, muy preparado y muy pequeño en comparación con el que había antes de finalizar el servicio militar obligatorio. Y esto tiene sus consecuencias. Cuando hay compromisos de seguridad, tenemos tantísimas misiones en el exterior y amenazas latentes, a lo mejor nos falta personal. Y entonces la solución rápida es contratar en empresas privadas servicios auxiliares". En esto España es "seria", hay otros países que subcontratan desminados, desactivación de explosivos o, como Reino Unido, repostaje en vuelo. "España mide mucho qué contrata".
La conversación ha comenzado, para tratar de la privatización, con el ejemplo de Wagner, la fuerza que se hizo cargo del esfuerzo en el frente de Bagmut, "poniendo una gran cantidad de los muertos sobre el frente de combate". "Esa es una de las cosas que no se debe hacer, uno de los servicios que no se deben contratar. Las empresas no están para combatir, para participar en las hostilidades". Eso sí, hay gobiernos que las contratan para actuar fuera de la ley.
Ha distinguido estas empresas de los mercenarios, que son "los que no pertenecen a las fuerzas armadas de uno de los contendientes y es una persona extranjera. No es una persona que combate en su país. Wagner no son mercenarios, son civiles que pelean a cambio de dinero o de un indulto, como los Wagner de Ucrania a los que se lo prometen". Wagner nació en Ucrania en 2014 y ha actuado en Libia y Siria, y tiene que presencia en Sudán, República Sudafricana y Mali, contratados por los gobiernos salvo en Sudán, donde han sido recabados por la facción rebelde. "Pero es un servicio que proporciona Rusia pero sin decir que tiene participación institucional".
En estos países hacen labor de escolta a autoridades, asesoramiento militar, entrenamiento de los ejércitos de esos países para luchar contra facciones rebeldes o yihadistas, y en ocasiones están participando de forma aislada en combates, que es "algo prohibido por el derecho internacional".
De paso, "aparta a Europa de un área de influencia tradicional para imponer a Rusia". Y también el gobierno de Putin logra financiación de recursos naturales.
También se ha referido a los grupos Black Water, empresas contratadas por el gobierno estadounidense, y su trabajo de eliminación de terroristas en Afganistán y en Irak, donde llegó a haber combatiendo más civiles que militares. "Estados Unidos y Europa tienen más tendencia a externalizar servicios".
Estas empresas, ha agregado, mueven "muchos miles de millones de dólares, y están equipadas para ese mercado. Hay empresas especializadas en entrenamiento aéreo que tienen más cazabombarderos que ejércitos del aire de muchos países, y hacen entrenamientos a pilotos. Hay cosas sorprendentes, que un "top gun" de la película sea entrenado por un civil con entrenamiento militar. La mayoría son militares y policías que se han pasado a la vida civil".
Ha puesto el ejemplo de la dificultad que tenía el ejército norteamericano para combatir el terrorismo y, tras el atentado en Yemen, contrataron civiles especializados en repeler ataques terroristas contra buques de guerra.