En la planificación de la ofensiva de 1937, se ha establecido la instalación de un Hospital de Campaña en el Molino Escartín, servicio respaldado por las ambulancias de la 27 División. Se ha instalado el campamento a tal fin el 22 de septiembre de 1937, comenzando su actividad al día siguiente bajo el mando del Dr. Gonzalo Aguiló Mercader, quien contaba con un equipo médico integrado por enfermeras voluntarias brigadistas, habitualmente británicas y australianas.
A este hospital se trasladaban heridos en combate que, tras ser estabilizados, eran evacuados a otros puntos de atención sanitaria, normalmente a Barbastro. No todos los heridos graves conseguían superar las heridas y fallecían en el lugar. Sus cuerpos fueron enterrados en un campo cercano al edificio. En total, tenemos localizadas 74 tumbas, más otras dos preparadas para recibir algún fallecido.
El Hospital de Campaña del Molino Escartín fue desmantelado el 8 de marzo de 1938. En el año 2011, los actuales propietarios del Molino, familia Escartín, informan de la existencia de unos campos en su propiedad que, por voluntad expresa del abuelo, nunca fueron roturados. La familia acuerda una cesión temporal con el CR del Alto Gállego, tras lo cual se inician los trabajos en dicho lugar. Junto a la entidad citada, colaboran en tal empeño voluntarios de Aineto, CRMAHU, familia Escartín y personas colaboradoras de diferentes lugares.
Hoy, nuevamente, en las inmediaciones del molino se concentran una veintena de vehículos y comienzan a aflorar los primeros distintivos y las primeras banderas. En esta ocasión, junto a las tricolores (en diversas variantes), figuran las anarcosindicalistas y las palestinas. Tras los recibimientos y saludo de rigor, comienza el turno de palabras en el que intervienen el presidente del CR del Alto Gállego (José Ángel Pérez Marcuello), el de la Asociación Sobrarbense "La Bolsa de Bielsa" (Benja Beltrán), el presidente del CRMAHU y miembro de la familia Escartín (Carlos Escartín), la presidenta del Ateneo Republicano de Zaragoza (Pilar Jodra) y Javier Sadornil en representación del personal voluntario que mantiene el lugar.
El entorno bélico del lugar, los trabajos de recuperación, consideraciones acerca de la importancia de lugares como este, la actualidad que, en forma de guerras, continúa acrecentando en muchos lugares del planeta, el número de víctimas y de lugares de dolor como el que hoy nos acoge. Las intervenciones finalizan con la colocación, en la figura recortada sobre metal de un soldado, de una corona de flores. Tras ello, el apartado musical incluye un mini recital del Coro Libertario de Torrero, que entona diversos temas del cancionero popular tales como "A las Barricadas", "Hijos del pueblo" o la siempre coreada y celebrada "Bajo dos tricolores".
Como en otras muchas ocasiones, es la voz de Jesús Escartín y el poema musicado "Soldado" de Goytisolo quienes ponen la nota final de este homenaje que, como es habitual también, finaliza entre multitud de fotos y algún bocado compartido con el que ahuyentar el frío (esta vez escaso, afortunadamente) del otoño en La Guarguera.