Huesca afronta el primer foco de enfermedad de la lengua azul con el problema de no contar con vacunas. “Según los laboratorios, las tendremos en mes o mes y medio”, ha señalado el jefe de Servicio de Sanidad Animal del Gobierno de Aragón, Enrique Novales, quien ha repasado la situación en la provincia tras los casos detectados en una explotación de Montanuy.
Novales ha recordado que en Cataluña llevan unos cuatro meses conviviendo con la enfermedad, que empezó en Gerona y se ha ido desplazando hacia la provincia por la zona norte. Tras el positivo detectado en Viella, Huesca ya era zona de restricción, dado que la normativa establece un radio de entre 50 y 150 kilómetros para contener la enfermedad.
“Conlleva un control de movimiento con el objetivo de no expandir la enfermedad, porque el hándicap es que no tenemos disponibilidad inmediata de vacunas. Según los laboratorios, tendremos en un mes o mes y medio”, ha explicado Novales.
A partir de contar con las dosis, se iniciará la vacunación del colectivo de rumiantes. “La población objeto son vacas nodrizas, ovino y el vacuno de cebo”. Aunque este último no tiene sintomatología, es necesario para poder exportar. “Cuando el colectivo esté vacunado, el control de movimiento desaparecerá”, ha afirmado.
La lengua azul no es zoonótica, por lo que no se transmite al ser humano. Afecta a los rumiantes y las pérdidas económicas fundamentalmente están en el ganado ovino por su mayor gravedad. “En el vacuno pasa desapercibida, pero es una enfermedad de declaración obligatoria que nos limita fundamentalmente las exportaciones por lo que tenemos que controlarla”, ha expuesto el jefe de Servicio de Sanidad Animal.
Dentro de la Unión Europea las restricciones son mínimas, pero en el mercado con terceros países como Marruecos, Argelia, Arabia Saudí y Líbano los problemas sanitarios son barreras para la exportación. “En este caso, Marruecos es el principal cliente y en estos momentos necesita nuestra producción por lo que tienen que ir los animales vacunados. Eso significa que se tienen que vacunar y dejar pasar 45 días para poder exportar”, ha señalado Novales
Como ha apuntado, hace dos meses, Aragón pidió la vacunación voluntaria frente al serotipo 8 del virus de la lengua azul en previsión de la enfermedad. Por tanto, “una parte de las explotaciones que normalmente comercializan con terceros países o tienen todo el ciclo de vacunación o están la fase final. Con las previsiones que tuvimos en su momento, el parón en la exportación creo que será mínimo”, ha afirmado el jefe del Servicio de Sanidad Animal.
Respecto a cómo actuar, Novales ha indicado que el ganadero que sospeche de un posible caso debe comunicarlo a la zona veterinaria. Los laboratorios del Gobierno de Aragón realizarán una primera prueba y, si es positiva, se remitirá al laboratorio de referencia de Algete para su confirmación. “Desde el punto de vista de control de la administración, establecemos un radio de unos 10 o 15 kilómetros y hacemos un análisis estadístico de toma de muestras de las explotaciones de vacas nodrizas y ovino que hay en el entorno para comprobar si existe difusión del virus”, ha apuntado.