El accidente mortal que ha tenido lugar en Sesa este domingo ha acrecentado la necesidad que los municipios y los vecinos de Sesa, Albero Alto, Huerto y Novales estiman urgente de arreglo de la carretera A-131, que soporta un importante tráfico al ser la vía natural de unión entre Huesca, Sariñena y Fraga y cuyos parcheos son insuficientes y, sobre todo, transitorios porque rápidamente las temperaturas extremas acaban por provocar un estado del firme muy peligroso.
Esta semana que culmina, de hecho, la alcaldesa de Sesa dejaba preparado para su registro en el Gobierno de Aragón un escrito en el que reclamaba atención y actuaciones en la A-131 por las malas condiciones de la carretera. Se ha interesado Sonia Blanco por la situación ante el Grupo Parlamentario del PSOE, que le ha comunicado que no figura en el plan actual de carreteras, al contrario que la de Huesca-Grañén-Sariñena con la que históricamente ha padecido una rivalidad política que los vecinos de estos pueblos no entienden. Ni nadie.
Los alcaldes de Novales, Albero Alto, Huerto y Sesa comparten la inquietud y están manteniendo contactos para encauzar por la vía de las conversaciones con el Gobierno de Aragón la búsqueda de soluciones para acondicionar la A-131, desde el firme que está ya muy deteriorado hasta la ampliación de la anchura que se realizó parcialmente y la señalización con líneas en medio que brillan por su ausencia. A las penosas condiciones, se suma la presencia de jabalíes y otros animales que inducen a un mayor riesgo. Otras conexiones
Los vecinos de estos pueblos y de otros que recorren la conexión entre Huesca y Sariñena albergan una especie de sensación de ser "los patitos feos" de la conexión de la capital con los Monegros, y es que el mantenimiento ha sido actualizado con mayor asiduidad en Huesca-Grañén-Lalueza-Sariñena. "No se trata de competir", asegura un veterano vecino que participó en la plataforma que se creó en los 90 para reivindicar la mejora de la A-131, "sino de que todas las carreteras estén en las mejores condiciones porque hablamos de seguridad".
El cauce de las negociaciones es el escogido por los munícipes de estas poblaciones, aunque son conscientes de que accidentes como el que ha tenido lugar esta tarde añaden presión vecinal, y es que "con la seguridad no se juega". Esto es, no se descartan, de no conseguir una respuesta aceptable, medidas de presión en un futuro.