La Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón (PDMA) ha organizado este miércoles en Huesca una charla informativa sobre el proyecto de unión de estaciones por Canal Roya, en la que participan José Luis Martínez, Marina Gros y José Luis Trasobares. Informar de las reuniones que, en representación de Amigos de la Tierra, Greenpace, Ecologistas en Acción, Seo/Birdlige y WWF, se han mantenido en Bruselas para frenar esta actuación es uno de los objetivos de esta cita, a las 19 horas en el salón de actos de la Diputación de Huesca, en la que también se analizará la proyección económica de la iniciativa y otros “proyectos de oportunidad” que han fracasado en Aragón.
José Luis Martínez, portavoz de la PDMA que viajó a Bruselas, recuerda que trasladaron a la Comisaría de Medio Ambiente detalles que entonces conocían del proyecto, porque en ese momento no había comenzado la tramitación del plan de interés general de Aragón. “Detectaron por nuestra información cuestiones complicadas, pero no se podían pronunciar mientras no hubiera un proyecto en firme”, explica Martínez. “Ahora ya conocemos un poquito más, ya que hace poco Aramón lo ha colgado en su página web”, una tardanza que “se suma a los sucesivos incumplimientos del Gobierno de Aragón”, en este caso por “la absolutamente nula transparencia y participación”, asevera Martínez.
"Están revisando creemos que este y algún otro proyecto más"
También en Bruselas estuvieron en contacto con la oficina de control de fondos Next Generatión, entre otros. “Expusimos distintos aspectos de lo que conocíamos de la situación legal de Canal Roya, con el procedimiento de declaración de parque natural suspendido, y de una serie de manifestaciones que ha habido por parte de amplios sectores de científicos y artículos de prensa publicados en el Washington Post, The Times y El País. El presidente de esa oficina -señala Martínez- se quedó todo el informe y nos planteó que iba a hablar con el Gobierno de España. Nos consta que ese contacto ya se ha producido y que están revisando creemos que este y algún otro proyecto más en el que han visto que las cosas no acaban de estar claras o no cuadran”. La línea de comunicación con esta oficina se mantiene abierta para trasladar “datos relevantes para analizar el asunto”.
De esta forma, los grupos ecologistas consideran cumplido su primer objetivo: “Que la Comisión Europea tuviera conocimiento de lo que estaba sucediendo con la asignación de estos fondos y que actuase en consecuencia. Entendemos que han sido, en este caso, muy disciplinados”, señala.
Considera José Luis Martínez que en el Gobierno de España se puede estar generando “cierta inquietud”, porque, “al igual que ha sucedido con el Gobierno de Italia, si se produce el incumplimiento flagrante de los protocolos -como ocurre en este caso, por ejemplo, con no causar daño, que evidentemente lo va a causar y muy grave-, puede llevar al bloqueo de las partidas siguientes de las asignaciones de fondos Next Generation, y estamos hablando de miles de millones”.
El portavoz de la PDMA se muestra cauto ante la posibilidad de que desde el Gobierno de España se paralice la unión de estaciones, pero deja claro el fin de los grupos ecologistas. “El objetivo no sólo es que no se asigne los fondos, sino que definitivamente, tal como era el procedimiento que se inició antes de 2014, esta zona se declare parque natural. Porque si entonces reunía los requisitos, ahora más todavía, cuando la situación se vuelve mucho más complicada a causa del cambio climático”, expresa.
REVENTAR EL VALLE PARA QUE TENGA MENOR IMPACTO VISUAL
Ahora que se conoce algo más del proyecto, tras publicarlo Aramón, Martínez traslada su opinión de que “el diseño que se ha hecho, además, es muy torpe y confunden cosas”. “Aparte de que una empresa haya redactado un proyecto a medida de lo que buscan, hay cosas que me parecen un poco patéticas, como por ejemplo el plantear que van a hundir parte de la estación intermedia en el fondo del valle para que tenga menos impacto visual, o sea, reventarán una parte del valle para que tenga menos impacto visual. Yo no sé si entienden muy bien estos señores qué es esto de minimizar los impactos, de atenerse a las a las normativas europeas… Me parece una barbaridad y encima lo manifiestan como si fuese una cosa elegante”, lamenta.
Lo que tienen muy claro es que van a llegar hasta donde haga falta. “Evidentemente -explica-, ya tenemos preparada la maquinaria para ir a los tribunales. Nosotros vamos a ir hasta el final a desmontar ese proyecto, porque entendemos que no hace más que perjudicar al territorio, por mucho que haya algunos sectores que vean el signo del dólar delante de sus ojos. Se están equivocando radicalmente -reitera-, porque al mundo al que vamos, en el que estamos ya con el cambio climático que trastoca mucho las cosas, contar con un espacio virgen de gran belleza es un tesoro que muy poca gente tiene”. Y lo que supone este proyecto es “convertirlo en un amasijo de chatarra. Es un error garrafal que, en todo caso, puede beneficiar al precio que quieran obtener los constructores que planean levantar 800 apartamentos en Astún y que con esto igual consiguen venderlos más caros. Pero al territorio es meterle la mano en el bolsillo”.
"Vemos que este proyecto está absolutamente intoxicado por intereses inmobiliarios"
Recuerda Gran Scala en Los Monegros o una factoría de avionetas en Villanueva de Gállego, “que terminó cerrando con la pérdida de decenas de millones de euros de subvenciones. A Aragón han estado continuamente llegando listos para ver cómo se levantaban el dinero público y ha sido una sucesión de rotos importantes”, señala Martínez.
En este sentido, “vemos que este proyecto -continúa- está absolutamente intoxicado por intereses inmobiliarios y que en realidad lo que se está haciendo es intentar modificar el precio del suelo construido al alza. Cuando los científicos dicen que está en el aire el futuro de las estaciones de esquí en la cara sur del Pirineo para 2050, ¿qué sentido tiene extender esas estaciones de esquí? Pues no puede tener otro -contesta- que no sean operaciones temerarias vinculadas a intereses muy personales de sectores de la construcción”.
Entiende que hay una “enorme polémica en el Alto Aragón, y división entre los sectores empresariales” en este asunto. “En la ciudadanía, entre quienes están más cerca y conocen más ese espacio, hay mucha gente que lo ve con recelo, como mínimo, y con desagrado muchos de ellos. Pero entre sectores empresariales también, porque se dan cuenta de que esto solo favorece a tres. Y esto lo podemos hacer extensivo al resto del territorio de Aragón, porque que más del 80 % de los fondos de inversión para turismo sostenible se vayan a unas operaciones de este tipo, que son absolutamente temerarias, a la gente que está trabajando y levantando una empresa en otras comarcas estas cosas no le hacen mucha gracia”.
Señala Martínez que “la mayoría de la gente quizá no lo sabe, pero hay muchos que están bien documentados, que conocen que detrás de este proyecto hay unos intereses muy muy concretos de familias muy poderosas; pero que la repercusión en el territorio… Mucha gente comenta en Jaca que ya tienen mucho turismo y que están muriendo de éxito”.
Sí que piensa Martínez que hay que actuar para romper la estacionalidad. “Eso sí que tiene que cambiar y los primeros que están pidiendo que haya medidas en ese sentido son los trabajadores de las estaciones de esquí, que quieren trabajar más de tres meses y unos alojamientos decentes a un precio razonable. Ahí sí que hay que invertir el dinero. Buscar extender el periodo de trabajo en la alta montaña nos parece buena idea, contando con que del mes de junio a octubre las tenemos a tope, porque verdaderamente donde se está produciendo el turismo en la alta montaña en el periodo estival. Eso por mucho que nos cuenten, porque hemos visto cifras del del Gobierno de Aragón hablando de que, si el 8 % del producto interior bruto aragonés lo ocupa el turismo, el 7 % lo ocupan las estaciones de esquí. Así es difícil que te puedas entender con una administración que habla con esa falta de rigor, engañando de esta manera a la gente”, concluye.