El "Vuelva usted mañana" de Mariano José de Larra es un hilarante relato adaptable a todos los tiempos, y más a los actuales donde el volumen de servicios, de función pública y de exigencias legales induce de cuando en cuando a situaciones grotescas como la que han apreciado algunos observadores buceadores de la comunicación oficial. Reza el Boletín Oficial de Aragón en la página 2930, número 15 (se supone del año) de 24 de enero, en el vigesimotercer artículo, bajo el epígrafe "Justificación de la difusión", y en el punto 4b, la reclamación para el acceso a unas subvenciones de una "Memoria de la actuación".
Hasta ahí todo es correcto, dentro de los parámetros de seguridad habitual (o quizás no tanta) en la función pública. El problema es el paréntesis, que el corrector debió leer de forma enteramente superficial, en el supuesto caso de que los recortes habituales no hayan suprimido la figura del corrector como sucede en los periódicos. Dice así: "Explicar vosotras aquí algo más, decidir si hacemos también modelo de este apartado o la vida no nos da para más". Independientemente de la mala aplicación del imperativo (debiera haber sido explicad y decidid), lo que salta a la vista es el cierto hartazgo y saturación de faena pretendida por el o la redactor/a al exclamar que "la vida no nos da para más".
"Explicar vosotras aquí algo más, decidir si hacemos también modelo de este apartado o la vida no nos da para más", afirma un/a abrumadao/a funcionaria en el BOA
Se imagina alguien el desconcierto del interesado en la línea de de subvenciones al imaginar cómo ha de ser la prescrita "Memoria de la actuación", quizás entendiendo que queda concernido o concernida (o hasta 'concernide') por ese mandato que no se sabe si es libérrimo (cada uno que ponga lo que se le pase por donde le quepa el teclado) o autoritario (por narices), concibiendo que ha de ser el administrado el que explique y el que decida, porque, definitivamente, "la vida no nos da para más".
Es de imaginar el patatús que le habrá dado al jefe de servicio de la función tal cuando haya leído semejante despropósito, hasta el punto de que la errata puede conducir a reacciones hilarantes o enojosas, porque la pifia viene a ser monumental. Se supone que la tal orden habrá de ser publicada nuevamente, con lo cual se cumple el aviso a Sans-dèlai por Mariano José de Larra cuando el francés llegaba a Madrid con la intención de resolver unas transacciones en quince días: "Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis".
Lo que habrá de determinar el jefe de Departamento o el consejero de turno es si la funcionaria destinataria y la emisora necesitan más respaldo (estaría bien un programa de estabilización de nuevas y nuevos funcionarios) porque ni a la redactora le ha dado tiempo para pensar cómo describir la Memoria de la Actividad, ni a la receptora a leer siquiera el texto. Provisión de nuevas plazas al canto, que esto no puede ser. Me voy a otro artículo que la vida no me da para más.