La cartera que cubre desde Colungo hasta Lecina, Bárcabo, Almazorre y Eripol se va de vacaciones, derecho absolutamente sagrado que ejercerá durante el mes de agosto, pero que por las apreturas de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos los vecinos va a dejar sin servicio esos treinta días en los que la titular disfrutará de su asueto. Tan sólo, desde Barbastro, se asumirá el reparto en Colungo.
Naturalmente, hay enfado en las localidades afectadas, que han expresado a la alcaldesa, Carmen Lalueza, que además es la cartera que abarca todos estos pueblos. La propia primer edil, afirman los vecinos, ha trasladado la inquietud a Correos, pero además otros ciudadanos recuerdan que pueden quedar en el limbo, con las consecuencias severas o leves, comunicaciones de hospitales y otros servicios sanitarios, correspondencia bancaria, comunicaciones de Hacienda, facturas y la multitud de cartas que dormirán el sueño de los justos del 1 al 31 de agosto.
Medio centenar de vecinos, como mínimo, se van a ver perjudicados por la ausencia de este servicio de una empresa pública que no parece asumir el discurso de la España Vaciada, que queda en papel mojado por la fuerza de las circunstancias.
No corre riesgo la atención primaria de Sanidad, que se sustancia en el consultorio en Arcusa y que "ante cualquier necesidad es atendida por médicos que se desplazan hasta los pueblos". Pero, eso sí, las obligaciones tributarias y de otro orden serán desconocidas en la laguna de agosto, pero, a la vuelta de la cartera, caerán sobre los destinatarios, que al menos esperarán que no haya recargos por incumplimientos que no son achacables a su voluntad. En fin, que la España Vaciada, los comisarios y los secretarios generales, el proclamado Reto Demográfico, no dejan de ser una sucesión de "bla, bla, blas", como sostienen los vecinos de Lecina, Bárcabo, Almazorre y Eripol.