El abogado barbastrense Manuel Ollé ha sido nombrado miembro del Consejo de Asesores del Instituto Global para la Prevención de la Agresión, referida hasta ahora a los Estados como definen los Estatutos de la Corte Penal Internacional.
El instituto fue creado por el fiscal jefe de los juicios de Núremberg, Benjamín Berell Ferencz, que enjuició a los dirigentes nazis por crímenes de lesa humanidad y genocidio, y que falleció hace poco más de un año en Florida con 103 años.
Para Manuel Ollé, su incorporación al Consejo de Asesores es "muy importante porque están integrados los mejores profesinales del mundo, catedráticos del mundo penal de las mejores universidades del planeta como la de Oxford, responsables de la Corte Penal Internacional, magistradores, fiscales y representantes de Naciones Unidas".
Este instituto fue impulsado financieramente por el pequeño estado de Liechtenstein y su objetivo es concienciar a los Estados para que reconozcan, prevengan y condenen los crímenes de agresión que se están sucediendo en el mundo. Explica Ollé que "el objetivo es crear una arquitectura del Derecho Internacional que permita juzgar delitos como la invasilón de Rusia a Ucrania".
Ollé, especializado en esta rama del Derecho, condena el hecho de que desde 1945 con los juicios de Núremberg no se han condenado crímenes de estas caracerísticas, lo cual hace que las legislaciones internacionales "queden en papel mojado. Da la sensación a todos de que no sirven para nada".
El jurista barbastrense, letrado y profesor, llega con ideas propias y quiere que España lidere a los países latinoamericanos para que sean decisivos en la estrategia de conseguir la efecitividad de los mecanismos contra los crímenes de agresión, que ni siquiera están reconocidos en el Cógido Penal español.
Otra cuestión fundamental es definir los sujetos a los que afecta el Estatuto de la Corte Penal Internacional, y es que se circunscribe exclusivamente a los Estado y deja sin punibilidad en este Derecho a las "organizaciones terroristas, criminales y paramilitares cuya influencia en estos momentos es muy importante, tienen tanto o más poder que muchos estados y es una faceta que, a mi entender, el Instituto tiene que contemplar para influir en la Corte Penal Internacional".
En definitiva, otra ocupación más para Manuel Ollé con una trascendencia planetaria y un orgullo oscense por el jurista de más proyección en estos momentos de España.