María Luisa celebra la vida, gracias a unos bojes, el cinturón de seguridad y la mano tendida de San Úrbez

Los deslumbramientos de sol son la causa de entre un 5 y un 10 % de los accidentes de tráfico

19 de Junio de 2024
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María Luisa Aznar Mendoza. Foto Myriam Martínez
María Luisa Aznar Mendoza. Foto Myriam Martínez

Los deslumbramientos de sol son la causa de entre un 5 y un 10 % de los accidentes de tráfico que se producen cada año en las carreteras españolas, especialmente en ciertas estaciones y momentos del día. Aunque esas cifras pueden variar según la región y las condiciones específicas, el peligro es innegable. Los conductores son cegados temporalmente por la luz solar y se reduce su capacidad para reaccionar ante posibles peligros.

María Luisa Aznar Mendoza vivió el pasado domingo, 16 de junio, una experiencia de este tipo, que afortunadamente no tuvo un desenlace trágico gracias a unos bojes, un roble, el cinturón de seguridad, la mano tendida de San Urbez y mucha suerte. Así lo siente y lo resume ella, que a pesar de los pesares se siente afortunada por poder contarlo.

Accidente ocurrido en la carretera de Belsué.
Estado en el que quedó el vehículo.

María Luisa, que ha cumplido 72 años, muestra en su rostro algunas marcas del siniestro, pero no pierde la sonrisa. El domingo asistió por la mañana a una Junta de la Cofradía de San Urbez, para formalizar su salida de la entidad, después de 17 estupendos años de generosa entrega y servicio.

A las 16:30 les puso un mensaje a su marido y su hija para anunciarles que iniciaba el regreso a casa. Se montó en su Peugeot 205 rojo y emprendió con tranquilidad la vuelta, a no más de 40 kilómetros por hora, porque el sinuoso trazado de la carretera que conecta los pueblos de Nocito y Bara con el túnel de la Manzanera no lo aconseja.

A pesar de su prudencia al volante, al salir de una zona de sombra y entrar en una de sol, el resplandor la cegó momentáneamente. "Para cuando me quise dar cuenta, estaba dando vueltas de campana, concretamente conté tres", recuerda.

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Los bojes fueron frenando la caída del turismo, que también impactó contra un roble y, tras recorrer unos 50 metros, se detuvo en la ladera, sobre uno de sus laterales. Por el camino quedó un reguero de restos del coche y de enseres que llevaba en su interior.

María Luisa mantuvo la consciencia durante todo el incidente.  Recuerda que imploró a San Urbez mientras se precipitaba por la ladera  y le pidió encarecidamente que alguien la encontrara para no tener que pasar la noche allí sola. 

Cuando el coche se detuvo, María Luisa llamó al 112, pero no obtuvo respuesta. Finalmente, contactó con la operadora de emergencias del 061 y se organizó rápidamente el protocolo de rescate, en el que participaron la Guardia Civil, los Bomberos de Huesca y miembros de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de la comarca de la Hoya.

"Me costó mucho ser encontrada porque en la carretera no había ninguna frenada.  Los bomberos llegaron hasta Nocito sin verme y, al volver, fue cuando descubrieron algo rojo en medio de la maleza", explica.

La operación de salvamento no fue sencilla. "Bajaron hasta donde estaba y me pidieron que no me moviera, porque existía el peligro de que el coche siguiera cayendo por la montaña y tuvieron que sujetarlo primero. Después, me pusieron un collarín y me sacaron con una camilla", explica. 

La evacuaron al Hospital Universitario San Jorge, en la ciudad de Huesca, donde recibió atención médica exhaustiva. "Me hicieron pruebas de todo tipo y, aunque estaba cubierta de cristales y tierra, no tenía nada roto", detalla aliviada.

El Peugeot 205 "ha pasado a mejor vida", pero María Luisa salió prácticamente ilesa, con solo unos rasguños menores y un gran susto. Hoy, mientras se recupera del trauma, agradece la segunda oportunidad que le ha concedido la vida. Entre los restos que quedaron esparcidos junto al coche, un vecino halló una estampa de San Urbez.

Accidente ocurrido en la carretera de Belsué.
Accidente ocurrido en la carretera de Belsué.

DESLUMBRAMIENTOS

El fenómeno del deslumbramiento solar ocurre principalmente durante el amanecer y el atardecer, cuando el sol está bajo en el horizonte. En estos momentos, los rayos del sol pueden golpear directamente los ojos de los conductores, causando una disminución temporal en la visibilidad. Este efecto se agrava si las carreteras están orientadas hacia el este o el oeste, coincidiendo con la dirección del sol.

Además, el reflejo del sol en superficies como el pavimento mojado, el agua o incluso otros vehículos, puede intensificar el deslumbramiento. La falta de uso de elementos protectores, como las viseras del automóvil o las gafas de sol polarizadas, también contribuye significativamente al riesgo, aunque, en este caso, María Luisa había tomado todas estas medidas de prevención.

Mantener el parabrisas limpio y libre de rayones puede facilitar la visibilidad, y es recomendable, siempre que sea posible, programar los viajes para evitar las horas pico de deslumbramiento.

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