Monzón se ha despedido de la Nave Azucarera antes de que comience su rehabilitación integral, y lo ha hecho con un encuentro de concejales de Ferias de diferentes corporaciones y directores con el alcalde, Isaac Claver.
Un brindis ha sellado la simbólica despedida del recinto ferial que en las próximas semanas va a registrar una rehabilitación integral que lo adaptará al siglo XXI, convirtiéndolo en un espacio multiusos para seguir acogiendo actos, como ferias y conciertos.
Isaac Claver ha reconocido “a todos aquellos directores y concejales de diferentes colores políticos que, durante las últimas décadas, han tenido en la nave su recinto ferial". "Hoy es un día simbólico -ha señalado-, queremos reconocer vuestra dedicación, trabajo y entrega durante estos años en esta nave que ahora vamos a reformar íntegramente. Estas paredes contienen historias, anécdotas, vivencias… y han sido sede de muchas ferias que han puesto nuestra ciudad en el mapa. Hoy se cierra una etapa y se abre una nueva para esta centenaria nave. La reforma nos permitirá tener un recinto adaptado al siglo XXI, más adecuado para disfrutar de ferias, eventos, conciertos o congresos. Así que brindamos por todo lo vivido en el pasado y por la ilusión del futuro que está por venir”.
Los participantes en el acto se han reunido en un círculo en el centro de la planta superior y el alcalde les ha animado a contar anécdotas de estos años, desde los más veteranos como Fernando Español, Cipriano Banzo y Chorche Paniello, entre otros, hasta los más recientes en llegar como Olga Asensio y José Ramón Villa. Historias desde la organización en la nave de ferias, su impacto nacional o el intríngulis de las muestras, que muchos desconocían y que hicieron sonreír a los asistentes. Algunos de ellos han recordado que algunos familiares o amigos habían trabajado en la nave de la pulpa.
El entrañable acto se ha cerrado con un brindis con el cava de Replega, la Feria del Coleccionismo Popular y General, que se ha celebrado recienteente en esta nave.
NAVE DE LA AZUCARERA O DE LA PULPA
Ubicada en el Paseo San Juan Bosco, a la entrada de Monzón, abrió sus puertas en 1925 por parte de Azucarera Española, que mantuvo la actividad hasta 1968, aprovechando la existencia del ferrocarril en la ciudad que le permitía sacar su producción. El conjunto industrial estaba formado por la chimenea, la casa del director, las oficinas, la nave de la Pulpa y la caseta del guardagujas.
Se mantiene una de las entradas al recinto fabril; unas columnas con un letrero; la chimenea, que es la más alta de Aragón; la casa del ditector, para la que existe un proyecto de convertirla en una clínica privada; y la Nave de la Pulpa, que en breve sufrirá una gran transformación.
Las obras, que cuentan con fondos europeos, arrancarán una vez se formalice el contrato y se extenderán por un período de 15 meses aproximadamente con un presupuesto de 3.500.000 euros, más IVA.