Una nave del polígono Monzú albergaba una inmensa plantación de marihuana gestionada por una organización criminal

La Policía Nacional ha detenido a siete personas en una operación que sigue abierta y que ha sorprendido por la completa instalación y el hallazgo de dos pistolas, una de ellas automática con silenciador

Periodista
28 de Enero de 2025
Una nave del polígono Monzú albergaba una inmensa plantación de marihuana.

Una nave de la Ronda Industria del polígono Monzú de Huesca albergaba una macroplantación de marihuana en la que trabajaban y vivían hasta siete personas al cuidado de las plantas y la organización de las distintas labores. La nave había sido alquilada hace dos años y medio bajo con el engaño de servir como almacén de bazares chinos y se había convertido en un verdadero invernadero con todas las necesidades de las plantas cubiertas y también en un peligro al albergar bombonas junto con todo el material eléctrico necesario para su mantenimiento.  

El pasado 21 de enero la Policía Nacional descubrió la macroplantación y, en colaboración con la Policía Local, ha llevado a cabo la operación, que sigue en marcha, en la que por el momento se ha detenido a siete personas.

Se trata de la mayor plantación desmantelada en Huesca y la segunda más importante de la provincia. En el momento en que los agentes accedieron a la nave había en su interior unas mil plantas de marihuana en cultivo y un secadero con unos 53 kilos de cogollos preparados ya para su distribución. De las distintas cosechas producidas en la nave se podría haber obtenido unos beneficios de unos 4 millones de euros.

Desmantelada una macroplantación de marihuana en Huesca

En la nave se hallaron también dos pistolas, una automática con silenciador y otra semiautomática. Sobre todo, la primera arma llamó mucho la atención de los agentes y da idea de la peligrosidad de la organización criminal que gestionaba la plantación.

Los detalles de la actuación policial han sido dados a conocer este martes en una rueda de prensa en la que han participado el subdelegado del Gobierno en Huesca, Carlos Campo, el inspector-jefe, jefe actual de la Comisaría de la Policía Nacional en Huesca, Javier Calvo, y el inspector-jefe, jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, Gabriel Atarés.

Carlos Campo, Javier Calvo y Gabriel Atarés junto a las armas halladas en la operación.

El hallazgo que ha llevado a desmantelar la macroplantación se inició con un intento de asalto a la nave que en el argot policial se denomina “vuelco”, es decir, un robo de droga entre narcotraficantes.

Atarés ha explicado que la Policía Nacional estaba realizando en la madrugada del pasado martes labores de protección y vigilancia dentro del dispositivo habitual en los polígonos industriales de Huesca, cuando sobre las 1.45 un agente de paisano de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana detectó a cinco personas que acababan de estampar un vehículo de gran cilindrada contra la puerta de una nave de la Ronda Industria y que contaban con una furgoneta con las puertas abiertas preparada para ser cargada.

Al observar la presencia policial, los delincuentes trataron hasta en dos ocasiones de embestir al vehículo de los agentes, un utilitario pequeño sin distintivos, y emprendieron la huida. En la persecución llegaron hasta la calle División 52 y salieron de la ciudad por la N-240 en dirección a Barbastro a gran velocidad e incluso llegaron a apagar las luces del vehículo creando una situación muy peligrosa, además en la zona de obras entre la capital y Siétamo.

Esta persecución no dio resultado positivo, pero los agentes de la Policía Nacional y Local de servicio esa noche acudieron a la nave donde se había producido el intento de robo con alunizaje. Atarés ha destacado la estrecha colaboración con la que actuaron ambos cuerpos.    

El inspector-jefe Gabriel Atarés, en primer término, aporta detalles de la operación.

“Entraron y se llevaron la sorpresa de encontrar una plantación indoor tan enorme y a seis personas que trabajaban en ella y la custodiaban en diferentes labores”, ha señalado Atarés. Todas ellas fueron detenidas sin que opusieran resistencia y trasladadas a dependencias policiales y al día siguiente se arrestó a una séptima. Se trata de tres paquistaníes en situación irregular, dos de Costa Rica, un ciudadano chino y otro español, el último en ser detenido, que cuenta con antecedentes por tráfico de drogas y robos con fuerza y a quien le consta una requisitoria judicial.  

En un primer sondeo se buscó si había más personas “porque aquello es inmenso y hay un montón de habitáculos”, ha explicado Atarés, y se pidió la colaboración de los bomberos para poder acceder a la planta superior, las antiguas oficinas de la empresa, en la que se encontró en una estancia un colchón sobre unos palés y varios enseres. En esta habitación fue donde se hallaron las dos pistolas preparadas y montadas para hacer fuego con cuatro cargadores alimentados, y otros cien cartuchos de reserva también dispuestos para recargar.

Pistolas, cargadores y cartuchos que estaban en poder de uno de los detenidos.

Esta estancia era utilizada por uno de los cabecillas, y el resto de los trabajadores vivían, sin salir nunca de la nave, en la planta inferior.

Por la mañana, la Policía Nacional continuó la investigación ya con la luz del día. En esta macroplantación, la mayor desmantelada en la ciudad, había más de 1.000 plantas de marihuana en distintas fases de cultivo y toda la infraestructura para mantener un cultivo continuo e intensivo, contando entre otras cosas con 12 campanas extractoras y 200 lámparas en funcionamiento, así como más de 2.000 macetas de germinación.  Igualmente disponía de un secadero donde se localizaron unos 53 kilos de cogollos de marihuana preparados ya para su distribución.

También se localizó un túnel de grandes dimensiones de unos 8 metros de longitud, construido para conectarse de forma ilegal y directa con la red general eléctrica, evitando de esta manera que las operadoras eléctricas pudieran detectar el consumo ilegal necesario para el funcionamiento de la macroplantación, con lo que defraudaron unos 106.000 euros. 

La nave también contaba con potentes sistemas de ventilación que han permitido que la macroplantación haya pasado desapercibida a los vecinos del polígono. Atarés ha calculado que se habrían podido generar unas cuatro cosechas al año.

“Nos encontramos ante una organización criminal de ámbito nacional e incluso internacional", que incluye el blanqueo de capitales y que "utiliza la violencia interna o externa, algo que vemos clarísimo por las armas de fuego, con el número de registro borrado y procedentes del mercado negro, una de ellas incluso automática y con silenciador, algo es muy extraño y poco habitual”, ha señalado Atarés.

La investigación ha determinado que las seis personas detenidas residían en el interior de la nave, cada uno con diferentes tareas. Uno de ellos actuaba como capataz, otros ejercían labores de seguridad y a otros eran los denominados “jardineros”, quienes se encargaban del cultivo de las plantas de marihuana.

Además de la inmensidad y extensión de esta plantación, que se distribuía a lo largo de toda la nave industrial, destaca por lo preparada que estaba para mantener una producción continua, desde la germinación, trasplante, cultivo, secado y envase. En la nave se había realizado una gran inversión para adecuarla y dotarla de materiales de nueva generación para maximizar su producción. Al frente de la actividad se encontraba un ciudadano de nacionalidad china que utilizaba a testaferros para ocultar su participación en estas actividades delictivas.

La Policía Nacional prosigue con las investigaciones para la identificación completa de las personas y organización criminal responsables de la macroplantación. También trabaja en identificar a las personas que trataron de dar el “vuelco” y asaltar la plantación.

Los siete detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Huesca y quedaron en libertad con cargos a la espera de juicio.

Carlos Campo, en el centro de la imagen, junto a Gabriel Atarés y Javier Calvo.

El subdelegado del Gobierno en Huesca ha dado la enhorabuena a la Policía Nacional y la Policía Local por el desmantelamiento de este macroimplantación y ha trasladado el agradecimiento del Gobierno de España. Como ha explicado, se trataba de “un centro de producción de marihuana, epicentro de un entramado criminal en investigación”, que se ha desmantelado “fruto del trabajo diario de la Policía Nacional en la vigilancia y control de los polígonos industriales”. Carlos Campo ha señalado “que tan importante es este trabajo más mediático como el diario discreto de la Policía Nacional” contra la delincuencia.