Con un importante apoyo de familias, el personal de cocinas de los comedores escolares de Aragón se ha concentrado este miércoles en Huesca para “hacer ruido” y que se escuchen sus reivindicaciones. Unas condiciones labores dignas y una alimentación saludable en los centros es la base de esta movilización que ha emprendido el colectivo tras años de no ver cumplidos los compromisos adquiridos por la adminsitración autonómica.
“No somos un negocio, somos un servicio público”, reivindican cocineras y cocineros y ayudantes de cocina, que desde distintos colegios de la provincia y también de varios puntos de Aragón han ofrecido una chocolatada en la plaza de Navarra, animada por los Gaiters d´a Terra Plana. Las cacerolas han servido esta vez para hacer mucho ruido, acompañados por pitos, con la esperanza de que les escuche el Gobierno de Aragón. También se han recogido firmas de apoyo a sus peticiones.
Pedro Sánchez Rubiella, cocinero del colegio Pío XII de Huesca, ha resumido las reivindicaciones en “tener ratios, unas condiciones laborales justas, que se nos reconozcan las funciones, un contrato digno y la cocina in situ, que es lo mejor para los niños. La comida no es un negocio”, ha remarcado.
Sánchez ha valorado el apoyo de las amypas, porque “la cocina que se hace en los colegios día a día es la mejor, la que se elabora como en casa”. Cuatro colegios de Huesca tienen cocinas in situ y el resto cáterin o líneas frías, aunque “es en Zaragoza donde sobre todo está muy externalizado el servicio”.
Ahora que se inicia la negociación del convenio del colectivo, Sánchez espera que “los sindicatos defiendan bien” sus derechos. “Es fundamental que después de 16 años sin tener un convenio nuestras funciones y categorías se reconozcan y que haya una mejora”.
Víctor González, cocinero del colegio San Vicente de Huesca, ha recordado que hace cuatro años este colectivo acudió a las Cortes de Aragón para trasladar su situación. “Todos los partidos nos dieron la razón sobre mejorar la calidad de la alimentación en la escuela y adquirieron un compromiso de invertir para ir reconvirtiendo las cocinas de líneas frías a cocinas in situ. No sabemos qué pasa con ese compromiso”, ha criticado. “También existía el compromiso de mejorar nuestras condiciones laborales, y no solo no han mejorado, sino que han empeorado. A algunos nos han dejado tres meses sin cobrar”.
Traslada la responsabilidad ahora a los sindicatos que tienen que negociar el convenio y a los políticos “que van a tener que mentalizarse que la alimentación no puede ser un negocio, tiene que ser un derecho para los niños, tienen que comer bien sí o sí”.
“La gente está con nosotros y espero que los que nos mandan abran un poco los oídos”, ha apuntado Víctor González. “No puede ser que nos quedemos solos para dar de comer a 200 y que no haya sustituciones. Nos están llevando a la extinción a los cocineros y personal de cocina de la DGA. Están esperando que lleguen las líneas frías y terminar con este servicio púbico, una pena”, ha lamentado.
Durante la concentración, se ha leído el manifiesto del colectivo. “Sí, hoy nos hemos concentrado aquí compartiendo el dulce chocolate porque queremos que nuestra realidad se conozca, porque sabemos que es ahora el momento de que se haga justicia con nuestro colectivo y porque es necesario que el Gobierno de Aragón tome la decisión política de defender de verdad los servicios públicos de gestión directa de los comedores escolares aragoneses, con plantillas profesionales que disfruten de dignidad laboral y derechos”, culmina el escrito.