Un nuevo ataque a un rebaño en Robres dispara la polémica en torno a la posible presencia de un lobo, el tercero en meses y el segundo en apenas una semana, con la peculiaridad de que ha matado a tres cabras además de dos ovejas y además ha dejado heridas a otra quincena de cabezas.
La familia Maza tiene el lógico disgusto por la agresión en un rebaño de 140 unidades en una extensión de terreno de tres hectáreas que demuestra un importante ensañamiento y también una lucha por parte de las ovejas para evitar la mortandad. En conjunto, estos ganaderos cuentan con un volumen de 1.300 cabezas. Además de los cinco animales muertos, su preocupación ahora es recuperar la quincena de heridos, "alguna caerá, pero de momento las vamos a encerrar en un corral para ir cuidándolas porque al sol morirían".
Los ganaderos esperan la resolución de los servicios oficiales del Gobierno de Aragón sobre la procedencia del acto, aunque temen que dictaminarán que son perros mientras la sospecha de la población se encamina hacia el lobo. Una cuestión económica, como señalan las organizaciones agrarias, que tiene que ver con los seguros.