Uno de los okupas profiere amenazas de muerte a comerciantes de San Orencio y viandantes

Antes de alojarse en un establecimiento hostelero y un albergue por cinco días, han protagonizado momentos tensos en la retirada de sus enseres

05 de Octubre de 2023
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El sujeto que ha amenazado a comerciantes y viandantes, con la Policía Nacional
El sujeto que ha amenazado a comerciantes y viandantes, con la Policía Nacional

Después del cierto alivio que comerciantes y vecinos de la calle San Orencio han sentido por el desalojo de los siete okupas del conocido como "edificio Wilson". la zozobra ha vuelto pasadas las 19:35 cuando han retornado con el acompañamiento de una patrulla de la Policía Local con dos efectivos.  Durante unos minutos (cerca de media hora), han aprovechado para bajar sus enseres, entre ellos un colchón y varias maletas, además de un carro de supermercado que han llenado con pertenencias personales.

Paulatinamente, han ido abandonando el lugar con el carro y las maletas algunos de los ocupas (son dos hombres, dos mujeres y tres niños), y se han quedado junto a un colchón, una maleta y otros objetos un hombre y una mujer. Los agentes policiales se han retirado en la confianza, se entiende, de que la conducta de estos últimos iba a ser pacífica antes de partir hacia sus destinos tras el desalojo. Pasaban las ocho de la tarde cuando los comercios aledaños han comenzado a cerrar y el sujeto ha comenzado a proferir insultos y amenazas, en algunos casos de muerte que han provocado miedo en los agredidos verbalmente.

El okupa identificable por la gorra ha amenazado y faltado al respeto a multitud de viandantes
El okupa identificable por la gorra ha amenazado y faltado al respeto a multitud de viandantes

Prácticamente, no había persona que circulara y mirara hacia el edificio que no recibiera alguna invectiva del individuo, mientras la mujer permanecía en silencio. Las amenazas han arreciado incluso contra este informador, cuyos muertos han sido remembrados para concluir con un exabrupto de mayor amedrentamiento. Mujeres y hombres comerciantes y residentes aseguran que ha sido el tenor de los últimos meses. Finalmente, tras recibir otra llamada, ha acudido la Policía Nacional que se ha encargado de interrogar y, posiblemente, acompañar a las dos personas que estaban con el colchón hasta el lugar en el que pasarán la noche.

PROTEGER A LA INFANCIA

El realojo tras la desocupación obedece a la necesidad de aportar un recurso habitacional especialmente a los menores de edad. Los dos mujeres y los tres niños han sido direccionados a un establecimiento hostelero de Huesca, en el que podrán permanecer un máximo de cinco días. El mismo plazo que los dos hombres, que podrán dormir en el albergue.

La manutención alimenticia corre por cuenta de los "okupas". De hecho, desde que los Servicios Sociales del Ayuntamiento se interesaron por el caso, nunca han pedido dinero ni alimentos u otros objetos. Viven con la pensión de la mujer mayor de todos, de 75 años de edad, y varios de ellos se han dedicado a la mendicidad en torno a templos (las puertas San Lorenzo y Santo Domingo y San Martín en el caso de la de más provecta edad) y establecimientos comerciales (en el caso de uno de los jóvenes).

Los siete desalojados tienen esos cinco días como sucede con cualquier transeúnte, que sólo puede renovar esa prestación cuando han transcurrido cuatro meses desde los últimos. Esta familia procede de Mérida (Cáceres), de donde fue desterrada. Transitaron por diferentes poblaciones (la última antes de Huesca fue Zaragoza) y su caso fue especificado al Ayuntamiento por ej Juzgado a finales de mayo. Desde la okupación, el Ayuntamiento ha esperado el pronunciamiento de la justicia y esta mañana ha procedido a sacar a las siete personas después de que técnicos municipales constataran el estado del inmueble. Junto a ellos, ha acudido una funcionaria de Servicios Sociales.

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