Aquel 15 de septiembre de 2014 se celebraba un hito fundamental para Huesca para racionalizar uno de los pilares de un Estado de Derecho, de una democracia: la inauguración del Palacio de Justicia de Huesca en la calle Calatayud. Como tal, se congregaron autoridades del ámbito ejecutivo, como la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y del judicial con Carlos Lesmes, presidente del Consejo General de Poder Judicial, junto al delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, o el presidente de la Audiencia Provincial, Santiago Serena Puig.
Se ponía, de esta manera, fin a una situación que dificultaba la eficiencia en la impartición de la Justicia gracias al esfuerzo del Gobierno de Aragón y particularmente del Departamento que lideraba un oscense, Roberto Bermúdez de Castro, en la asunción de sus competencias estatutarias que convierten al ejecutivo autonómico en responsable de la infraestructura y los recursos humanos que favorezcan la labor de jueces, fiscales y secretarios judiciales, además de los abogados o los procuradores.
Hasta entonces, la ciudad disponía de 19 unidades judiciales distribuidas en las sedes del Coso Alto, el Santo Grial y la calle Moya, una diseminación que provocaba inconvenientes importantes. Aunque se sacrificó la centralidad que en un principio auspició ciertos recelos, el transcurso del tiempo ha convencido a todos, tanto a los profesionales como a los ciudadanos, de la bondad de aquella determinación, como dijo Luisa Fernanda Rudi "la materialización de una reivindicación de la sociedad" con unas instalaciones acordes "con las demandas sociales y profesionales".
Durante treinta meses, se cuidaron todos los detalles de estos 12.000 metros cuadrados en los que se invirtieron casi 13 millones de euros para convertir el Palacio en el edificio más moderno de Aragón y de los más vanguardistas de España para la aplicación de la Justicia. Desde el principio, estuvo conectado con la Red Unificada de Telecomunicaciones de Aragón. Para la edificación, se siguieron las directrices de la Comisión Técnica Estatal para la Administración Judicial Electrónica.
Siete salas de vista con sistemas de captación de acta judicial electrónica y de videoconferencias, microfonía, grabación de video, ordenadores... Desde entonces, los juicios se graban enfocando automáticamente a la persona que habla, y además se pueden insertar los documentos audiovisuales o literarios en la pantalla de cada una de las estancias. Todo, naturalmente, con respeto a la confidencialidad y la seguridad.
Aquella jornada del 15 de septiembre de 2015 quedó sellado el inicio de una nueva época. La presidenta Rudi recalcó que los medios habilitados por el Gobierno de Aragón están a la altura de lo que requiere un pilar de nuestro Estado de Derecho y de la "importancia de las tareas que desarrollan quienes contribuyen al desempeño de una función esencial para nuestra democracia".
Carlos Lesmes, por su parte, recalcaba que este modelo responde a la demanda social española para "una justicia mejor, más ágil, accesible y adaptada a los nuevos medios y necesidades, más cerca del horizonte de servicio público esperable de una democracia avanzada".
Tal fue la expectación que en la jornada de puertas abiertas del día anterior, los ciudadanos abarrotaron sus salas de vistas, sus pasillos y sus oficinas. Paradojas de la vida, ahora no hay demasiada apetencia de visitar el Palacio, aunque en él resida la sede de la Justicia, que es función mayor en democracia.