Las nevadas de las últimas semanas mantienen cubierto de blanco el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, creando un escenario invernal que transforma el paisaje y también la vida de su fauna. En las zonas más altas, la ausencia de arbolado hace que la nieve se acumule, las heladas sean más intensas y los vientos más fuertes, por lo que los sarrios se adentran en los bosques y descienden a los valles para encontrar refugio, alimento disponible y temperaturas más templadas.
Lo apunta el Parque Nacional de Ordesa para explicar que en esta época del año es común ver rebecos en las carreteras despejadas tras el paso de las quitanieves, atraídos por la sal esparcida para evitar la formación de placas de hielo y porque deben cruzarlas para desplazarse de un lado a otro.

Ante esta situación, desde el parque se recuerda a los visitantes la importancia de extremar la precaución al circular por la zona. Respetar las señales, reducir la velocidad y conducir con precaución son las advertencias. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido recuerda a los visitantes que “reducir la velocidad ayuda a conservar”.