La Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón (PDMA) ha puesto de manifiesto su convencimiento de que los proyectos en el sector de la nieve en el Pirineo no buscan tener impacto en el esquí sino en la “especulación urbanística” de la que se benefician empresas privadas a costa de “fondos públicos que no se destinan a sanidad, educación y vivienda”.
Los miembros de la plataforma Francisco Iturbe y José Luis Martínez han participado este miércoles en una charla en Huesca con el título “El impacto de las uniones de estaciones y otros proyectos de turismo insostenible en el paisaje pirenaico y en el patrimonio de las familias más poderosas”, que se ha celebrado en el Casino oscense.
Martínez ha finalizado la intervención apuntando que “la prioridad es que no tenga que operarme de cataratas en la privada porque tengo dos años de espera en la sanidad pública. Mientras eso se mantenga, son una obscenidad estas inversiones absolutamente especulativas que se están haciendo en las estaciones, que no están encaminadas a mantener la oferta turística, sino exclusivamente al refugio del dinero en los apartamentos”.
“No hay que desmoralizarse”, ha dicho y ha recordado que se consiguió bloquear el proyecto de unión de Astún y Formigal por Canal Roya. “Hay posibilidad de corregir las cosas, pero la gente tiene que defender lo suyo y protestar. No decimos que tengan que desaparecer las estaciones de esquí, estamos pidiendo un poco de racionalidad y bastante menos desvergüenza”.
La charla ha comenzado con la comparación que ha realizado Iturbe entre un parque de atracciones y el Pirineo, a través de la que se comprende mejor, ha señalado, que “no se invierta en viviendas, hospitales y educación, sino en tirolinas, toboganes y remontes, que es la razón de ser de un parque de atracciones”.
Martínez ha afirmado que las actuaciones en el Pirineo “componen el modelo Ayuso”, como lo denominan, entre cuyos principios incluye “la transferencia de dinero público a empresas privadas, en el caso de la nieve en Aragón, Ibercaja, propietaria del 50 % de Aramón; los accionistas de Candanchú, Yarza, Forcén -también con parte del Hotel de Canfranc construido con recursos públicos- y Alierta; y Grupo Santacruz propietario de Astún”, ha citado. Ha añadido que el objetivo de las inversiones es “que vengan turistas y compradores de apartamentos, lo que se convierte en un elemento dinamizador de la despoblación de forma clara”.
Asimismo, Martínez ha añadido que se da una “perversión de los principios que Europa impone para cumplir con las subvenciones de turismo sostenible de fondos europeos”. En este sentido, Iturbe se ha preguntado "¿cómo van a conseguir justificar esos proyectos?", que incluyen “un campo de golf en una pradera o talar medio bosque para hacer una telecabina entre Benasque y Cerler”. También ha afirmado que no se cumplen los plazos que marcó Europa.
Francisco Iturbe ha agregado que “no son proyectos pensados para estos fondos y que el esquí no es más que una excusa para lo que de verdad importa, que es la especulación urbanística que va asociada”.
Martínez ha señalado que lo evaluado en esta legislatura en el contorno del sector de la nieve alcanzan los 200 millones de euros, con actuaciones fundamentalmente en los valles de Aragón y de Tena y, por otro lado, a la zona de Benasque.
Respecto al primero, ha trasladado el incremento del presupuesto de la unión de Candanchú y Astún que comenzó en 8 millones de euros, “después se habló de la necesidad de invertir 20 -10 de fondos europeos-, pero en julio saltó a 35 millones y en agosto ya se hablaba de 45 millones destinados a un proyecto de telecabina de 3,8 kilómetros, pero sin contemplar una serie de partidas -garajes de cabinas, edificios intermedios para motores ni la totalidad de las cabinas- que lo situarían en unos 60 millones, más 20 millones durante 10 años para mantenimiento, más el IVA y el desfase en la construcción de obras públicas. Total, que parece que nos vamos a ir a unos cien millones de euros para unir Astún y Candanchú”.
“Y nos encontramos -ha continuado- que a las estaciones privadas se les sugiere la necesidad, dado el gran desembolso de las arcas públicas, de que se hagan cargo de parte del mantenimiento. Sería la primera vez”, ha dicho.
Las claves, a juicio de Martínez, es que este proyecto, “que no tiene un extraordinario impacto ambiental, sí tiene un impacto en los bolsillos de los aragoneses” y de intereses privados. “En Astún descubrimos que la zona del parquin y una extensión hacia los hoteles está recalificada y hay un proyecto para construir 800 apartamentos y un centro comercial, del que es beneficiario el constructor Santacruz”, inversión que se revalorizaría con la telecabina. “Y en Candanchú, donde no hay proyectos de construcción, la inversión multimillonaria en una telecabina mejora la situación financiera de una estación que está en concurso de acreedores desde hace 10 años. Si planteo negociar con Aramón para que se quede la estación, lo haré en mejores condiciones porque se han revaluado las acciones que ahora son ruinosas”, ha explicado. Ha recordado que “Candanchú fue adquirida por los accionistas actuales por 2 millones de euros; fueron las rebajas de las estaciones”.
Respecto a Benasque, José Luis Martínez se ha referido a la telecabina hasta Cerler, proyecto en el que se ha fijado la base de la infraestructura, en “una campa en zona inundable, que se va a rellenar con áridos para levantarla, cogiendo de la escollera miles de toneladas para rellenar 1,5 hectáreas, actuación que va a ejecutar el Instituto Aragonés del Agua”, ha afirmado. Ha asegurado que la base no se ha instalado en otro punto cercano no inundable “porque los grupos de los hoteles quieren que salga de la puerta de sus establecimientos”. Martínez ha añadido que en el entorno de la base de la telecabina hay “20 hectáreas de prados donde está proyectada la construcción de 1.100 apartamentos, y cinco pastillas arriba de Cerler ya recalificadas para construir más apartamentos arriba. La operación está clara”.
Iturbe ha criticado la “ambigüedad” en la que se mueven estos proyectos, que hace “que sea difícil seguirles la pista”. Se ha referido también al coste de mantenimiento de la telecabina entre Benasque y Cerler, que debe asumir el que construye durante diez años, y que asciende a 1 o 2 millones anuales, “algo imposible de gestionar por el Ayuntamiento de Benasque”, dado que los ingresos de explotación “van a ser nulos”, con una talecabina que llega a la zona de El Molino, a 1.500 metros, cuando la nieve en Cerler está en la cota 2000”. Todo eso “da igual”, ha dicho Iturbe, “porque ya tendré vendidos los terrenos. El negocio no es el esquí, el negocio es inmobiliario”, ha insistido. En este sentido, ha agregado que “las estaciones privadas de Astún y Candanchú no invierten ni un euro, porque saben perfectamente que eso es una ruina. Si funciona para ellos si ponen cero y luego vendo algún apartamento y me quedo el 100 %, todo limpio para el promotor”.
Respecto a la inversión en cañones de nieve han explicado que será, agregando el IVA, de 86 millones, ya sin fondos europeos, sino que llegan, como ha indicado José Luis Martínez, de fondos públicos, los planes Miner de Teruel y un 10 % de las estaciones, que en el caso de Aramón, empresa pública al 50 %, sólo aporta el 5 %”. Iturbe ha llamado la atención sobre que la nieve que fabriquen esos cañones puede desaparecer al día siguiente por las altas temperaturas o la lluvia. “Si quisieran estirar un poco la vida de las estaciones de esquí se podría invertir en modernizar sus instalaciones”, ha resaltado Martínez. “Si lo que se hace es, al revés, aumento las infraestructuras y los gastos, lo que consigo es acelerar la muerte de la estación. Si modernizo un remonte no tengo nuevos espacios urbanos. No se trata de esquiar, se trata de vender ladrillo”, ha remarcado.
También se han citado otros proyectos en marcha como el campo de golf en Panticosa, “localidad en la que hay cinco promociones de construcción de nuevas viviendas”; un parquin en Sallent de Gállego “en el centro del pueblo y pegado al río”; otro en Formigal, “pensado para autocaravanas de trabajadores”; y el “juguete de Panticosa, un gran tobogán”.