Miembros de la Asociación de Madres y Padres (Amypa) del colegio El Parque llevaron a cabo una protesta este pasado viernes para mostrar su demanda de que los alumnos puedan jugar en el parque Miguel Servet. Concretamente, las familias se reúnen habitualmente en una zona aledaña a La Rosaleda, donde ahora se han plantado tres palmeras y se ha vallado.
Para esta protesta, se realizó una concentración ante la zona donde se han instalados las vallas, en las que alumnos del centro colgaron carteles que habían realizado con dibujos y una frase recurrente: “Queremos jugar en nuestro parque”. Además, también piden una pista multideporte.
Desde la Amypa, a través del Buzón del Ciudadano, y también a través del proceso de Participación Ciudadana, se había hecho llegar al Ayuntamiento estas peticiones, y se decidió realizar este acto de protesta ante la respuesta recibida.
“Se ha desvirtuado nuestra petición. No queremos que nuestros hijos jueguen al fútbol en La Rosaleda ni que construyan en ella una pista multideporte”, ha aclarado María José Hernández, miembro de la Amypa del Parque. Como ha explicado, “a la salida del colegio nos reunimos en el parque, y los niños solían jugar con la pelota en una zona cercana a La Rosaleda. En ese espacio se han plantado tres palmeras y se ha vallado”. El juego se trasladó a otra zona cercana -“tampoco en La Rosaleda-, donde acudió la Policía Local para decir a unos chicos de 7 años que no podían jugar”.
También ha trasladado malestar de las familias por la respuesta que recibieron del Ayuntamiento, ya que “nos acusan -ha señalado- de no respetar el medioambiente ni educar en ese respeto. Siempre se procura que se respeten todos los espacios y no se estropee nada”, ha apuntado Hernández.
Ha defendido que "es una suerte vivir en Huesca y tener un espacio como el parque Miguel Servet" donde las familias se juntan “y los niños juegan, unos con el balón, otros al escondite, a correr, depende de la edad. Hay una zona de columpios, pero para niños pequeños, pero con más de 7 u 8 años los niños también pueden seguir yendo al parque, que es donde mejor pueden estar, y tener alguna opción también”.
Respecto al espacio multideporte, ha explicado que únicamente se aportó la idea, “que no parece tan descabellada”, de crear una pista en la zona del pinar viejo, junto a la calle San Jorge, "donde ahora no hay nada. Ya se colocaron unas mesas de ping pong y no pedimos más que un espacio donde jugar”.
Asimismo, respecto a problemas en el césped, ha indicado que hay otras zonas, como las gradas del estanque, donde también se pisa y se juega y no registra problemas.
RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO
El equipo de gobierno municipal, por su parte, ha señalado que "los niños pueden jugar a lo que quieran y donde quieran siempre que no dañen elementos vegetales, de mobiliario o a otros usuarios". Y ha añadido que "la policía es la vigilancia que existe en el parque para que se cumplan las normas de convivencia que exigen respeto al medio ambiente y a las zonas naturales".
Según remarca, las posibilidades que ofrece el espacio natural que es el Parque Miguel Servet son muchas. "Es un privilegio poder jugar en un espacio tan natural con todos los beneficios que tiene para el desarrollo infantil. Además del aprendizaje del respeto por el medioambiente. Sin embargo, convertir una zona natural en una cancha deportiva es perder una oportunidad educativa y divulgativa de juego en un ambiente natural. Hay lugar para todo en la ciudad".
En este sentido, señala que para la práctica de deportes existen instalaciones específicas. Hay deportes que no se pueden practicar en el Parque", insiste. Así, señala que el espacio de La Rosaleda del Parque Miguel Servet no es conveniente que se convierta en una pista deportiva. "El Parque siempre ha sido lugar de juegos en incluso de deporte, en este caso siempre en el contexto de una zona verde y con actividades adecuadas o adaptables a esta zona".
El Ayuntamiento ha recordado el origen de La Rosaleda y señala que las praderas de césped forman parte del conjunto, enmarcando, arropando el espacio y sirviendo de protección a la plaza central.
"El espacio de la Rosaleda fue restaurado el año pasado con un Programa Experiencial de Empleo y Formación, puesto que había sido deteriorado por el juego con balón. Este año ha sido necesario volver a rehacer el espacio debido al daño que ocasiona la práctica deportiva en este sector", ha afirmado.
"Determinados usos deportivos como por ejemplo el fútbol, en este caso, es un deporte donde los balones alcanzan una fuerza y velocidad que tiene gran impacto sobre los elementos vegetales y de mobiliario, además de ser excluyente con otros usuarios de estos espacios públicos. Hay una gran cantidad de superficies en el parque y en la ciudad, susceptibles para el juego libre y en concreto para el fútbol. Si se hace uso de ellas hay que tratar de no dañar los elementos vegetales. Por eso, no es conveniente la práctica de algunos deportes en un ámbito como el Parque", concluye.