Jorge Pueyo, diputado de CHA por la coalición Sumar y portavoz adjunto del Grupo Plurinacional Sumar, ha presentado en una rueda de prensa en el Congreso varias proposiciones no de ley en las que propone ejecutar sin más demora los tramos pendientes de las autovías A-21 y A-22 y la N-260, en el caso de la provincia de Huesca, acelerando las licitaciones y la culminación de las obras para posibilitar su puesta en servicio cuanto antes. Ha recordado que se trata de autovías intermitentes, que se convierten en cuellos de botella y en puntos de riesgo para la seguridad vial, a pesar de que se encuentran recogidas en el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2012-2024 (PITVI).
Ha comenzado por la autovía de los Pirineos. “La autovía A-21 Jaca-Pamplona, con el objetivo de comunicar transversalmente Navarra y Aragón, figura en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) desde 2005. En la actualidad la A-21 es una autovía sin continuidad, que se encuentra en servicio en unos tramos sí y en otros no”, ha señalado Pueyo.
Ha recodado que, “mientras que los seis tramos navarros, ejecutados por la Comunidad Foral de Navarra, están en servicio desde 2012, en la comarca de la Jacetania se continúa esperando una ejecución que es competencia del Ministerio. Es el problema de tener que pedir las infraestructuras a Madrid y no poder hacer como Navarra y poder atender desde Aragón a las necesidades de Aragón”, ha denunciado Pueyo.
En concreto, quedan aún tres tramos pendientes de ejecutarse: el tramo entre Tiermas y Sigüés (6,6 km), el tramo entre Fago y Puente la Reina de Jaca (11,6 km) y el tramo Jaca Oeste-Jaca Norte (4,9 km). Solo el primero se encuentra en obras, mientras los otros dos, después de 20 años, siguen pendientes de la licitación tras haber revisado y actualizado los proyectos.
Después se ha referido a la autovía A-22 Huesca-Lleida, con el objetivo de comunicar el Alto Aragón y Cataluña, que figura en los Presupuestos Generales del Estado desde 2005 y se han ido poniendo en servicio los diversos tramos a medida que se completaban, entre 2008 y 2012. “En la actualidad el único tramo pendiente, de 12,8 km, es el que debe unir Siétamo con la ciudad de Huesca, donde se conectaría con la A-23 (la autovía Mudéjar, que comunica las tres capitales de provincia aragonesas). Con declaración de impacto ambiental favorable desde 2008, sucesivos gobiernos centrales tanto del PP como del PSOE han permitido la sucesión y acumulación de retrasos. Adjudicada en junio de 2018 y con un plazo de ejecución de 36 meses, la obra debería haberse completado hace ya tres años; sin embargo, ha sufrido nuevos retrasos atribuibles a dos modificados”, ha recordado.
Como ha trasladado, “la imagen de una autovía cuyo final son unos campos sembrados ha trasladado a la sociedad oscense un mensaje de abandono y olvido al que se debe poner fin cuanto antes. Y es que hablamos de una obra vital para la ciudad de Huesca y para todo el Alto Aragón, que permitirá mejorar la movilidad y la seguridad de los numerosos vehículos que circulan entre la A-22 y la A-23, así como corregir el hándicap que supone para el desarrollo socioeconómico de este territorio el actual cuello de botella en el acceso a Hesca. Una obra vital que nos tiene atormentados desde hace 20 años a toda la zona Oriental del Alto Aragón”.
EJE PIRENAICO
Aunque no es una autovía, el diputado aragonés ha afirmado que resulta “imprescindible completar el Eje Pirenaico (la carretera nacional N-260) que comunica Sabiñánigo con Portbou. En la actualidad tiene dos tramos pendientes de acondicionamiento en la provincia de Huesca: En Ribagorza, entre el Congosto de Ventamillo y la localidad de Campo, de 12 km, que alterna la apertura al tráfico con períodos de interrupción por continuación de las obras, “y la situación es tan crítica hasta el punto de que los camiones tienen que avisarse por radio para no cruzarse”; y en Sobrarbe, entre Fiscal y los túneles de Balupor, de casi 13 km, donde aún no han comenzado las máquinas a trabajar”.
“Este último tramo se trata de una actuación imprescindible por razones de seguridad, pues se suceden los atascos, sobre todo en verano -ha descrito Pueyo-, así como las maniobras marcha atrás para facilitar el paso a vehículos pesados que, a la hora de trazar las curvas, se ven obligados a invadir el carril contrario. Si a alguno de ustedes les da miedo ir marcha atrás imagínenselo esto con el desfiladero del rio Ara de 300 metros debajo. El riesgo se incrementa cuando el autobús escolar, que utiliza esta vía diariamente, se cruza con un camión u otro vehículo de grandes dimensiones, al no caber de manera simultánea por algunos tramos de la carretera”.
En el tramo Fiscal-Balupor, que está a punto de desbloquearse, Jorge Pueyo considera que “debe aprovecharse para construir un puente sobre el río Ara para que los habitantes de Jánovas puedan estar comunicados. Se trata de un pueblo que, tras décadas amenazado por un embalse que nunca se construyó, está siendo recuperado por sus vecinos y al que la administración que echó a sus últimos habitantes por la fuerza hace medio siglo les debe como mínimo condiciones de vida en dignidad. La ausencia de un puente que dé acceso a la N-260 obliga a los vecinos a circular por una pista forestal y dar un rodeo de 40 minutos. En esas circunstancias, cualquier visita al médico por un caso grave puede resultar trágica”.
"Ante el abandono histórico de las carreteras de Aragón por parte de PSOE y PP -ha resumido Pueyo-, me comprometo a que en estos Presupuestos exigiremos al Ministerio lo que es justo desde hace décadas: que se ejecuten ya los tramos pendientes de la A-21, A-22, A-68 y N-260 y que se impulse la nueva A-25”.
"Somos conscientes de que algunas obras podrán completarse en meses e inaugurarse el año que viene y que otras tardarán algo más. Pero la sociedad aragonesa quiere ver obras terminadas y máquinas trabajando ya, sin más demoras, sin más excusas. Ese es nuestro objetivo y, junto con el ferrocarril, una de nuestras mayores prioridades donde vamos a poner el foco en la negociación de los PGE para 2025”.