La consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha manifestado que la residencia de trastornos mentales infantojuvenil no se ubicará en la ciudad de Huesca, como ella misma había anunciado, al negarse "una autoridad por encima del Arzobispado" a vender o alquilar el convento elegido para albergar este servicio. "Con la Iglesia hemos topado", ha añadido.
Repollés confirmó este cambio de decisión en la sesión plenaria de las Cortes regionales celebrada este viernes, al responder a una pregunta realizada por la diputada del Partido Popular Carmen María Susín. La parlamentaria del PP le planteó, además, si el lugar ahora elegido es Movera, un pueblo de Zaragoza situado en el distrito de Barrios Rurales Norte, y si la Fundación Rey Ardid va a ser la encargada de gestionarlo.
La consejera indicó que prefería no dar más detalles sobre las negociaciones que se están llevando a cabo, apelando a la prudencia. "Con la experiencia previa, comprenderá que seamos cautos y no contemos nada, no sea que se trunque".
No obstante, se comprometió a que esté funcionando en el primer semestre de este año, con 16 a 20 profesionales no sanitarios y 3 de Salud Mental. Añadió, además, que se comenzará con 15 plazas para usuarios, que se irán ampliando en función de las necesidades.
La consejera de Sanidad anunció el 26 de octubre, en una visita a la planta de atención infantojuvenil del Hospital Clínico de Zaragoza, que la nueva residencia se iba a instalar en Huesca y que contaría con entre 20 y 25 plazas. En una comparecencia en la Cámara para presentar los presupuestos, señaló que la inversión ascendería a 1,5 millones de euros y entraría en funcionamiento en los tres primeros meses de 2023. "Ahí supimos que no era una inversión, que era una privatización o colaboración público-privada. Finalizado febrero de 2023, la residencia ni está en Huesca ni se le espera", señaló en la sesión plenaria del viernes Carmen María Susín, quien calificó también de "ocurrencia" el hecho de elegir un antiguo convento para este servicio, en su opinión, "la menos indicada por instalaciones y por ubicación".
"A veces las cosas se tuercen y hay que reconducir la situación", sostuvo la consejera, quien aseguró que el deseo del GA era que la residencia se hubiera ubicado en la provincia de Huesca.
Explicó después que su Departamento valoró diversas ubicaciones en toda la Comunidad Autónoma hasta encontrar "la más adecuada", después de trabajar "en silencio y discretamente" con "todos los interlocutores", desde el alcalde, Luis Felipe, "que apoyó la decisión", hasta el Arzobispado, propietario del inmueble donde se iba a ubicar el recurso.
"Era un espacio que a todos los técnicos que fueron a revisarlo les parecía el más adecuado, porque era un espacio residencial integrado en la ciudad, céntrico y muy próximo a centros educativos que favorecen la recuperación y reinserción de los pacientes. Todos estábamos de acuerdo, hasta que la autoridad por encima del Arzobispado decidió que ni vendía ni alquilaba. Con la Iglesia hemos topado. Se torció".
Sira Repollés añadió que, después de "ese revés", siguieron buscando un lugar adaptado en la ciudad de Huesca, y no encontraron "ninguno".
"Ahora estamos en conversaciones discretas con otro espacio que cumple con las condiciones necesarias para albergar a este tipo de pacientes", apuntó.