El AVE 02861 se ha visto envuelto en una serie de circunstancias que han motivado que su retraso estratosférico no haya sido ocasionado por sus deficientes condiciones propias de su longevidad, sino por motivaciones que han tenido que ver con una avería entre Calatayud y Guadalajara que primero han propiciado un retardo de tres horas y cuarto en la salida de Atocha y finalmente una demora de 3 horas y 42 minutos. Número redondo: 222 minutos.
El tren tenía que haber salido de la Estación Almudena Grandes a las 18:53 horas. En una previsión absolutamente optimista (y su definición de que es un pesimista mal informado), la megafonía de Puerta de Atocha anunciaba que por una cuestión de limitación de personal se demoraría media hora el arranque hacia Huesca del AVE procedente de Sevilla y Córdoba.
La carga de paciencia se ha ido rebosando poco a poco, primero con la comunicación imprecisa de la incidencia de un "tren precedente" que motivaba que todavía tardarían en salir, una vez ya instalados los viajeros en la unidad en un juego de luces y apagones, por un lado, y de aperturas y cierres de puertas por otros. El ferrocarril estaba muy concurrido.
A falta de información oficial por los cauces oficiales, revisores y otro personal explicaban pacientemente que un tren había sufrido una avería entre Calatayud y Guadalajara y, hasta que no estuviera despejada la vía, no podían partir hacia el destino. Finalmente, a las 22:11 horas, se encendían los motores y el AVE se movía.
Una hora y cincuenta minutos después, a la altura de la avería, el convoy se ha detenido. Tan sólo estaba habilitada una de las dos vías y, consecuentemente, se alternaba un sentido y otro, con la consiguiente paralización. Uno de nuestros interlocutores, acostumbrado a calcular el cronómetro, espetaba: "Antes de la 1, no vamos a llegar".
Ha dado en el clavo. A las 1:02, hora de marcha, llegaban exhaustos decenas de pasajeros a la Estación Intermodal de Huesca, acostumbrada a recibir a viajeros desesperados por las tardanzas. En esta ocasión, el reloj marcaba las 1:04 como reflejaba la fotografía de Mafalda Marro. 222 minutos. Aunque en esta ocasión no se ha debido a la quejumbrosa marcha del viejo 02861, recién reparado por cierto, pírrico consuelo es para los usuarios de una infraestructura que peca de más incertidumbres que certezas. Una lástima para una comunicación llamada a ser vanguardista.