Miembros de la Plataforma Ribagorza No Se Vende se ha concentrado este lunes en la plaza Cervantes de Huesca para mostrar su rechazo a los marcoproyectos fotovoltaicos previstos en esta comarca y que arrancan en La Puebla de Castro y Secastilla. Ante una gran pancarta con el lema “Renovables sí, pero no así”, han utilizado altavoces, silbatos y carracas para hacer ruido y que se escuche su oposición a unas macroinstalaciones que amenazan, como señalan, “nuestro modo de vida y nuestro entorno”. "Su beneficio, nuestra ruina", recogía otro de los mensajes.
La concentración frente a las instituciones competentes en informar sobre estos proyectos ha pretendido que se apoye la posición de los ayuntamientos de La Puebla de Castro y Secastilla, en la modificación de sus Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) para ponerles coto. “Se van a reunir en breve para darle el visto bueno o no, y queríamos hacer el máximo de ruido posible y presión social para que vieran que realmente estamos completamente en contra del proyecto”, ha indicado Jaione Irisarri, miembro de la Plataforma Ribagorza No Se Vende.
Además, se han reunido con representantes de Urbanismo, Industria y Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón a quienes han transmitido las afecciones que tiene y lo que supondría hacer “semejante macroproyecto en nuestros queridos pueblos”.
La plataforma ha presentado hasta el momento más de 1.200 alegaciones al proyecto y recogido de 6.000 firmas en change.org y de forma presencial, además de celebrar manifestaciones en el territorio, en Zaragoza y este lunes en Huesca. También se han editado folletos y celebrado charlas. “En ellas nos dirigimos a los pueblos para explicar a lo que se exponen si no tienen un PGOU y, aunque lo tengan, si no tienen el apoyo del ayuntamiento para modificar y limitar este tipo de macroinstalaciones”, ha explicado Irisarri.
“Queremos transmitir que no estamos en contra de las renovables, estamos en contra de los macroproyectos que hacen que grandes superficies, sobre todo cultivables, se dediquen a este tipo de Industria. El problema es que dejan de poder trabajarse y hay gente que pierde su empleo y su modo de vida. Familias enteras pueden perder su modo de vida por la instalación de estos macroproyectos”, ha remarcado.
“Lo que les he dicho a los políticos es que, si tanto defendemos en la Aragón rural y e intentamos fijar población en las zonas rurales, cómo puede ser que defendamos proyectos de este tipo, que solamente suponen 2, 3 o 4 puestos de trabajo y se pierdan hasta 10, 12 o 15, porque la normativa europea lo dice. No, tenemos que crear una legislación que proteja las zonas rurales”, ha demandado la portavoz de la plataforma.
Como ha explicado, lo que les transmiten los políticos y los técnicos es que “la herramienta más fuerte es la ordenación de urbanismo. Si los ayuntamientos, que dan las licencias urbanísticas, están a favor de legislar y de limitar estas macroinstalaciones, no en contra, sino de decir dónde ponerlas y de qué tamaños -ha insistido-, tenemos una gran herramienta para luchar contra ellas. Sobre todo, transmitir a todos los ayuntamientos, a toda la gente de los pueblos y a los políticos que mire si tienen PGOU, y que se pongan a legislar, porque realmente es la única herramienta potente que tenemos para poder limitar estas instalaciones o decir cómo las queremos”.
En junio conocerán si la modificación del PGOU de estas localidades va adelante para impedir las macroinstalaciones. “Esto va a condicionar mucho si seguimos manifestándonos de forma más activa o si hacemos más reuniones y charlas informativas para generar concienciación de qué tipo de transición energética queremos, si esta de macroproyectos o más de autoconsumo y de pequeñas explotaciones. No queremos solamente que proteger nuestro pueblo, sino también los pueblos de alrededor”, ha señalado.