Santiago Serena: "El Palacio de Justicia ofreció amplias dependencias con posibilidad de crecer y una disposición más cómoda para trabajar"

El expresidente de la Audiencia Provincial de Huesca analiza el cambio de sede de los órganos judiciales que hace diez años permitió la adaptación a las nuevas necesidades

Periodista
14 de Septiembre de 2024
Santiago Serena analiza el traslado hace 10 años al Palacio de Justicia de Huesca

Santiago Serena Puig vuelve al Palacio de Justicia de Huesca para echar la vista diez años atrás, cuando afrontó como presidente de la Audiencia Provincial el cambio de sede de los órganos judiciales a este nuevo complejo. De pie en la sala de vistas de la Audiencia, que conserva muebles de los años 50 de la anterior sede, Serena valora que el traslado conllevó “una serie de ventajas y de adaptación a las nuevas formas de trabajar y a las nuevas necesidades”.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, Santiago Serena ingresó en la carrera profesional en 1978. Tuvo su primer destino en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbastro, del que pasó al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Huesca y posteriormente al Juzgado de lo Social número 1 también en la capital oscense. En 1993 se incorporó como magistrado a la Audiencia Provincial de Huesca, que pasó a presidir por primera vez en 1995. Fue reelegido desde entonces para sucesivos mandatos hasta su jubilación hace casi dos años.

Conoce todos los entresijos del Palacio de Congresos, que incorporó muchas sugerencias que se realizaron desde dentro, conocedores de todos los inconvenientes que suponían las antiguas sedes y que debían subsanarse con el cambio.

En la sala de vistas de la Audiencia, junto a las mesas que dan “cierto empaque”, también se trasladó el mueble que da cobijo al jurado y que estaba diseñado ad hoc para la anterior sede. A pesar de las advertencias, en la actual tuvo que encajarse en el espacio, con un resultado que no convence al magistrado. “También sobre el anteproyecto les indicamos que lo mejor era tener comunicación directa con los calabozos o con conducciones, para evitar pasar por espacios públicos por cuestión de seguridad, por imagen... Y así se hizo”.

Otra aportación fue la petición de una sala grande, “porque siempre hay juicios o actos en los que hay gran afluencia de público”. Es la sala de vistas de la Audiencia, la más amplia del edificio, “que cumple la función, aunque realmente tampoco tiene posibilidades de ampliación”, apunta Serena Puig.

El Palacio cuenta con un bloque de salas para los juzgados, “todas muy parecidas. No llega a tener como antes casi una sala por cada juzgado, pero ahora más o menos está bien la ratio, aunque hay que ponerse de acuerdo para señalar juicios”, explica.

Santiago Serena recuerda el cambio de sede de los órganos judiciales en Huesca.

A la parte de diseño del edificio se fueron uniendo poco a poco distintas mejoras tecnológicas, como “videoconferencia, grabación de las vistas, sistemas de seguridad para vigilar que no se produzcan intervenciones inesperadas -cita-, y lo más reciente es el acceso directo a los expedientes electrónicos y a las bases de datos. Ha sido una necesidad todavía más apremiante cuando se ha ido introduciendo con más vigor el expediente electrónico. Antes bajabas los autos físicamente y podías consultarlos”, recuerda.

Santiago Serena no esconde que el cambio produjo “cierto desconcierto”. “Estábamos en el centro y nos íbamos a las afueras”, comenta. Sobre las ventajas, además de la práctica de la facilidad para aparcar, desde el punto de vista de las instalaciones son evidentes. “Antes estábamos en tres sedes, la Audiencia Provincial, el antiguo Banco de España donde estaban en los juzgados y todavía había otra en Santo Grial, donde estuvo mucho tiempo el Jurado en lo Social y luego el Jugado en lo Penal. Tres sedes era ya… y además sin posibilidades de crecer”, expone.

Así, el traslado supuso “primero unos amplios despachos, unas amplias dependencias con posibilidades de crecer. Todavía existen y se pueden aumentar los juzgados -apunta-. Vino con una serie de ventajas y de adaptación a las nuevas formas de trabajar y a las nuevas necesidades. Realmente antes era el clásico, muchos despachos, con lo cual se perdía espacio. Ahora ha cambiado la concepción. Tiene -enumera Serena- otra disposición mejor y más cómoda para trabajar, con circulaciones separadas del público y de funcionarios, tenemos unas buenas dependencias de archivo, que antes era otro de los problemas, sobre todo cuando se generaba tanto papel. Ahora, tal y como vamos a papel cero, esa necesidad se reducirá o no será tan imperiosa”.

CARGA DE TRABAJO

Santiago Serena recuerda que antes existía una sección en la Audiencia Provincial. “De momento, el número de juzgados no ha aumentado. La Audiencia sí. Cuando empecé éramos tres magistrados y se creó poco antes de 2000 la cuarta plaza y con ella continuamos con competencias civiles y penales, que todavía no se han separado, con lo cual se produce una variedad enorme de tipo de asuntos y de recursos. Te conviertes en un generalista que tiene a veces que actuar como especialista”, traslada.

Como ejemplo, cita que “el juez que lleva Mercantil lleva también Civil, Penal y Registro Civil. En ese sentido -continúa-, tenemos que tocar muchas materias y dar respuesta a todo. Al final cuesta mucho y ya no es el volumen, sino la cantidad y calidad de las resoluciones que tienes que dar. A su vez, tienes Primera Instancia Penal, que son los asuntos más importantes, más graves; y el jurado, que de vez en cuando van llegando y requieren mucho trabajo... No se sabe la preparación que existe antes de llegar a juicio y después”, comparte.

Posteriormente ya se creó la plaza del quinto magistrado y “con eso se notará alivio. Ahora ya les tocará a mis compañeros y al nuevo presidente, que está por nombrar, cómo se distribuye el trabajo, si se pueden intentar especializar o si intentar repartirlo de alguna manera”, apostilla Serena.

JUICIOS

“Cada asunto es distinto, unos parecen aparentemente más fáciles, otros más difíciles, pero detrás hay personas y la singularidad de cada caso. Cada juicio de jurado es un mundo, una situación muy diferente con sus peculiaridades y sus problemas”, relata Serena.

Respecto a los casos que ha juzgado, “uno de los más llamativos fue el de la niña Naiara -recuerda-, muy conocido y especialmente doloroso”, reconoce. Para el acusado, dictó la primera condena de Aragón a prisión permanente revisable. Ha habido otros con singularidades. “Me tocó por segunda vez el de Walter Jerome Carvajal. Se juzgó y condenó, llegó al Supremo, anularon la sentencia, hubo que repetir el juicio y, en estas, se escapó”. Estuvo huido de la justicia varios años hasta que lo detuvieron en Francia y “lo presentaron en España en virtud de los tratados internacionales y de las normas comunitarias, y se le juzgó aquí”, recuerda.

Muy mediático fue el juicio del crimen de Fago, que se celebró en la vieja Audiencia Nacional. “Hubo mucho público y se habían acreditado muchísimos periodistas. Había que tratar ese juicio lo mejor técnicamente, y lo mejor era hacerlo en nuestra sede, que es lo que lo que está previsto. Hubo que diseñar un sistema con unas instalaciones provisionales en la plaza López Allué que sirvieron muy bien para la función. En la sala de vistas se reforzó la iluminación y para evitar trasiegos se colocaron 2 o 3 cámaras fijas, así una vez que estaba todo el mundo en su sitio, ya no te enterabas de que estaban, evitaron ese alboroto de cuando entra toda la prensa al principio a hacer fotos y hay un revuelo, que muchas veces perturba el desarrollo del acto. De esa forma se solucionó y creo que funcionó bien”.

Por la organización de este juicio, como presidente de la Audiencia, fue galardonado en la primera edición de los premios Calidad de la Justicia del Consejo General del Poder Judicial, en su modalidad de “Justicia transparente”.

Serena en el despacho del presidente de la Audiencia Provincial.

EL FUTURO

Serena expone, por otra parte, el camino que opina que se debería seguir para una buena organización de la Justicia, que sigue incluyendo mejorar la ratio de magistrados por habitante, todavía muy lejos de las europeas. Además, considera que se debe avanzar en mejorar la calidad de trabajo. “En la Audiencia sería la separación de las jurisdicciones, civil y penal. Y en los juzgados, quizás especializar algún órgano en materias mercantiles, de familia, que ahora se llevan junto con todos los asuntos civiles y con toda la instrucción penal. Contamos con cinco juzgados de primera instancia e institución y habría que conseguir uno más, y separar 3 y 3 o 4 y 2, dependiendo de las necesidades”.

Serena Puig recuerda el proyecto de reorganización de la administración de Justicia con la creación de tribunales de instancia. “Cambiar totalmente la filosofía de cómo está ahora organizado en partidos judiciales, audiencias provinciales, etcétera -explica-. Se habló mucho y se dijo que era inminente, pero aquí para las inminencias va pasando mucho tiempo. Eso influiría directamente en la distribución del trabajo y especialización”, traslada.

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