El Servicio Provincial de Extinción de Incendios y Salvamentos (Speis) ha realizado un llamamiento para que se lleve a cabo un correcto mantenimiento y un uso adecuado de las chimeneas, y lo hace especialmente en este invierno en el que se prevé un incremento de su uso debido a la subida de los precios de los carburantes.
Este servicio realizó el pasado año en torno a 60 intervenciones a causa de fuegos originados en este tipo de instalaciones. En uno de estos incendios ardieron seis apartamentos en Campo.
Para aumentar la seguridad y evitar los incendios derivados de un deficiente mantenimiento, el Speis recuerda que es necesario revisarlas y ponerlas a punto. “El objetivo es mejorar la seguridad de la población y reducir el riesgo de estos fuegos”,
explica Óscar Aguarta, jefe del Speis. Una probabilidad que, apunta, “crece como en todos los sistemas productores de calor si no se mantienen, utilizan y aíslan correctamente”.
Recuerda que cada año se generan numerosos fuegos que podrían evitarse siguiendo una serie de sencillos pasos, centrados en el mantenimiento y uso adecuado.
En cuanto al mantenimiento periódico, es fundamental limpiar las paredes del conducto de escape o tiro de la chimenea, pues allí se depositan los aerosoles que destila la madera al arder. Al acumularse crean una costra que, si adquiere cierto grosor, se puede poner
incandescente y arder.
Es importante así mismo deshollinarla cada año si se utiliza a diario durante la época de frío. Si el uso es ocasional, se recomienda realizar esta limpieza cada dos o tres años.
En cuanto al uso adecuado, el Speis recuerda que debe evitarse la sobrecarga de leña, pues una emisión de calor excesivo aumenta el riesgo de generar un foco de ignición en algún punto del tiro. El roble, encina y haya, maderas secas y duras, generan menos
costra alquitranada y tienen mayor poder calorífico que maderas húmedas o blandas, como pino y el chopo.
Es importante crear una zona de seguridad junto a la chimenea, evitando colocar material combustible como muebles o ropa húmeda a menos de dos metros del fuego, así como mantener una ventilación constante de la estancia, pues la combustión consume oxígeno y el nivel de monóxido de carbono puede aumentar peligrosamente.
Finalmente, es fundamental asegurarse de haber apagado por completo el fuego.