Tras dos años de obras 'a vecinal' y el apoyo económico del Ayuntamiento de Aínsa, Castejón de Sobrarbe ha inaugurado una calle Mayor del pueblo renovada, en el barrio Solanilla. Han sido alrededor de 12.000 euros los que han hecho posible restaurar la arteria principal de la localidad, donde se encuentran un gran número de viviendas y se celebran diversos encuentros.
José Antonio Talón, presidente de la asociación de vecinos, tomó la iniciativa hace dos años empezando con un pequeño trozo de la calle, cuyo pavimento original estaba prácticamente deshecho y crecía vegetación. Años atrás, el Ayuntamiento había construido un muro de contención para evitar los constantes desprendimientos que se producían sobre la calle y ampliar de dos a tres metros el ancho de la misma.
En total, han sido 355 metros cuadrados de pavimentación. Las tareas se han prolongado a lo largo de dos años y se han llevado a cabo por un nutrido grupo de vecinos y vecinas jubiladas que, poco a poco, han hecho realidad la satisfacción de cubrir una necesidad que ya era acuciante. “Se derrumbaban con frecuencia tramos de la pared de la calle, rehacías y a los tres o cuatro años volvían a producirse desprendimientos. El Ayuntamiento construyó hace unos años el muro, pero el paso de las máquinas afectó al suelo, una enrollada de piedra muy irregular. Al final hemos acabado. Son muchas horas de trabajo, hacíamos cuatro o cinco metros cada día. Estando jubilados lo hacíamos cuando podíamos”, relata José Antonio Talón.
El resultado ha sido aplaudido por el alcalde, Enrique Pueyo, que acudió a la inauguración para ver de primera mano los trabajos concluidos y felicitar a sus valedores. “La colaboración de la vecindad es fundamental. Este municipio abarca 26 pueblos, llegar a todos con los recursos que tenemos es imposible, así que la voluntad y el buen hacer de los habitantes es la mejor herramienta que tenemos contra el abandono. Sin ellos sería impensable poder ver obras como la de Castejón, una auténtica hazaña que por supuesto hemos apoyado económicamente en todo lo que han requerido”.
La inauguración se vistió de banderas, jotas, abundante picoteo y un ambiente inmejorable, que unió a personas de todas las generaciones en torno al que llaman popularmente como barrio de la alegría. Castejón de Sobrarbe cuenta con 26 casas. Viven una decena de personas durante todo el año, cifra que se multiplica en verano y puentes festivos por las segundas residencias. Fue cabecera municipal, y contaba con médico, boticario y herrero. En los años cincuenta, más de diez niños iban a su escuela. Era un pueblo importante. El éxodo rural acabó con su época dorada, aunque en la actualidad presume de servir de morada a personas volcadas intensamente en mantenerlo vivo.
Tras las obras de la calle, se espera que la próxima inauguración la protagonice su iglesia, datada del siglo XVI y que ya ha concluido dos fases de rehabilitación del tejado tras destacadas inversiones del Gobierno de Aragón y del propio ayuntamiento.
“Con la tercera fase, toda la cubierta quedará finalizada y podremos enfocarnos en recuperar el interior del templo. Es un monumento de gran valor construido por el maestro Joan Tellet, el mismo que levantó la iglesia de Olsón, nuestra catedral del Sobrarbe”, apunta Pueyo.
“El reto es ambicioso, pero no es ningún capricho. Nuestra identidad, nuestro carácter y nuestro amor al territorio también se demuestran volcándonos en lograr objetivos como éstos. Y en eso seguiremos, animando y sumándonos a la voluntad de las asociaciones vecinales siempre que esté en nuestras manos”.