La tarde-noche del jueves ha dibujado un escenario apocalíptico entre Gurrea de Gállego y Almudévar, un escenario con cortes de carreteras por los árboles que han sido derribados por la fortaleza del viento, coches aplastados por algunos que se han precipitado sobre ellos y una visión para frotarse los ojos como son las torres de alta tensión dobladas como si hubieran sido fundidas por el fuego, con la mitad elevada besando el suelo.
A la información que publicábamos a última hora de la noche sobre El Temple, con unas consecuencias importantes dentro del pueblo, se suman las afecciones en todo su entorno. A lo largo de la autovía entre Gurrea y Almudévar, varias torres de alta tensión habían "hecho flexiones" de tal manera que la parte alta estaba abatida. Se han sucedido también algunos pequeños accidentes de tráfico sin graves consecuencias, auxiliados por la Guardia Civil.
En Valsalada, un árbol ha caído con estrépito sobre una torre de alta tensión, lo que ha motivado un corte de luz que a estas horas todavía no ha sido subsanado. También El Temple ha estado afectado.
En las carreteras, era notoria la virulencia del viento huracanado. La carretera del canal estuvo trufada de árboles y, por tanto, inhabilitada para la circulación. El propio alcalde de Alcalá de Gurrea, José Eugenio Marín, constataba en su vehículo, procedente de la capital, las afecciones que provocó un temporal tremendo. En su pueblo, no hubo grandes problemas, pero el entorno tenía aspecto de thriller.