En cierta ocasión, Antoni Tàpies reconocía en una entrevista que tuve oportunidad de realizar por encargo de Enate que el pintor sabe cómo empieza el cuadro, pero luego es el lienzo el que toma las riendas y acompaña la voluntad del artista. El caso de Agropal es ese. El 2 de noviembre de 1992, Ignacio Almudévar y su hermano Manolo ponían la primera piedra. Sabían lo que era ir en carromato y en Siétamo alumbraban su pasión por el tractor. Arrancaban aquella bonita aventura empresarial en la que pronto el hermano dejó de estar para dedicarse a sus tareas y la única coincidencia con este 2 de noviembre de 2022 es que Ignacio mantiene su pasión por el tractor y por la responsabilidad, que le llevan a permanecer en las faenas del campo sobre su montura mecánica en jornadas de 5 de la mañana a medianoche. Con el Parkinson como compañero indeseado pero asumido. Con el recuerdo de ese coronavirus grave que le erigió en icono de la lucha contra la covid en España. Hoy es un día feliz para Ignacio. Aprecia, con su mirada profunda, el valor de su obra maestra que, por su designio, es coral en el camino y en la proyección. Y bastan los datos y, sobre todo, el espíritu de la compañía para entender esta dualidad compleja.
Esta mañana, Ignacio Almudévar ha recordado en redes sociales y grupos de difusión aquellos primeros pasos inducidos por su pasión por la agricultura. Y la evolución en el panorama de un sector pocas veces bien comprendido. Pero nada le ha detenido porque le guía "una misión apasionante: alimentar a un mundo que aumenta de población y hacerlo de manera sostenible". Es una máxima suya: "Sin dificultades no podríamos llamarle trabajo". Y sin trabajo no hay resultados. Cuando hablamos esta mañana, bastante pronto (sus madrugones son inaprensibles para este escribano), está mirando el listado de nominados a los premios Porc d'Or, 47 de 36 granjas aragonesas (23 de Huesca) para los 49 galardones. "A la gran mayoría de ellas servimos nosotros".
Ignacio adquiere consciencia plena de la complejidad del camino. Sólo el 18 % de las empresas llega a los 30 años. Se necesita una comunión que pone de relieve: proveedores, clientes y, naturalmente, las dos familias. La particular que, de la mano de Belén, se incorpora a esa tarea dura del relevo generacional. A ella y a su mujer, Paz, le ha "robado tanto tiempo...". La empresarial, con su socio Sergio Viu y todos los trabajadores que le han acompañado en esta trayectoria. Y, por extensión, a toda la sociedad por el reconocimiento de la responsabilidad de Agropal y de Ignacio Almudévar. "Sigamos el camino emprendido con ilusión y optimismo".
LA EJEMPLARIDAD
Una empresa que alcanza los treinta años desarrolla una personalidad virtuosa. Se transmite en todo. En ese cerdo gigantesco o en los cerditos que cuelgan de la barra entre los dos edificios de Agropal (obras de su amigo Julio Luzán), leyendo su periódico (las dos páginas son una composición realista y surrealista), en el caminar decidido de sus empleados, en los saludos francos y amigables, en la confianza de ese inmigrante que ha desarrollado unas habilidades que desconocía incluso. Lo dejó dicho Aristóteles. Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta. O, expresado en modo evangélico, por sus obras les conoceréis.
Agropal es una referencia en cantidad y calidad de instalaciones ganaderas, y de salud y bienestar animal, y de salud y bienestar vegetal. Pero la innovación está en su genética. Por eso la bioseguridad está entre sus prioridades. Y la sostenibilidad. Y la responsabilidad social.
Los resultados llegan por la coherencia entre la reflexión, la planificación y la acción. Y por eso es reconocida Agropal en el ranquin de Cepyme500. Y por eso el Premio Félix de Azara. Porque la convicción deriva en intensa actividad de los departamentos de Administración, Logística, Comercial, Calidad, Nutrición y Salud Animal, Instalaciones Ganaderas y Nutrición y Salud Vegetal. Se han puesto ahora unos "gorros" que cubren sus cabezasL las placas solares sobre sus instalaciones que les permiten incluso autoabastecerse de energía no pocos días.
El ejercicio va viento en popa después de que, en 2021, batiera su mejor marca de facturación con 23 millones. El trabajo de los 35 empleados para más de 5.000 clientes de 1.100 poblaciones de toda España. Han suministrado productos y servicios propios y de más de 2.000 proveedores a 7 países, pero el 95 % del su cartera se concentra en Aragón. Para atender el gran volumen de exisgencias, ha debido optimizar el almacenamiento, la distribución, el transporte y la eficiencia.
Y, con las vitrinas llenas de trofeos y distinciones, sin embargo, Ignacio mira al horizonte desde su tractor y comprueba que todas las mañanas sale el sol. Y que la sencillez es la fluidez. Y que, pese a llevar treinta años a sus cargadas espaldas, por delante hay vida y futuro. Y que la obra, aunque parezca maestra y terminada, sigue trazando pinceladas para el progreso de la humanidad.
