Seiasa "invade sin permiso" las tierras de Salillas: "Nos pasan por encima sin necesidad"

Los regantes afectados, ofendidos ante la irrupción de la máquina custodiados por la Guardia Civil aprovechando su ausencia para reivindicar ante el ministro Planas

Javier García Antón y Myriam Martínez
17 de Octubre de 2024
Las máquinas entran en Salillas

Las máquinas de Seiasa (Sociedad Estatal de Infraestruras Agrarias) han irrumpido en campos de Salillas para iniciar las catas para los estudios geotécnicos para el proyecto de modernización de los sectores X y XI del Flumen, coincidiendo (o aprovechando, como dicen los afectados) el desplazamiento de los regantes de la comunidad A-19-20 hasta el Palacio de Congresos de Huesca donde se esperaba la comparecencia del ministro de Agricultura, Luis Planas.

Al conocer esta maniobra, decenas de regantes de Salillas han retornado a su pueblo para intentar obstaculizar la labor de la máquina que iba a efectuar las catas geológicas en terrenos para "cuyo acceso no tenían permiso", explica el alcalde de Salillas, José Ramón Santolaria. La excavadora estaba custodiada por seis coches-patrulla de la Guardia Civil con su correspondiente dotación de material de protección.

Ya entre los vecinos cundía una sensación de desaliento ante semejante despliegue y ante la invasión de sus campos, conscientes de que los agentes de la Benemérita no tenían ninguna responsabilidad. "Nos tratan como si fuéramos delincuentes".

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Más allá de este malestar, entre los concurrentes se extiende la impresión cierta del riesgo al que está sometida la supervivencia de pueblos como Salillas o Huerto por el proyecto de construcción de dos balsas de casi 1 hectómetro cúbico (no llega a la unidad para que no se considere gran embalse) y de 0,3, el primero de los cuales inutilizaría 20 hectáreas de cultivo y además invalidaría parte del camino. En total, 45 hectáreas de terrenos anuladas con estas balsas y con 12 kilómetros de una doble tubería de 1.600 milímetros, "afectando a regadíos ya modernizados".

Muy cerca del primero de los terrenos en que se realizan las catas, se halla una granja de mil madres en las que trabajan entre ocho y diez personas, y que resultará inviable porque con la cota en la que se corona la balsa estará por encima de la explotación.

Después de un año en que los propietarios de los campos han impedido el acceso desde Seiasa y de la UTE de tres empresas a las que se ha adjudicado el proyecto por valor de 55 millones de euros, con el asunto ya judicializado, "temíamos que hoy podían aprovechar nuestra ausencia para explicar nuestra postura al ministro para entrar sin permiso a los terrenos".

Santolaria aduce la sinrazón que representa el hecho de que esta obra "se agarra a un interés general veinte años después de que se realizaran las obras de modernización de los sectores A-19-20 que fueron declaradas de interés general y que han permitido la supervivencia de las explotaciones de decenas de nuestros vecinos".

Los vecinos de Salillas y Huerto critican igualmente la falta de diálogo desde los promotores de los sectores X y XI del Canal del Flumen. "Nosotros estamos defendiendo a los 450 regantes del A-19-20, que trabajamos 2.500 hectáreas, y a los que nos pillan tierras. Solamente en Salillas somos más de cuarenta personas las que trabajamos las tierras, y se suman los ocho o diez empleados de la granja".

Un efecto colateral de esta confrontación es "el conflicto que se ha generado con problemas muy serios de convivencia que se extenderá durante muchos años", porque se van a ejecutar "sin estudiar las tres o cuatro alternativas que eran perfectamente factibles y hubieran facilitado la solución. Esos sesenta millones se podrían haber planificado bien y todos estaríamos modernizados". De hecho, agrega José Ramón Santolaria, "los sectores X y XI podrían tener las balsas y las instalaciones fotovoltaicas dentro de su zona y no invadir la nuestra". Estas últimas áreas abarcan los términos de Capdesaso, Lalueza, Alberuela de Tubo y Sariñena. "Nos pasan por encima sin necesidad".

A las razones que esgrimen los vecinos de Salillas y Huerto, se añaden otros dos temores. El primero, el hecho de que, si no consiguen que sea efectiva su oposición, la resolución judicial "no llegue a tiempo para que no se mueran nuestros pueblos".

La segunda se refiere a la zona de Burjamán, que está en trámites para su declaración como Bien de Interés Cultural, y que quedaría afectada por las láminas de agua. Allí se ha descubierto una vasija romana completa y recientemente un ánfora. El molino de Burjamán, todavía en pie, marca el denominado Camino de Zaragoza desde Francia, donde hay restos de tejares y azudes. "Todavía está el estudio arqueológico sin hacer", asegura Jesús, que también teme que el posible BIC sea imposible por la fuerza de los hechos, o los hechos a la fuerza, según como se mire.

Los recelos saltan por los acontecimientos consumados. Se sorprenden de que la Confederación Hidrográfica del Ebro consienta estos trabajos sin haber otorgado los permisos correspondientes, sobre todo cuando "esta gran balsa puede afectar a la guardería del Guatizalema y en un momento determinado no se podrían contener las aguas y provocar una inundación hasta la zona sur de Sariñena".

Tan convencidos están los regantes y los vecinos, tan angustiados por el futuro comprometido, que mantienen esa dualidad: por un lado, quieren proteger sus terrenos e impedir una invasión que no esté amparada estrictamente en la ley; por otro, extienden su lucha hasta donde sea menester, sea Madrid, sea Bruselas"-

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