Las anheladas subidas de precios han quedado ahogadas por el furibundo incremento de los costes en un 2022 definido en el sector primario tanto por la guerra de Ucrania como por las adversidades climatológicas, que han repercutido tanto en la producción como en los precios de los productos, tal y como ha señalado la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (Uaga-Coag) en la presentación del balance agrario.
Uaga ha presentado el balance en una rueda de prensa protagonizada por su secretario general, José María Alcubierre, y los provinciales de Zaragoza, José Antonio Miguel; de Huesca, Óscar Moret, y de Teruel, Alberto Escura. Según han explicado en la convocatoria, el desarrollo de los cultivos herbáceos estuvo marcado por una ola de calor que afectó en mayor medida a los secanos y por las restricciones de agua en los regadíos. Las producciones se han visto reducidas, de media, un 18 % respecto a 2021.
En cultivos leñosos, a comienzos del mes de abril las intensas heladas auspiciaron pérdidas generales en las zonas frutícolas, sobre todo en variedades tempranas, a las que siguieron olas de calor en mayo y junio que mermaron las producciones por las paradas vegetativas y los grandes problemas de cuajado de fruto. Las tormentas de pedrisco de julio remataron el umbrío panorama con graves perjuicios en producciones de fruta de hueso. Otro episodio a destacar fueron los daños ocasionados por los incendios registrados en Nonaspe, Castejón de Tornos, Ateca y Moncayo, que ocasionaron daños tanto agrícolas como ganaderos.
Estas adversidades indujeron una reducción de las producciones de fruta del 13,16% respecto a la campaña precedente, salvo en cereza, que ha cosechado cerca de un 50% más, mientras en pera que la producción ha aumentado un 5%. Las producciones de almendro han disminuido un 36% y las de viñedo un 3%, respecto a 2021. Donde más se ha notado la reducción de producción ha sido en el olivar, con un 53% menos.
La merma de producción del sector frutícola se ve reflejada en una menor contratación, mucho más reducida en el tiempo y con aumento la temporalidad. Este descenso ha sido muy drástico en todas las provincias: en Huesca del 12,65 %, en Zaragoza del 18,59% y en Teruel del 15,73% respecto a 2021.
La producción ganadera ha registrado un aumento del 16,5 % hasta los 3.586.154.686 euros. Los subsectores del porcino, bovino y productos ganaderos han subido por el alza de los precios a lo largo de 2022. Por el contrario, los del ovino y otras ganaderías (pollos y conejos) presentan un descenso ya que las producciones se han visto reducidas y los notables incrementos de precio no compensan esa pérdida de producción.
Los precios se han elevado hasta su máximo histórico debido a la coyuntura internacional, al incremento de los costes de la energía y a otros factores derivados principalmente de la guerra de Ucrania. Han impulsado el valor de la producción agrícola, aumentando ligeramente respecto al año 2021, hasta los 2.054.639.111 euros, un 7,5 % más. Sin embargo, esta nota positiva no se ha repercutido en un aumento de la renta de los agricultores que debido al aumento de los costes de producción en todos los cultivos se ha mermado la rentabilidad de los cultivos, haciendo que la renta agraria no aumente, según la primera estimación de la renta agraria del MAPA ésta se ha reducido un 8,7% respecto a 2021.
La producción final agraria se ha cifrado en 5.640.793.797 euros, lo que supone un aumento del 11,5% respecto a 2021. La producción final agraria en Aragón depende en un 36,5% de la actividad agrícola, mientras que el 63,5% restante viene de la actividad ganadera.
El incremento de los insumos ha sido desorbitado, aumentado más de un 50% en fertilizantes, gasóleo, productos fitosanitarios, piensos, así como en las inversiones en maquinaria e instalaciones, que están complicando la inversión en el sector agrario e incrementando el endeudamiento, unidos estos factores a los problemas de financiación debido al aumento de los tipos de interés y la dificultad del acceso al crédito.
Estos elevados costes de producción arrojan una elevada incertidumbre para la campaña 2023, que en el caso de producirse una caída de los precios al productor representaría una crisis en el sector agrario sin precedentes. A esto hay que sumarle la incertidumbre y malestar de la entrada en vigor para la siguiente campaña de la nueva PAC, en la que los agricultores y ganaderos han tenido que ir orientando sus explotaciones en función de las novedades y requisitos que se iban publicando en borradores sobre la nueva PAC 2023-2027, sin tener nada en claro para planificar las siembras de la campaña 2023.
Uaga-Coag estima que "el Gobierno de Aragón no ha sabido defender el interés de Aragón a nivel nacional, sin eco-regímenes ni ayudas asociadas adaptadas al territorio aragonés" y sin establecer medidas flexibilizadoras para mejorar la adaptación de estos nuevos eco-regímenes a las características de la región. "Una PAC con la que Uaga no está de acuerdo, en la que se mantienen los derechos históricos, en la que todos van a poder cobrar la subvención al no tener problemas para cumplir la condición de agricultor activo y en la que hay más exigencias y requisitos, que suponen más gastos para el agricultor para al final cobrar menos de lo que se estaba cobrando. Con esta PAC se ven perjudicados las explotaciones profesionales pequeñas y medianas y, como siempre, salen beneficiadas las grandes explotaciones y las menos profesionales, lo que conlleva en una reducción anual de explotaciones y por tanto de cotizantes de la seguridad social, pasando de 18.206 en 2021 a 18.020 en 2022".
"Se lucran las grandes empresas. Esto va en contra el modelo de explotación agraria familiar que defiende UAGA y que garantiza una producción de alimentos de calidad y seguridad", agrega el sindicato agrario.