Hace mucho tiempo que no estaba en Huesca. En realidad hace mucho tiempo que no estaba en cualquier sitio. Viajo poco.
Llegué a Huesca a dar una vuelta, a ver a los amigos y a hacer unas compras. Con mi señora, y con los niños, como el Chimy Ávila.
Los aficionados nos reconocieron, a mi señora y a mi. Me pidieron fotos. Yo llevaba una camiseta con mensaje, pero la llevaba tapada. Las camisetas con mensaje las carga el diablo. Y luego se molesta la afición.
Di una vuelta por el Coso, tomé Coca Cola Zero, y compramos ropa en Intimissimi. A mi señora le gusta mucho la lencería fina.
Cuando vuelves a una ciudad es lo más.
Bueno, es mentira que tomara Coca Cola Zero. Eso a lo mejor lo toma el Chimy Ávila, que es futbolista y no puede engordar. Yo me tomé una caña, en el Casino, arriba, que es una cosa bastante cool. Esas puertas, esas paredes modernistas. Salió Carmelo Bosque, a saludarme y me dijo: ¿cómo te va por Pamplona?, y yo le dije, Carmelo, que no soy el Chimy, que soy David Musgo. Pues te pareces, me dijo Carmelo.
Yo tengo las piernas como el Chimy. Gruesas. Y cada vez que volvemos a Huesca, la afición, nos recuerda, y nos quiere, Huesca es una ciudad muy hospitalaria y recuerdan los goles. Del Chimy. De mi no se qué pueden recordar.
David Musgo